Las amenazas desde el imperio han ido "in crescendo", primeramente, amenazaron con una invasión, luego nos pararon al frente de nuestro mar territorial el portaaviones USS Gerald R. Ford, con capacidad para 90 aeronaves, en un despliegue que marca una escalada significativa en el refuerzo militar estadounidense en la región. Posteriormente hicieron volar embarcaciones con el pretexto de que transportaban drogas; luego realizaron sobrevuelos de aviones de combate estadounidenses cerca del espacio aéreo venezolano; continuando con el sobrevuelo de dos F/A-18 Super Hornet de la Marina de los EEUU, que, según la plataforma FlightRadar24, fueron detectados cerca del Golfo de Venezuela y de la costa de los estados Zulia y Falcón. De acuerdo con los reportes de rastreo, las aeronaves habrían ingresado de manera breve al espacio aéreo soberano venezolano (delimitado a 12 millas náuticas de la costa). De acuerdo con las investigaciones, este tipo de avión opera directamente desde el portaaviones USS Gerald R. Ford y es considerado uno de los más avanzados por su naturaleza polivalente (o multimisión), lo que le permite alternar en segundos entre el combate aéreo y las misiones de ataque a objetivos en tierra o mar.
Lo más reciente y peligroso, fue la declaración de Trump el pasado viernes 13 de diciembre, donde señaló que los ataques por tierra en Venezuela "van a empezar a suceder" y añadió: "Ahora estamos empezando por tierra, y por tierra es mucho más fácil, y eso va a empezar a suceder".
¿Será que el presidente norteamericano piensa que un campesino venezolano, al ver un invasor va a salir corriendo?; parece que no ha estudiado nuestra historia guerrera ni conoce el gentilicio y la estirpe del venezolano, que mientras más nos amenazan, más nos crecemos, y no sufrimos de "culillo".
Mientras Trump sigue su presión contra Venezuela, se encuentra en una encrucijada en otros continentes y en su propio territorio.
Ante el apoyo de USA y la Unión Europea a Ucrania, y la presión a Rusia, un portavoz del Kremlin criticó la presencia militar británica en Ucrania y amenazó con iniciar un ataque contra el Reino Unido.
La tensión bélica de los países de la OTAN y Rusia es cada vez más evidente. La pasada semana, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, advirtió de que esta tensión es real y que el próximo objetivo de Rusia, será la OTAN. En un discurso en Berlín, junto al canciller Merz, Mark Rute (Secretario general de la OTAN), reiteró que los aliados deben prepararse para un conflicto que podría ser "de la misma magnitud que la guerra que sufrieron nuestros abuelos y bisabuelos".
La respuesta a esta escalada de tensión se produjo cuando el presentador de televisión Vladimir Solovyov, "muy cercano a Putin y considerado por muchos un portavoz del Kremlin", amenazó a varios países europeos, que podrían ser blanco de los ataques del ejército ruso en el caso de que aumente la tensión y se acerque una nueva guerra mundial. Solovyov criticó hace unos días la presencia de fuerzas armadas británicas en Ucrania, lo que según dijo constituye un "casus belli" para un ataque nuclear contra el Reino Unido.
En su intervención de Solovyov fue un poco más allá en sus amenazas y señaló cuatro claros objetivos para Rusia. Además de Londres, el presentador mencionó tres capitales más: Berlín, París y Viena.
Por supuesto, de esta tensión en Europa, no escapa su principal aliado, como lo es Estados Unidos, donde la cosa está que arde internamente. El Senador estadounidense, Bernie Sanders, cuestionó a través de su cuenta en X el anuncio realizado por Donald Trump sobre el bloqueo total a Venezuela; señalando: "No necesitamos que Trump nos lleve a una guerra ilegal e inconstitucional con Venezuela para desviar la atención de las crisis que enfrenta nuestro país. ¿Qué pasó con el lema Estados Unidos Primero?". Ese lema, por cierto, fue parte de la campaña electoral de Trump, donde dijo, que primero se dedicaría a fortalecer la economía de su país, pero está haciendo todo lo contrario, gastando enormes cantidades de dinero en movilizaciones bélicas y sumergiendo su economía como si fuese un submarino. No sabemos que decisiones tomará el señor Trump los próximos días, pero de lo que, sí estamos claros, es que la mayoría de los norteamericanos están descontentos con su gestión; y del lado de nuestro país, que no piense que somos una piñita dulce; sí somos una piña, porque nuestra coraza hará arder a más de uno y ante las amenazas no somos dulces, sino "Aciditos"; dispuestos a defender nuestra patria y soberanía a todo costo.
