“Yo sólo sé que no sé nada”. La I.A., nueva comunicación, ignorancia de mi entorno y abundante información del más allá

En mis primeros años de estudio, supe de la célebre frase de Sócrates, "Yo sólo sé que no sé nada". Y, que agregó el pensador griego, refiriéndose a alguien, «No creo que ni él ni yo sepamos de nada de veras bello y bueno, pero, aun así, soy mejor que él, pues él no sabe nada y cree saberlo, y yo ni sé nada ni creo saberlo».

No he sido, no soy de los dados, por flojera y falta de inteligencia, a invertir mi tiempo en estudiar a los pensadores griegos, pues por esa, mi ignorancia, corta visión y flojera, estoy empeñado en creer que, en ellos, no hallaré respuesta a lo que, en mi vida, desde que me puse en eso, me planteo como interrogantes. Pero pese esta confesión, la de mi ignorancia y hasta flojera para ir hasta allá, tan lejos a buscar respuestas sobre lo que me rodea, creo saber bien lo quiso decir el pensador ateniense. Como que, es tanto lo por saber, atrapar, como me gusta decir, y poco lo que se sabe o ha atrapado el pensamiento, que es como, en fin, de cuentas, haciendo un balance, entre debe y haber, que es mucho, muchísimo más, lo que no se sabe. La cuenta da un balance negativo, es mayor el debe que el haber.

Es como un lugar común, y hasta propio de nuestra ignorancia, que uno recuerde aquello de Heráclito de Éfeso, al momento de interpretar el movimiento y el cambio, que "nadie puede bañarse en el mismo río". Esto que digo, que lo sabe todo el mundo, hasta yo, no es suficiente para interpretar en verdad el movimiento y el cambio, dado que el de Éfeso se limitó al movimiento como el cambio de posición, de espacio de la masa de agua del rio; le faltaron otros elementos del cambio que son muchos, cuantitativos y cualitativos, como los dados en el agua misma.

De modo que, en términos filosóficos al hablar de cambios, no puedo quedarme en Heráclito, debo tomar en cuenta los aportes posteriores de la ciencia y la filosofía y por ende afincarme en lo más cercano.

Todo lo "rumiado" hasta ahora, tiene como fundamento llamar la atención acerca de lo que, en mi entorno, el de los míos y el de todos, los más cercanos, acontece; y hacer uso de lo último; lo que acontece y con los instrumentos adecuados para atraparlo, proceder con pertinencia, sin hacer el trabajo más complicado, intentando utilizar valiosas herramientas iniciales, como la rueda por sí sola y el hacha de piedra, para "componer el mundo".

La inteligencia artificial, que pareciera ser una manera inapropiada de llamar a ese mecanismo de sometimiento e intento de facilitar las cosas por el capital, no sólo para alienar al humano, determinarle una conducta, sino también disminuir sensiblemente costos de producción, aumentar ganancias y hasta "aniquilar" la humanidad, es un mecanismo más.

Dije lo anterior, porque los teléfonos móviles, la tecnología que maneja internet y en consecuencia todas las forma de comunicación e información, parecieran vender la idea que unieran a la humanidad, dado que uno puede saber de inmediato y en detalles de lo que sucede "más allá de nuestro mundo". En los tiempos de la guerra de Vietnam, para no irnos tan lejos, uno sabía de lo acontecido en aquel espacio, 24 o 48 horas después de lo acontecido. Hoy, uno puede ver y oír, "en vivo y en directo", lo que acontece en Ucrania y hasta de las pequeñas embarcaciones que por orden de Trump hunden en el Caribe. Se escuchan truenos y estallidos "en vivo y en directo". Es más, hay hasta audaces que saben antes de tiempo, de producirse el hecho, como lo que en definitiva hará Trump, pese sus devaneos y prohibiciones de un Estado que no controla cabalmente, dado que los demócratas, con poder para desautorizarle desde el Congreso, han manifestado su posición en contra de hacer la guerra o invadir a Venezuela. Es más, hasta el N. Y. Times, asegura que, tales procederes, tienen el inmediato fin de fortalecer en la población la idea que, todo es valedero para dejar sentado el poder y supuestos derechos estaounidenses en cualquier espacio.

Los recursos tecnológicos de hoy, incluyendo la I.A. que parecieran unir y acercar al mundo en los alrededores, en las últimas espirales, lo hace de manera muy bien planificada, como que las espirales del centro, las inherentes a nuestro espacio, las más cercanas, se distancian. Tanto que sé bastante por Facebook y X, de mis amigos y hasta de quienes no lo son, pero poco o nada de quien vive en el barrio cercano al mío y hasta de mis vecinos.

Antes que, esos recursos tecnológicos apareciesen para "facilitarnos la vida y la comunicación", se sabía bastante del vecino y hasta de la propia familia, esa que convive con uno, que ahora por estar ocupada atendiendo al móvil, no tiene tiempo y, lo más triste, tampoco interés en comunicarse con quien tiene cerca y comparte de hecho las mismas calamidades. Es decir, esta tecnología, nos une con el lejano espacio humano y nos separa de quienes tengo cerca y comulgo, comparto de hecho, los mismos problemas. Pudiera ser que una a obreros, trabajadores de distintos países y de hecho lejanos, pero distancia a quienes trabajan en la misma empresa. Sé más de las calamidades de quien está allá lejos que, por estarlo, no puedo apoyarlo con mi calor, aliento y hasta fuerza física, pero nada del de al lado a quien, si pudiera confortar y más que eso, acompañar a superar calamidades.

Es decir, las nuevas tecnologías y lo de ella derivado, como la I.A., lejos de unir a quienes pueden luchar juntos por los problemas que les son inherentes y comunes, los separa. "Une", en la imaginación, a quienes están separados que, por estarlo, difícilmente pudieran embarcarse en un una empresa o gesta para sino liberarse por lo menos alcanzar algunas ventajas.

Esas nuevas tecnologías acabaron con el diario impreso, el de papel; el medio de mi preferencia, no por razones sentimentales o ideales, sino muy humanas, como que me informaba de mi entorno, intimidad. Me hablaba de mis problemas inmediatos, mi gente y espacio. Pero no sólo murió mi diario, también el canal de televisión que me vinculaba con mi entorno. Como dije arriba, las espirales más cercanas a mí, se alejaron para acercarme las que antes estaban lejos y de hecho lo están y por estarlo, lo que ellas encierran, no forman parte de mis necesidades inmediatas. Ahora sé, al instante, si en un barrio madrileño, moscovita o londinense se fue el agua, pero nada del barrio vecino. Sé de inmediato que, a mi amigo, el que se fue a Londres, a buscar la vida le está doliendo una muela, pero no que, a mí también amigo y vecino, en todo el día, nada ha comido porque su despensa está vacía. Es decir, las nuevas tecnologías fundieron las posibilidades de solidaridad entre los que comparten las mismas calamidades y en el mismo espacio.

Esas nuevas tecnologías, que han parido la I.A., en primer término, entonces, como dije, "vinculan, comunican", a los que se están alejados espacialmente; uno sabe del otro al instante. Pero sus problemas, pese sean coincidentes, como el bajo ingreso, se derivan de realidades distantes, lo que les imposibilita unirse para la lucha en común. Y quien tengo al lado, hasta a mi hermano, está tan ocupado atendiendo el móvil que le comunica con el más allá, no puede entenderse conmigo para insertarnos en una lucha en común dentro del real espacio, la espiral donde subsistimos.

De esa manera, las nuevas tecnologías, hallaron la clave para domesticar masivamente al humano, a quienes estando cerca físicamente están lejos, apartados y viceversa. A los cercanos, vecinos, compañeros de trabajo, la tecnología separa, pero acerca a los lejanos, con problemas quizás similares, pero imposibilitados de hacer lo pertinente. La I.A, resuelve la incomodidad de investigar, elaborar respuestas, conocimientos pertinentes al espacio nuestro y derechos. ¿Para qué pensar, investigar, molerse el cerebro buscando respuestas a partir de lo real y hasta imaginado, si la I.A. tiene respuesta para todo? Ella facilita ese trabajo, pero inserta respuestas y conductas inherentes al interés de sus creadores y quienes difunden su uso.

Revisando, jorungando, hallé un artículo publicado en el N.Y Times, titulado "Trabajo como desarrollador de I.A." escrito por "un desarrollador que ha dirigido varios proyectos de IA, incluido LaMDA de Google, un modelo conversacional de lenguaje de gran tamaño que precedió a Gemini". Https: www.nytimes.com/es/2025/12//02//español/opinión/padres-ninos-ia.html

En dicho texto, se dicen cosas como estas, "Creo que estas tecnologías son importantes porque, en última instancia, pueden ayudarnos a resolver algunos problemas más rápidamente y permitirnos dedicar más tiempo y energía a prioridades más relevantes, tanto profesionales como personales".

Y luego agrega, "El porvenir es incierto, pero si fomentamos el pensamiento crítico y la flexibilidad creativa de nuestros hijos ahora, creo que podemos ayudarles a prepararse para un futuro con IA.

"Pienso enseñarle a verificar los datos de las fuentes proporcionadas por la IA, y asegurarme de que comprende que las computadoras a menudo "aprenden" lo incorrecto de las fuentes en línea.

El autor, envuelto en la tarea de "desarrollar proyectos relacionados con la I.A., advierte el peligro que eso envuelve a la multitud, como el desplazamiento de grandes masas de trabajadores, dada la posibilidad "resolver problemas más rápidamente y dedicar más tiempo a prioridades más relevantes".

Él, consciente de los efectos negativos que pudieran derivarse del inadecuado uso del valioso recurso informativo que es la I.A. advierte que él, "piensa", preparar a su hijo en el uso adecuado de tal recurso, para evitarle terminar alienado por la I.A o lo que es lo mismo, permitir que esta, a través de las computadoras, como decía el viejo eslogan de la "Publicidad ARS", aquella dirigida por Arturo Uslar", piense por su hijo.

Entonces, pareciera que las nuevas tecnologías y de ellas derivada la I.A., son un volver a lo de "Un mundo feliz" de Aldous Huxley. Pero hay algo curioso que para lo que posiblemente la I.A, no tiene respuesta. Al sustituir el esfuerzo humano por buscar respuestas, la propia I.A. pudiera sentirse afectada, carente de fuentes para nutrirse. Pero también, dado es su objetivo, inmediato, la I.A es un mecanismo de dominio y un intento de elaborar los seres determinados de los que habló Huxley. Ella intenta incluso sustituir al hombre, al mismo que le dio origen y con eso bajar drásticamente costos de producción, lo que implica sustituir la mano de obra. Pero hay otra contradicción, los productores necesitan consumidores. Esto me lleva a meditar sobre un asunto sustantivo sin importar el espacio, el salario, ingreso de los consumidores.

¿No podría ser la I.A. un Caballo de Troya, que el modelo mismo se inserta, en su afán desesperado por acumular riqueza poder? Digo esto porque, el desplazamiento de trabajadores, con la incorporación de nuevas tecnologías, cada vez más sofisticadas, de las cuales la I.A, es una de ellas, pese su función alienante, pudiera al mismo tiempo generar hondas dificultades al modelo. Pues el ansia acumulativa, la ganancia superlativa, lógica del capital, reflejada en esas nuevas tecnologías, pudieran, al mismo tiempo, generar serias y hasta insalvables contradicciones.

Llegado a este instante, no puedo hallar respuestas a esta incertidumbre, más estando China de por medio, como una de las grandes fuentes de la I.A., apelando al sabio pensamiento griego. Tengo que usar recursos que, pese estén, influidos de alguna manera por ellos, fueron elaborados posteriormente. Hay una "cosa", no vinculada, por lo menos de inmediato, al pensamiento griego y no creo hallarla en él, que llaman la lógica del capital, que está representada, expresada, en los fines de la I.A.

Entonces para finalizar, pensando en China, no en chino, donde las nuevas tecnologías germinan velozmente, según el pensamiento de hoy, que puede atrapar la realidad, sin necesidad de hundirse en la caverna, no cabe preguntarse, ¿todo eso no juega en favor del capitalismo, el dominio y la unidad de quienes a este privilegian?

Pero, ¿no es valedero pensar que esas nuevas tecnologías, destinadas a generar mayores beneficios al capital, aumentando la producción, controlando la mente de la gente, y trabajadores y consumidores, no es al mismo tiempo una manera de depr4ciar el valor del trabajo y hasta general desempleo? ¿No atenta contra la capacidad de consumo y e consecuencia contra la producción y el modelo mismo? ¿Es pertinente pensar que, lo que no han podido hacer las vanguardias, por lo menos por ortodoxas, lo genere el modelo mismo por su ansia acumulativa?



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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

 damas.eligio@gmail.com      @elidamas

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