Lo que menos necesita Trump es una guerra y menos en la zona del Caribe, donde hay un flujo petrolero entre Guyana y Venezuela
El precio del petróleo se mantiene en una tendencia bajista desde el año 2022. Entre las principales razones está la alta oferta petrolera mundial, liderada por Arabia Saudita y la OPEP+. Ahora se le suma un posible acuerdo de paz en Ucrania, que todavía espera por la aceptación de Rusia. A primera vista, la caída del valor del crudo, ayuda a Washington, aunque tras bastidores, China podría estar llevándose la mejor parte.
Las sanciones contra Irán, Rusia y Venezuela, convirtieron a China en el principal cliente de estos, que, al mismo tiempo, al asumir el riesgo de comprar crudo a estos países productores de petróleo, exige enormes descuentos. El precio del hidrocarburo venezolano para la exportación está por debajo de 45 dólares el barril y China, que ahora tiene enormes ofertas de los otros competidores. Las sanciones norteamericanas están beneficiando directamente a los chinos.
"Perfora, perfora, perfora"
Washington requiere de enormes cantidades de flujo petrolero, que es parte de su estrategia de cara al vencimiento de bonos en 2026. Para el año próximo se vencen más $9 billones de deuda, que se debe refinanciar. Se trata de poco más del 25% del endeudamiento total y cerca del 31% del PIB nominal anual. Esa deuda se emitió cuando las tasas de interés estaban casi en 0% y ahora están en 3,75%. Por ahora, EE. UU. tiene una enorme carga de pago de intereses de la deuda externa, que ha pasado a ser el primer gasto de su presupuesto público y que sigue con un déficit inmanejable desde hace años.
La semana que terminó, la Reserva Federal de Estados Unidos, volvió a reducir la tasa de interés hasta 3,75%. El recorte de tipos suele debilitar al dólar y fortalecer activos de riesgo como el petróleo. El presidente Donald Trump, está exigiendo a la FED que reduzca la tasa de interés, para evitar una renegociación de deuda con intereses altos. Por ello, flexibilizó y eliminó políticas de restricción ambiental para que el bombeo de petróleo aumentara, de modo que, al reducir las tasas, el precio del petróleo no suba demasiado por la alta oferta de crudo y así evitar un impacto fuerte en la inflación de EE. UU. Esto sugiere que su plan depende de que el flujo petrolero siga en aumento.
Pero la estrategia de Trump, también está beneficiando a China de manera directa, mientras Venezuela, que es la primera reserva petrolera del mundo, e Irán, que es la tercera, envían su mayor producción al país asiático, debido a las sanciones estadounidenses.
Los bajos precios del petróleo, al contrario, perjudican a las petroleras norteamericanas, que al ver sus rendimientos caer, tienen que cerrar plataformas, tal como se está reportando semanalmente por Baker Hughes. Desde noviembre de 2022, 34% de las plataformas activas de petróleo en EE. UU. cerraron y la tendencia a la baja continúa. Esto pone a Washington a depender más del petróleo extranjero.
El mercado versus Trump
El refinanciamiento de deuda de EE. UU. por su volumen, va a presionar a la baja el valor de los bonos y esto, al mismo tiempo significa, rendimientos más altos. Por lo que el año venidero la tensión entre la FED y la Casa Blanca podría ser aumentar y con un conflicto político que puede golpear duramente lo económico. En mayo de 2026 sale Jerome Powell de la presidencia del banco central y el candidato de Trump para sustituirlo, al parecer, está alineado con una reducción de las tasas de interés. En el entorno actual, eso debilitaría la imagen de la FED, y desde ya hay debates de su posible politización o pérdida de independencia.
Pero el mercado también está haciendo su parte. El pasado miércoles, después de que la Fed hizo el anuncio del recorte de tasas, los rendimientos de los bonos a 10 años, más bien aumentaron y se ubicaron cerca de 4,2%, superando la tasa de referencia ubicada ahora en 3,75%. Esto quiere decir que el mercado no está dispuesto a financiar a tasas más bajas a la administración de Trump.
El próximo anuncio de la política monetaria de tipos, es el 28 de enero de 2026 y desde ya en el mercado de fondos federales, según los datos de CME Group, 75,6% apuesta porque no habrá un nuevo recorte.
A lo anterior se debe sumar lo que está ocurriendo con Japón. El próximo viernes el Banco Central de Japón haría un nuevo aumento de la tasa de interés. Esto está produciendo fuertes liquidaciones en todos los mercados de riesgo, ya que todos los inversores y especuladores que se endeudaron con yenes, para comprar activos en todo el mundo, están liquidando sus posiciones.
La FED acaba de retomar la compra de bonos, por lo que emitirá más dinero y su balance aumentará. Esto se traduce en más devaluación del dólar y, como consecuencia, no podrá bajar más la tasa, tal como lo está expresando el mercado de bonos. Y menos con el fuerte refinanciamiento que se avecina. Las tasas altas pueden conducir a un colapso masivo en los mercados de riesgo, tal y como ya está ocurriendo en el sector criptográfico y las pérdidas del bitcoin desde octubre. Esto último es una señal a tomar en cuenta, luego de que la primera criptomoneda del mundo entró en Wall Street.
Y ¿Qué hay con Venezuela?
Ahora Trump está metiendo presión en Venezuela, que una corriente intenta traducir como una supuesta lucha por la democracia o la libertad. Esto último está lejos de la realidad. Trump hace todo lo posible para que la primera reserva de petróleo del mundo se alinee con Washington.
La semana que terminó, el Comando Sur incautó un barco petrolero iraní que llevaba petróleo producido en Venezuela. Irán respondió con una incautación de un buque con 5 millones de barriles de diésel en Omán. Esto último es un mensaje muy ruidoso para el mercado petrolero, que se suma a qué semanas atrás, la OPEP+ anunció que, en el primer trimestre de 2026, no habrá más aumentos de producción petrolera.
Trump ahora se mueve en un campo minado. El recorte de tasas de interés, sumado a que la OPEP+ no hará más aumentos de producción y que, si se añade a que se desate una guerra de petróleo en las rutas comerciales, podría tener un efecto alcista en el precio del crudo empezando 2026. Esto va contra el plan de la Casa Blanca para renegociar deuda a menor costo. Ya de por sí, el solo hecho de que se debe refinanciar el 25% del endeudamiento, los efectos en los mercados se harán sentir.
El precio del petróleo ya comienza a mostrar las primeras señales. Luego de una tendencia bajista sostenida desde marzo de 2022, el crudo está entrando en una cotización lateral. Desde abril ha marcado un piso en $55, que no ha podido romper, aunque esto no se puede considerar una señal de reversión al alza.
Lo que menos necesita Trump es una guerra y menos en la zona del Caribe, donde hay un flujo petrolero entre Guyana y Venezuela. Las perspectivas para 2026, podrían estar obligando a Washington a ceder en Ucrania, luego que este país ha desistido de incorporarse en la OTAN y ahora se discute un acuerdo con Rusia para alcanzar la paz. Si se logra tal acuerdo, entonces el precio del crudo podría reanudar la tendencia bajista, que, de todos modos, terminará de obligar a los productores norteamericanos a seguir cerrando plataformas en su territorio.
La Casa Blanca evaluará si una acción militar en Venezuela, es menos costosa que alcanzar acuerdos políticos, que producir más distorsiones en los mercados, al impactar el mercado petrolero de manera negativa, si esa acción sale mal o no termina como muchos creen que podría esperar.
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