Resulta impresionante constatar como de una manera muy acelerada nos estamos quedando sin techo vegetal, a pesar de la reiterativa y preocupada información sobre los cambios climáticos y el requerimiento inaplazable de conservar el ambiente. En las zonas residenciales, cada día es más frecuente observar como la construcción de comercios en cualquier espacio, de una forma desordenada y desproporcionada, se traduce en la eliminación de árboles para dar paso a estacionamientos, sin contar la frecuencia con que las amas de casa están cortando los árboles que bordean los frente de su casa, unas porque les genera trabajo y otras por evitar que desconocidos se resguarden.
Maracaibo, Tierra del Sol Amado y San Francisco, requieren de dolientes, vemos con tristeza, cómo sus avenidas comerciales están llenas de automóviles, pero despobladas de árboles; para la gente de a pie, no es nada atractivo caminar, ni esperar transporte; no encuentran como resistir los inclementes rayos solares a las 12 ó 2 de la tarde, es común verlos casi adosados a un poste de energía eléctrica o bajo la sombra de algún aviso lo suficientemente grande. Da tristeza ver en Sierra Maestra, sector que sólo hace un poco más de una década se distinguía por su abundante vegetación, hoy la realidad es otra.
Un llamado a las Alcaldía, a las oficinas de ambiente y a los Consejos Comunales, es a crear o rescatar normativas, ordenanzas que atiendan con urgencia esta negativa situación, no es verdad que la construcción de un estacionamiento requiera necesariamente la deforestación de los árboles, la idea es que pueden coexistir, entre línea y línea de separación, puede sembrarse un árbol, lo que se debe hacer, es cortarle las ramas a la altura del pase de los vehículos y dejarlos que crezcan libremente arriba, la idea de los árboles decorativos, son eso, simplemente decorativos. Señores de los Consejos Comunales hagamos de esto nuestro gran proyecto.
*Vocera de Educación
ruthcueto7@gmail.com
