Alzados en Almas

El Dios del veintitrés

De los poemas de Rilke, Vallejo, Hölderlin, Antonio Trujillo, Sor Juana Inés de la Cruz, Dostoyevsky y Cardenal, me viene la idea de Dios. De la filosofía Presocrática, el subjetivismo de Kiekegaard, de la protesta de Bartolomé de las Casas, del desengaño de Nietzsche, del materialismo de Marx y la fiesta de Cruz de Mayo, me llega otra, no menos plural, no menos convulsa y cromática. Metáfora de todos los deseos, nunca uniforme ni acabada, nunca demasiado concreta para la razón; la idea de Dios es todo lo contrario a una verdad. Dios es la medida de cada fe y puede que sea también su ausencia . En todo caso, este vocablo habita el imaginario como una provocación al sin sentido. Ante el vacío Dios es lo que necesitamos real. Ha inspirado himnos, poemas, pinturas, esculturas y bailes, puebla la filosofía de todas las culturas, incluso la de la guerra y el exterminio. Estoy convencido de que si Miguel Ángel pintó al Dios de los Cristianos por encargo de la Iglesia, era precisamente porque ésta no podía imaginarlo ni predicarlo con pureza. Convencer, no de su existencia, sino de su sentido único y dogmático, ha sido la tarea de los teólogos. Nadie como el artista para responder por Dios. ¿Quién puede negarlo?

UROSA Y LAS CRUZADAS

La anterior reflexión me viene a propósito del escándalo en que quieren convertir la obra muralista de Nelson Santana. El hombre que pintó en el 23 de Enero a la Virgen de Coromoto y al Nazareno armados de sendas AK47, ha sido maltratado por la doble moral de la Iglesia y su prensa. La criminalización de una expresión estética disedente conserva el estilo medieval. Es una relación compleja la que ha existido entre el Imperio católico y el arte. Los representantes del judeocristianismo quemaron toneladas de libros para imponer el suyo,cortaron millones de cabezas para salvar su idea, destruyeron pueblos y culturas para regar la propia. Derribaron un universo de altares para imponer un único y universal formato de Dios.

Si alguien amenzaba a la Iglesia es el artista porque en su obra toda fe es relativa y todo lo sagrado polisemia. Es el monopolio del espíritu humano lo que se pone en juego cuando leemos El Dios de la intemperie de Armando Rojas Guardia, por ejemplo, o cuando rezamos el Credo de Aquiles.

Con los epítetos “profanación” y “bandalismo” quieren soslayar el sentido que recobra en los pinceles de un artista, la imagen del Nazareno en una pared de la parroquia, con el arma entre las manos. En desmedro del mural acusa Urosa el “uso indebido de las imágenes con fines políticos y de violencia” y alega que “las religiones manifiestan el encuentro con Dios y el ser humano”. ¿Olvida que luego de las Cruzadas, su Dios llegó a estas tierras en forma de espada y opresión? Nosotros, no.

CADA LUCHA CON SU DIOS

Si algún propósito tiene este ataque contra el mural, es evitar que la gente libere a Dios de los claustros y le dé sentido propio. Nelson funde dos ideas que estuvieron falsamente enemistadas en la doctrina católica: la del “más allá” con la del “más acá”. Una ontología que impide operar al espíritu, mantiene esclavo al hombre. El AK47 simboliza la liberación de los pueblos. Una lucha originada por la verdadera violencia: el hambre y la sumisión. Nelson plantea un reencuentro entre el cuerpo y el alma en un proyecto de liberación orgánica. Un Dios, comprometido en los desafíos humanos. Con fusil, como un Camilo Torres, como un muchacho pobre, ¿por qué no? Si nos sobra esperanza en el arte para hacerlo.


http://www.ciudadccs.org.ve/?p=64082


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Freddy Ñáñez

Ex ministro de cultura

 @luchaalmada

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