Insulza, víctima del colonialismo en el congreso gringo

Años atrás, con sobradas razones, a la OEA le llamaron eufemísticamente, el Ministerio de Colonias de Estados Unidos. Y algo, o mucho de eso, tuvo el organismo que hoy preside el chileno José Miguel Insulza. Con esta expresión, tampoco queremos decir que esos vicios hayan desaparecido por completo y que las ganas de seguir hayan abandonado al cuerpo o parte de él, para decirlo con equilibrio. Siempre queda algo por allí y procura, como el ave fénix, renacer de sus cenizas. No cabe la menor duda que, para quienes gobiernan en Estados Unidos y particularmente manejan los asuntos que tienen que ver con nuestro ámbito, la OEA debe seguir siendo lo que fue, porque somos y debemos seguir siendo el patio trasero.

Y mientras las bases materiales que a esas mañas han amparado y hasta sustentado no desaparezcan, sus adeptos o practicantes habituales, esperarán cualquier “chance” u oportunidad para volver por sus fueros. Porque el imperio y las clases que le han dado forma y le conducen, aún no sólo están vivas, sino muy fuertes, pese a que están seriamente heridas. Y las bestias heridas son muy peligrosas, en veces hasta más que cuando en sano juicio planifican y arman todo tipo de artimañas.

Y esa historia de celestinajes es harta conocida. De la Organización se valieron gobiernos norteamericanos para cubrir como hojas de parra todas sus vergüenzas. Y ella, por largo tiempo, fue más que celestina, una vulgar alcahueta que por unas migajas u ofertas que nunca se cumplían, se prestó para toda clase de vagabunderías. Ahora no vamos a especificar sobre esto porque sería como llover sobre mojado; la historieta es larga, repetitiva y el lector bastante la conoce.

Pero estos comentarios toman vida por lo que acaba de suceder en relación con el actual Secretario General de la OEA. Advierto de antemano que ignoro si existe alguna norma legal que obligue a este funcionario o al presidente de la ONU, a asistir a sesiones del Congreso norteamericano, para allí ser interpelado y hasta sin guardad las sutilezas necesarias por la majestad del personaje.

No obstante, no creo que la norma exista porque la OEA, como la ONU, es un organismo supranacional y, como dice el Drae, se trata “de una entidad que está por encima del ámbito de los gobiernos e instituciones nacionales y que actúan con independencia de ellos”.

Pero el Subcomité - léase bien Subcomité, ni siquiera el de arriba- para las Américas de la Cámara de Representantes, citó a una audiencia para ser interpelado, porque eso fue lo que allí aconteció, a quien es el Secretario General de un organismo supranacional. Es obvio que a la OEA, en este caso, le trataron como si siguiese siendo aquél Ministerio de Colonias. No creo, pues como dije antes, ignoro de esas sutilezas del Derecho internacional, que la independencia de la cual habla el Drae se pierda frente al país cuyo territorio sirva de asiento al organismo supranacional.

Y si es así, por la majestad de la que está investido el Secretario General de la OEA, que por ahora no es Ministerio de Colonias, no debió asistir a esas interpelaciones que le rebajan y le disponen a ser víctima de agresiones e indignidades; en este caso no vale aquello que lo cortés no quita lo valiente. Pues eso, de alguna manera, genera o fortalece la idea que nuestros países y por tanto la OEA, dependen del país del norte.

Pero José Miguel Insulza asistió a esa interpelación, pues no de otra cosa se trató y ese acto es de por sí insultante e indigno.

Pero la cosa llegó más lejos. Un representante por Florida, llamado Connie Max, del partido republicano y portavoz de quienes creen que somos sus colonias y estamos en su patio trasero y en inconsecuencia obligados a hacer lo que ellos demanden, trató al señor Insulza como si fuese un funcionario menor de la administración de Bush. Y hasta pretendió ponerlo en plan de difamador, que repitiese sus absurdos” “razonamientos”, contra los presidentes de Ecuador y Venezuela.

Pese a que creemos que el señor Insulza, por dignidad y el carácter supranacional de la OEA, no debió acudir a esa cueva de perros rabiosos, ni siquiera por cortesía, debemos reconocer su valentía al desmentir al republicano de la Florida, quien intentó con aspereza y vulgaridad, que admitiese que Chávez y Correa, financian y respaldan a las FARC.

Y hay que destacar que el tal Connie Max, representante por la Florida, lo repetimos adrede, además de interpelar, lo que no le está permitido, trató sin el debido respeto y delicadeza diplomática, a la majestad del Secretario general de la OEA, por la forma de dirigirse a él y presionarlo para que dijese mentiras.

Insulza, no sólo le respondió a una de sus agresivas interrogantes, que no existe prueba alguna, pues ningún país la ha presentado a la OEA y eso incluye a los Estados Unidos, que asegure que Chávez y Correa, respaldan y financian a las FARC, como dicen irresponsablemente algunos funcionarios colombianos y personajes de dudosa fe democrática como el mentado Connie Max.

Pero en fin de cuentas, esa presencia de José Miguel Insulza en el Subcomité para las América de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, y el trato inadecuado que allí recibió, falto de diplomacia y respeto a la dignidad de los pueblos nuestros, parece una resucitación del Ministerio de Colonias.

pacadomas1@cantv.net


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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

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