La campaña por Maracaibo

La elección del Alcalde de Maracaibo, nos permite realizar una serie de consideraciones desde la filosofía política. En primer lugar, se plantea desde la discusión sobre la veracidad de la afirmación – muy común- acerca que las elecciones municipales son las más cercanas al ciudadano. La disputa entre Pérez Pirela y Eveling de Rosales indica ciertos elementos que contradicen está perspectiva. En términos reales, la gestión de la Alcaldesa es inexistente. Las condiciones de habitabilidad de la ciudad (seguridad, aseo, ornato, iluminación) son prácticamente nulas. Pérez Pirela le ha tocado la difícil tarea de acercarse a un electorado que históricamente ha sido esquivo al Proyecto Bolivariano. Con preocupación observamos cómo los estudios de opinión que circulan, presentan una evaluación de gestión de la Alcaldesa relativamente positivo. Esa evaluación, es más una postura representativa del odio visceral hacia la idea de Socialismo del Siglo XXI de ciertos sectores de la sociedad maracaibera asociados con el tradicional proyecto regional, autonomista y secesionista. Esa visión, acentuada en un regionalismo maniqueo – al estilo del implementado por Sutherland y Pulgar en el siglo XIX- insiste en un análisis de diferencialidad que no tiene espacio histórico ni cultural en el actual momento sociopolítico de Venezuela.

En segundo lugar, desde una discusión paradigmática el debate no ha sido equilibradamente rico. Para entender eso debe citarse varios elementos. El primero, la carencia conceptual del equipo político de la MUD que apoya a la Alcaldesa. Los enunciados de sus discursos, el eslogan de campaña insiste más en la confrontación bolivarianos/demócratas liberales que en verdaderas propuestas de acción. Por su parte, debe reconocerse que la propuesta de Pérez Pirela es moderna – en términos de acción y cuanto al elemento tecnológico- pero el problema parece ser que la propia dinámica interna de las elecciones, no permite que sea ese el centro de la discusión. El segundo elemento, deviene del hecho que estamos ante una confrontación simbólica importante. Maracaibo es el epicentro de una batalla de supervivencia. Un Nuevo Tiempo (UNT) se juega su permanencia política con Eveling Trejo. De perder, eso significaría el fallecimiento del proyecto político esbozado por Manuel Rosales y su entorno. Por su parte, Pérez Pirela y el PSUV se juegan el esfuerzo de diseñar una campaña atípica, pues ha tenido un candidato que hizo un gran esfuerzo por darse a “conocer” en su terruño, pues inicialmente la percepción – y las matrices que construyó la MUD- era que venía como “importado”. Por eso, vemos que en términos de eslogan el uso del vos – que recurre a la idiosincrasia del maracaibero- ha sido constante en las presentaciones y la propaganda política del PSUV.

En tercer lugar, es un reto para la maquinaria electoral de ambas organizaciones. Para UNT, se trata de mantener el control que han ejercido en Maracaibo desde la salida de Gian Carlo DiMartino en el año 2008. Ese año, la organización de Rosales obtuvo en Maracaibo 322.122 y el PSUV 215.354. En el 2010, Eveling Trejo obtuvo 263.509 votos y Di Martino 192.800. Ambos sufrieron una merma importante. En las presidenciales de Octubre de 2012, la tarjeta de UNT aportó 256.460 votos y la del PSUV 281.675, pero el conjunto de organizaciones de la MUD logró en el Municipio un total de 390.527 contra un total de las organizaciones bolivarianas (PCV, Tupamaros, otros) de 332.313. En abril de 2013, la MUD obtuvo en Maracaibo 437.180 votos y el Bloque Bolivariano en conjunto 296.111, con el PSUV aportando 259.103.

En cuarto lugar, en términos de equipos políticos, hay una discusión que aflorará. Sí el resultado favorece a Pérez Pirela, la MUD y UNT sufrirá un descalabro, pues la discusión sobre la conveniencia de haber mantenido la candidatura de Eveling por encima de quienes impulsaron a Juan Pablo Guanipa de Primero Justicia (PJ) surgirá.

Sí el resultado favorece a la MUD y UNT, debe discutirse la evaluación del desenvolvimiento del equipo político del PSUV en el municipio, pues en términos cuantitativos no ha habido – a pesar del esfuerzo de inversión del Gobierno Nacional- una progresión de los apoyos, por el contrario se observa una merma en su caudal electoral. Por eso, se explica que la campaña de Pérez Pirela haya estado sostenida en el manejo de lo identitario histórico-cultural y no en el apoyo principal y esencial del equipo político del PSUV en Maracaibo, a pesar de su protagonismo y presencia. La estrategia de apertura de Pérez Pirela señala su plena conciencia de las dificultades organizativas de la estructura política de Maracaibo y la necesidad de realizar un trabajo de acercamiento e identificación afectivo- simbólico con un electorado que no ve con buenos ojos a los dirigentes bolivarianos del Municipio.

En conclusión, en términos filosóficos y políticos, debería prevalecer la opción de Pérez Pirela, por su aporte en función de una idea de democracia como mandar-obedeciendo, en una acción liberadora y profundamente humana y solidaria. Ya veremos que ocurre¡¡.

Dr.

Historiador/politólogo

 



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Juan E. Romero

Dr. Mgs. DEA. Historiador e Investigador. Universidad del Zulia

 juane1208@gmail.com

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