La invasión colombiana hacia Venezuela

Entre 2.500 y 3.000 colombianos solicitan cada año el estatuto de refugiado en Venezuela, según el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), organismo que considera que la crisis diplomática entre ambos países no debe afectar a esta cuestión puramente humanitaria. Desde 2002, ACNUR calcula que más de 180.000 colombianos han huido a Venezuela porque su integridad física corría peligro. De ellos, 14.723 solicitaron el estatuto de refugiados, que el Estado concedió a 2.900.

Esto es inexplicable. Este es el mundo al revés del que habla Galeano. La cosa debería ser totalmente lo contrario. Miles de venezolanos deberían estar haciendo largas filas en la frontera para salir hacia Colombia huyendo de la “tiranía” que hoy tenemos en Venezuela.

Lo que hemos visto y constatado con estupor es como miles de venezolanos hacían colas en Cúcuta para raspar las tarjetas de Crédito con los dólares que les asigna CADIVI. Mas antipatriotismo no se le puede pedir a esa clase media venezolana que se encuentra asfixiada por la falta de” libertad” que hay en el país.

Los colombianos en combinación con los apátridas venezolanos han invadido a Venezuela con Pantaletas, fajas y sostenes. Cientos de Palacios, fortines, castillos y Boutiques de las pantaletas han instalados a lo largo y ancho de la nación. El contrabando de textiles y cueros colombianos acabó con la pequeña y mediana industria venezolana del ramo. Camiones y gandolas entran a Venezuela con mercancía terminada y salen de aquí con materia prima importada por Venezuela con dólares preferenciales. Todo un negoción a favor de la oligarquía colombiana que usa nuestros dólares para jodernos.

Nos lastima ver al Comandante por TV dando créditos a venezolanos para que instalen industrias que luego van a vender sus productos a Colombia, pues por el valor de las monedas les favorece. Duele ver a empresarios colombianos instalados en Venezuela aprovechando nuestros dólares para sacar mercancía que hemos importado nosotros.

Nos duele, cuando constatamos que nuestras maternidades están colapsadas, que nuestros hospitales no se dan abastos, que los alimentos de Mercal se desaparecen vía Cúcuta, que las Casas de Alimentación no alcanzan para mitigar nuestra hambre y que nuestras escuelas no son suficientes, debido a la atención que les prestamos a los hermanos refugiados y que después vengan a pagarnos votando por Santos, colocándose al lado de la oligarquía que les hizo salir de su país. No solamente duele…. Arrecha.

Nuestro gobierno debe contener esa invasión yá. El cierre de fronteras se hace inminente. Vacilar es perdernos. El cuento de la “Hermana República” debe ser develado. Yo no quiero hermanos que me estén jodiendo. Por lo menos no los quiero dentro de mi casa. Cada quien en su espacio y con respeto.

De xenófobo y chauvinista me acusaran por escribir este artículo, pero experiencia personal vivida recientemente en Cartagena y Santa Marta me hacen pensar que la oligarquía tiene en un bolsillo al pueblo colombiano y lo está utilizando para agredirnos y según ellos “liberarnos” de la tiranía chavista. Sorpresa no me causaría si muchos de los colombianos que habitan nuestros cerros y barrios colaboraran con los gringos cuando vengan por nuestro petróleo y gas. Hay que recordar a los grupos de Iraquíes que salieron a las calles de Bagdad a celebrar la entrada de los ejércitos invasores a su país.

El triunfo de Santos en las elecciones presidenciales de Colombia debe prender la Luz Roja y declararnos en emergencia frente a la invasión a la que hemos sido sometidos con el cuento de que somos vecinos y hermanos. STOP


Juanveroes64@hotmail.com


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Juan Veroes


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