El gran error de Juan Pablo Guanipa

Si la honestidad tiene un precio, indudablemente que la dignidad también cuesta. En el momento que Juan Pablo Guanipa prefirió no juramentarse como gobernador del Zulia frente los jefes del gobierno chavista, fue la excepción en la regla la cual los gobernadores adecos cumplieron a cabalidad bajando la cabeza en procura de preservar los espacios obtenidos. La del Táchira ha sabido vibrar aún sin tener recursos, los de Nueva Esparta y Mérida de alguna manera se hacen sentir, el país sabe que existen. En cambio el de Anzoátegui aplica aquello de pasar por debajo de la mesa. Todos tienen en común el nombramiento de un protector que se empeña generalmente en demostrar que él es el verdadero poder manejando recursos mayores que el propio gobernador, además controla todos los entes nacionales amen del contacto directo con Maduro.

Seguramente si Guanipa hubiese aceptado la vergüenza de juramentarse frente a ese poder rojo rojito, el pueblo zuliano no estuviese en tan paupérrima situación, si precisamente de haber estado como gobernador, el Zulia contaría con un protector siempre dispuesto a hacer ver a Guanipa como un incapaz. Hecho muy difícil por la capacidad y creatividad del joven maracucho, con la seguridad que su trabajo seria reforzado por el gobierno interino.

El escenario zuliano sería otro, no existiría tanta calamidad por no ser el dirigente de Primera Justicia un ciudadano controlable, razón por la cual el gobierno nacional tendría que echar el resto para conseguir votos en la región. Algo parecido al Táchira. Situación muy distinta a la del estado Anzoátegui en donde existe un gobernador complaciente con el gobierno nacional, incapaz de criticarlo haciéndose el loco ante la problemática, en donde pareciera que a los líderes chavistas nacionales les interesa un señor como Barreto Sira por ser controlable. Nombrándoles protectores inoperantes o sin poder de convocatoria como Aristóbulo Istúriz, que al decir de muchos lo nombraron para facilitarle una nueva victoria a la oposición y terminar con la carrera política del profe quien desde hace algún tiempo tiene el gusanito de ser el sucesor de Nicolás Maduro.

Lo cierto es que nunca imaginó Guanipa el daño que le haría a Guanipa al renunciar prácticamente al cargo que fue electo, apuesto a que otro gallo cantaría convirtiéndose en el líder absoluto del estado Zulia e indudablemente el máximo representante de su organización política a nivel nacional. Si bien es cierto que al mejor cazador se le va la liebre, no es menos cierto que todavía muchos dirigentes de oposición se dejan manipular por las estrategias de los conductores del gobierno, y en la actualidad no basta con reconocer esto arrodillándose en cualquier manifestación popular. No son tempos de cometer errores, aunque es bien sabido que en política los errores se pagan muy caros, en estos tiempos desafortunadamente quien sufre más por ellos son los ciudadanos. No nos alegramos, pero la situación del Zulia es tan caótica que el único gobernador infectado con el covid-19 es Omar Prieto. Por favor que se puede esperar para la población



Esta nota ha sido leída aproximadamente 2488 veces.



Claudio Schiveci

Exdirigente juvenil en el Liceo Cajigal de Barcelona, Cofundador de la revista Horizonte, redactor de la revista cultural Candilejas. Columnista en los diarios El Metropolitano, La Nueva Prensa de Oriente y Diario Impacto en Anzoátegui.

 claudioschiveci@gmail.com

Visite el perfil de Claudio Schiveci para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Claudio Schiveci

Claudio Schiveci

Más artículos de este autor