Menos mal, nos libramos de un idiota que se divierte matando elefantes

I.- En Sur América se siguió el ejemplo  que Caracas dio.

              Mañana se cumplirá otro  aniversario  de cuando  los caraqueños, cansados  del tutelaje hispano, optaron al  fin  por soliviantarse  y  crear  en América del Sur  el  primer  gobierno autónomo, aunque bajo la advocación poco honorable  de  Fernando VII,  aquel Borbón  que, con su padre  Carlos  V,  se  volvieron genuflexos  y gelatinosos ante la emergencia  clasista llamada Napoleón  Bonaparte. Poco  tiempo después, el ilustre  hijo  de Córcega,  puso en el trono de la dinastía borbónica a su hermano José Bonaparte, alias "Pepe Botella", por  adorador de Baco, quizás menos que el Borbón de ahora, quién se divierte en la nefasta y  brutal práctica de cazar elefantes, mientras intenta lucirse, según alguna prensa, con su fémina acompañante de turno.

              Por cierto, que el actual rey de España, es un caso tan curioso como irónico e hipócrita, cual Obama. Este odioso dios de la guerra, ostenta el premio Nobel de la Paz. El español, que se dedica a la cacería de elefantes, una actividad que uno creía sepultada, por la sensibilidad humana y la creencia que se podía ser idiota y hasta cruel, pero no tanto, es presidente honorario de una institución que debe velar “por la vida salvaje”. Una razón más para agradecer a los padres de la patria, nos librasen de la vergüenza que padecen los gobernados por el pobre reyecito de quincalla y botillería. En su decrepitud, se hace acompañar en aquella arcaica y deleznable actividad, por alguien a quien hace pasar como “su segundo frente”, cuando  “no puede con ella”, como cantaba la canción “La Múcura”.

            De las hoy capitales suramericanas, Caracas fue  la primera en pronunciarse; luego le siguieron  en este orden Buenos Aires,  Bogotá y Santiago de Chile. Y el 27 de abril de 1810,  el Cabildo  de Cumaná, ciudad entonces cabecera de  la  Gobernación del  mismo  nombre, de  la  cual Barcelona  era  provincia,  se transformó en Junta de Gobierno Provincial Independiente.  Pocos días  después,  en un razonado documento dirigido a la Junta  de Caracas,   los   cumaneses  dejaron  sentado su condición   de independientes. Mientras tanto, Barcelona se plegó al movimiento; en junio se adhiere a la Regencia - vale decir bajo  el  dominio español - y en octubre retorna a las líneas de la independencia.

II.- Unos callan y la crisis se acentúa.

              Y la posteridad del pronunciamiento de los ilustres hijos  de la ciudad marinera y mariscala, como la llamase  Andrés Eloy, no se debió a que hubiesen recibido informes tardíos de  lo sucedido  en  Europa. Contrariamente,  Cumaná  bien   informada estaba, en los niveles oficiales y hasta en la calle. Allí  todos supieron  a tiempo de la humillación de los borbones y el  mando etílico de "Pepe Botella".

              La  maledicencia y otra que no es tal, de libro  en libro  y  muy discreto estilo, hablan de un personaje  ilustre  e ilustrado que, siendo empleado del régimen hispano o colonial  en la  ciudad  del Manzanares, supo antes  que  los  caraqueños  de ciertos acontecimientos políticos de España a través de la prensa británica y trinitaria. Apresurose el joven políglota a informar a  las  autoridades  españolas  y empeño  puso en  no pecar  de imprudente  ante  los  criollos. Ni "Toñito"  Sucre  o  el  padre Patricio  Alcalá,  tío de éste, fueron informados.  ¡Eso  dicen entre páginas y tinta!

III.- Un bodeguero difundió las noticias subversivas con olor a pescado.

              Y  cosa curiosa; ¡en este mundo de todo se da!; hubo  una  vez en Cumaná un bodeguero inocente que sin  saber  ni querer,  convirtiose  en activo y eficiente propagador  de  ideas republicanas e informaciones de los sucesos europeos y la  crisis de España.

              El  anti-héroe cumanés, que pudo llamarse Pedro  o Juan, y de apellido Esparragoza, Estaba, Meaño, Arcas o Cermeño, con  frecuencia viajaba  a Trinidad y de allí  traía  cosas  que vender. Y periódicos viejos para  envolver  trozos  de papelón,  lonjas de pescado seco y cuanta cosa le comprasen  sus clientes.

              Toda literatura británica, y como tal la prensa, no podía  circular en la Venezuela colonial. Pero de aquella  manera inesperada,  el  humilde e inocente bodeguero puso en  manos  del público, del cual formaban parte hablantes del inglés, la versión británica de la disolución del poder imperial español.

              Aquel hombre, combatiente clandestino sin saberlo, dejó su huella en la historia y sirvió, quizás para su asombro  y miedo posteriores, a la causa de América. La censura española fue violada  de manera infantil y hasta simpática. Ideas y noticias corrieron entre olores de especies, pescado salado,  sesina  de chivo  y carne rancia. Pero pasaron; porque no hay idea buena  y trascendente que muera antes de tiempo.

              Y  el pobre bodeguero, el antihéroe oriental, a  la cárcel  fue cuando  el  poco  refinado aparato  represivo   del decadente régimen hispano supo sus peligrosas zoquetadas.

              El 19 de abril pues, no es sólo Emparan y su  mando renunciado, el cura Madariaga y su dedo agitado; Ribas y su grito oportuno  de  "vuelva al Cabildo"  y  tantos  gestos  y  frases repetidas. También el pueblo, el de Caracas y el de  acá,  hizo posible el acontecimiento que celebramos hoy.

            Porque el pueblo vota y hace historia. ¡Quita  y pone! y muchas veces sin querer ni saber.


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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

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