Paraqueima en caída libre

El alcalde simbólico, de El Tigre, porque solamente así se puede llamar alguien que no cumpla su trabajo. Una joven por las redes le preguntaba ¿Cuando trabaja usted señor alcalde, en qué momento? Si definitivamente al cumplir esa agenda alcanforada no tiene tiempo ni de cambiarse de ropa, sale con un suéter, llega a la oficina después de trotar y se pone el bendito traje azul, que hasta corto y apretado le queda, lo botones no le trancan.

El hombre se despierta a las tres de la mañana, como no cree en Dios le reza a María Lionza y al Negro Felipe, apurado no se baña, una perolita de agua para mojarse la cabeza, se coloca el mono con el suetercito o sino los pantalones recortados de otro viejo pantalón. Ya a golpe de 4 am lo esperan los guardaespaldas, todavía le teme a Los Sanguinarios. Toma bastante café, como el comandante supremo, porque en todo se copia de alguien.

No cocina, nunca lo ha hecho, lo mal acostumbraron sus amigos de infancia en Los Sabanales. Luego de tomar café, sale a trotar hasta las 6 de la mañana, llega a la emisora, a eso de las 6 y 15, ya Cheo le tiene limpio el estudio con los chismes del día sobre la mesa. Después de insultar y humillara quien le venga en gana, se marcha a las 8 para el despacho allí se cambia de ropa colocándose el singular traje azul.

Posteriormente sale a supervisar unos tres negocios. Antes le deja las instrucciones a Jesús que es el director general, y hermano de él, para complemento del nepotismo. La supervisión no es más que amenaza de cierre. De allí se va al negocio de su amigo en el balneario del rio Caris. Bueno cuando está Brito, se reúne y almuerza con él. Quien ha pedido le baje dos, al parecer está haciendo algo de caso.

En Caracas se notaba menos agitado en la entrevista de televisión. Cuando alguien pidió le regalara una caja de preservativo, no perdió el control. Contestó, muy serio, "eso fue por un video que grabé hace tres años, no era alcalde". Me hizo recordar aquel señor apodado el Monstruo de Guarenas, cuando le preguntaron. Si era cierto que comía carne humana, respondió, "no, eso era antes, yo me dejé de eso". También los videos los reedita, en donde advertía que eso de tenerles odio a los homosexuales, era por tener un Gay adentro. Le quitó esa parte al discurso. Será que Brito le diría y los que aman a los gay como tú lo haces, a quien tienen adentro.

Lo cierto es que viene en caída libre. Perdió el apoyo de los vendedores informales. Está enfrentado con las Iglesias, con los conductores de vehículos, comerciantes y ahora perdió la mayoría en la cámara Municipal. Sabes que no estás bien, te recuerdas cuando medio abrías la puerta de Zaurín en la emisora de radio. Y le decías, "señor Fernando, yo no soy el diablo ni el anticristo de Los Cocales", apóyeme. Hoy estas peor, todo el mundo conoce tu verdadera personalidad, no se a quien le vas a pedir auxilio.

 



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Claudio Schiveci

Exdirigente juvenil en el Liceo Cajigal de Barcelona, Cofundador de la revista Horizonte, redactor de la revista cultural Candilejas. Columnista en los diarios El Metropolitano, La Nueva Prensa de Oriente y Diario Impacto en Anzoátegui.

 claudioschiveci@gmail.com

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