Dirijo esta denuncia al Gobierno Revolucionario para el estado Nueva Esparta, con la esperanza de que sea escuchada y atendida. Aunque reconozco el esfuerzo del Presidente y los Gobernadores por mejorar y hacer más efectivo el servicio médico.
Lamentablemente existe un capitalismo subterráneo que les ocultan y que es una cruda realidad para muchos ciudadanos.
Conozco de muy cerca el suplicio comercial que enfrentan los pacientes para ser operados, muchos se ven forzados a endeudarse y hacer lo imposible por conseguir una larga lista de insumos y medicamentos. Si no cumplen con estas exigencias, su salud no podrá ser restablecida.
Esta lista de requerimientos lleva a los pacientes a buscar desesperadamente los insumos. Si no los encuentran en las farmacias, se ven obligados a recurrir a traficantes de medicinas y utensilios que, paradójicamente, extraen estos productos de los mismos hospitales.
La situación es especialmente crítica para los pacientes que carecen de recursos económicos, y mucho menos de dólares. Trágicamente, muchos de ellos fallecen o empeoran su salud debido a esta imposibilidad de acceder a lo necesario.
¿Hasta cuándo estas mafias seguirán operando? ¿Es verdad que los hospitales no cuentan con todo lo necesario para atender a un paciente que necesita con urgencia ser intervenido?
Pido encarecidamente a los nuevos Gobernadores que confronten esta realidad. Es crucial que no caigan en formalismos mediáticos, sino que se involucren a fondo en esta situación.
Es imperativo que actúen contra los directores de los centros de salud, quienes son los primeros responsables de garantizar la salud del pueblo y de liberarlos de este capitalismo subterráneo que azota a muchos hospitales.