Se te quiere Venezuela, esperemos lo mejor y preparémonos para lo peor

¿Qué tan preparados estamos para la guerra?

Viernes, 24 de octubre de 2025.- ¿Qué tan preparados estamos para la guerra?

Salgo a la calle a patear, a caminar, a hacer diligencias y veo a mis paisanos, a los venezolanos y a los que aquí viven con nosotros, los veo relajados, no noto un gran nerviosismo en la gente, los veo tranquilos, demasiado tranquilos y no ceso de preguntarme desde hace días, desde que los norteamericanos nos están cercando con una flota totalmente desmedida para cumplir con el propósito de supuestamente controlar el narcotráfico en el Caribe.

Desproporción total, por decir menos, de acuerdo a la información que poseemos, las informaciones de prensa y la misma propaganda yanqui, todo esto, toda esta acumulación de tropas frente a nuestras costas, ya que nos están rodeando, nos tienen rodeados, todo esto se parece más a una fuerza invasora que a una fuerza para controlar el tráfico ilegal de estupefacientes y drogas hacia los Estados Unidos.

La violencia de los norteamericanos en nuestro Caribe, donde han actuado con lo que podríamos considerar brutalidad y ventaja, donde han atacado, hundido lanchas supuestamente conducidas por narcotraficantes, pertenecientes a bandas organizadas, las han eliminado sin mostrar pruebas, sin explicación y en aguas internacionales y las han destruido con sus tripulantes.

Y la gente en la calle, en Caracas, que es donde mi familia y yo vivimos, está relajada, como si no estuviera pasando nada, como si la cosa no fuera con ellos, con nosotros, pues, hacen uno que otro comentario y siguen en sus cosas, no hay un ambiente de preguerra, han hundido y eliminado lanchas colombianas y trinitarias, los colombianos a través del presidente Petro, quien ha tenido fuertes fricciones con el presidente Trump, han dejado clara su oposición a todo este movimiento bélico y los trinitarios a pesar de haber sido atacados, paradójicamente, están apoyando a las fuerzas que vienen, todo lo indica, a invadirnos, a agredirnos, a pesar de que lo niegan persistentemente.

¿Será evasión, me pregunto ante esta aparente indiferencia?

Me digo: será una forma de no aceptar la realidad que se nos impone, será que el nerviosismo, que debería ser evidente, abierto y presente, claramente expresado, está más bien oculto y soterrado, disfrazado, escondido o es que acaso no nos damos cuenta del peligro que nos rodea y vivimos en la luna, en otra realidad?

¿Qué será?

O es que acaso yo soy un paranoico y no dejo de preguntarme, en todo este tiempo, ¿qué vamos a hacer si esta gente desembarca y nos ataca, nos invade, a pesar de que lo nieguen todo el tiempo?, de que lo niegan y lo reniegan.

¿Cómo vamos a defendernos, cómo debemos reaccionar y qué medidas debemos tomar para estar más o menos preparados, para todo lo que parece avecinarse?

Y me digo a mi mismo y le digo a mis conciudadanos, a mis hermanos y hermanas venezolanos y a los que viven aquí, con nosotros, hermanados también, que debemos mantener la cabeza fría y el corazón caliente, estar alertas y muy pendientes de lo que pasa, prepararnos sicológicamente para lo que pueda ocurrir y no engañarnos.

La cosa es asimétrica, que no se nos olvide.

Me pregunto desde hace días y me sigo preguntando:

¿Qué tan preparados estamos para la guerra?

Se te quiere Venezuela, esperemos lo mejor y preparémonos para lo peor.


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Luis Enrique Sánchez P.


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