'El efecto Toyota': Declive de una región

La Economía de las regiones o Estados de las naciones son desiguales; factores estructurales como su ubicación, servicios, accesibilidad y organización social son algunas de las causas de ello. En Venezuela, el estado Sucre es materia de esta realidad, quien otrora fuese uno de los estados economía floreciente, hoy se disputa los últimos lugares en pobreza.

`HISTORIA ECONÓMICA`

Tanto en la época de la independencia, así como a principios del siglo 20, el estado Sucre, antes provincia de Cumaná, era un importante centro de actividad agrícola, pesquera y de intercambio comercial con distintos países; sus puertos muestran una historia de mayor actividad que en los últimos 40 años. Para 1977, la llegada de la planta ensambladora Toyota, junto al crecimiento de la pesca industrial, darían un nuevo impulso económico a la región.

`TOYOTA EN SUCRE`

La ensambladora Toyota llegó a tener su mejor momento la primera década del siglo 21, con una producción anual en su pico alto de más de 14.500 vehículos (fuente: Cámara Automotriz de Venezuela, CAVENEZ) ensamblados, y un número de cerca de 3.000 vehículos importados traídos a Venezuela a través del puerto de Cumaná. La planta TOYOTA llegó a generar más de 3.000 empleos directos (incluye nóminas tercerizadas) con los mejores sueldos de la región; la creciente industria desarrolló empresas autopartistas como MAMIDEL, Expósito, ENBETA, entre otras, con cerca de 1.000 empleos directos, así como empresas de transporte, servicios de seguridad, ingeniería, productos químicos, entre otros. Toyota también impactó el sector ferretero, salud privada (clínicas y farmacias); sus aportes a impuestos municipales se estiman en 700.000 dólares anuales y regionales en más de un millón, mientras la actividad portuaria generó los mayores dividendos para Puertos de Sucre. No hay que olvidar los miles de empleos indirectos en los que incidió; de allí que la ensambladora representó entre 15% a 20% del Producto Interno Bruto (PIB) del Estado Sucre (Reporte de impacto económico de IESA, 2010).

`UNA REALIDAD QUE HAY QUE ACEPTAR`

Sin importar las gestiones gubernamentales que puedan darse y que la situación económica y política mejore, es casi imposible que la ensambladora Toyota reabra sus puertas en la primogénita del continente americano; y esto no es pesimismo, sino el resultado de análisis y estudios económicos que muestran el reacomodo del mercado automotriz mundial. En la actualidad, las ensambladoras son totalmente robotizadas y operan bajo sistemas de gestión basados en inteligencia artificial (IA), cuya inversión y decisión de ubicación en continentes se basa en rentabilidad, desarrollo económico de la región, entre otros factores. Por ejemplo: Ford cerró las operaciones de susl planta en Brasil en 2021, mientras General Motors cesó producción en Colombia en 2024. Ambos países tienen un PIB per cápita varias veces mayor al de Venezuela; la decisión de Ford se debió a cambios en su estrategia global y falta de rentabilidad, mientras GM citó razones similares.Estos son solo dos ejemplos de ensambladoras que han cerrado plantas en Latinoamérica.

Y es que los chinos han inundado el mercado automotriz; la competencia obliga a las marcas a invertir donde les sea más rentable. La ensambladora Toyota en Sucre llegó a su fin como la conocemos, y ese vacío es un ingrediente clave en el deterioro económico regional de los últimos años.

`UNA ECONOMÍA EN CAÍDA LIBRE`

Comparando datos económicos de diferentes estados en específico, los del oriente del paí, nos encontramos con cifras alarmantes. Tomando como referencia para el estudio los años 2019 y 2025, observamos que Anzoátegui pasó de 2.299 dólares de PIB per cápita en 2019 a 4.053 en 2025 (incremento del 76%). en tanto Monagas pasó de 2.065 a 2.561 dólares (24%), sin embargo el estado Sucre cayó de 1.900 a 1.687 dólares (sin incluir impactos de la parálisis de la pesca industrial), una caída del 11% en PIB per cápita. Mientras los estados orientales crecieron estos últimos 6 años, Sucre ha mantenido una caída sostenida de su actividad económica.

`EL HORIZONTE ES DE LUCHA`

Para la historia económica regional quedan los años de la planta Toyota en Cumaná. Para el presente, queda una realidad que afecta a cerca de un millón de habitantes sumidos en crisis económica nacional, sumado a su propia crisis regional, y es que el futuro económico está en su potencial de subsuelos, suelos y mares, su posición geoestratégica en el Caribe y el Atlántico, y sobre todo, en la organización de sus habitantes para articular unidos hacia su desarrollo. Las políticas públicas nacionales, pero además las regionales y locales tendrán mucho que ver en un eventual despertar económico en la tierra del Gran Mariscal de Ayacucho.



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José Antonio García


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