Colapsado el Zulia

Nunca antes el Estado Zulia había padecido una situación como la actual. A las tragedias provocadas por las intensas y recurrentes lluvias en el Sur del Lago, en la Guajira y en la Costa Oriental del Lago, se suman las pésimas condiciones de la vialidad en todo el territorio de la región, y de manera muy particular en Maracaibo, Cabimas y por supuesto que en los municipios Baralt, Sucre, Javier Pulgar, Colón, Jesús Semprùn y Catatumbo. Estamos hablando del 70 por ciento de los 63.100 kilòmetros cuadrados de este estado petrolero, agropecuario, musical, gaitero, parrandero y trabajador Por si esto fuera poco, la proliferación de buhoneros en el casco central de la ciudad, desde la confluencia de las Avenidas El Milagro y Libertador hasta el Terminal de Pasajeros, han convertido en un verdadero “pandemónium” la zona más comercial de Maracaibo, los informales buscando mejorar sus ingresos decembrinos y los parroquianos a la caza de las mejores ofertas del mercado para las fiestas navideñas.

La situación de la vialidad trae como consecuencia situaciones conflictivas. Durante toda esta primera quincena de diciembre, no ha habido día sin protestas en el centro de la ciudad, en el sector de Los Plataneros, en los alrededores del Mercado Periférico de La Limpia, en La Curva de Molina, en la avenida Los Haticos, en la Milagro Norte, carretera La Concepción. Y no protestan sólo los conductores de las líneas por puesto, también los ciudadanos de a pie y hasta ¡los comerciantes! Ayer viernes hubo un paro de comerciantes en el Periférico La Limpia porque los buhoneros les invadieron todos los accesos a sus puestos.

Y de Cabimas ni se diga. La ciudad, centro neurálgico de la Costa Oriental del Lago, nada entre las aguas cloacales debido al colapso de las alcantarillas y de los vertederos de las aguas servidas. ¡La Hediondez ha hecho presa de Cabimas!, lo que unido al pésimo estado de las principales arterias viales, la tienen sumida en un verdadero pantano putrefacto.

El 80 por ciento de la subregión goajira está bajo las aguas y ahora con el temor de la población ante el posible desbordamiento de la represa Manuelote, la ha sumido en la más espantosa desesperación. El colapso de Manuelote implicaría una tragedia indescriptible; a los miles de damnificados y refugiados de hoy, se sumaría un apocalipsis que, no dudamos en afirmarlo, es la naturaleza cobrando desde ya la destrucción ambiental mediante los fenómenos de El Niño y La Niña.

El Sur del Lago está invivible. Miles de agricultores y empresarios de toda magnitud, pequeños, medianos y grandes han perdido el fruto de su trabajo. Decenas de miles de sembradíos se encuentran bajo las aguas, varios ríos se han salido de sus cauces, muchos animales han sido trasladados a las partes más elevadas, mientras otros tantos han perecido ahogados bajo las aguas. Las autoridades se estàn moviendo con premura para prevenir posibles brotes de enfermedades endémicas.

Mientras tanta, en Durban, en la Cumbre del Ambiente, las naciones más depredadoras le han dado la espalda a la suscripción de un pacto para salvaguardar la naturaleza.

(*)Miembro de Número de la Academia de Ciencias Económicas del Estado Zulia

cepo39@gmail.com


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Cèsar Prieto Oberto

Profesor. Economista. Miembro de Número de la Academia de Ciencias Económicas del Estado Zulia. Candidato a Dr. en Ciencia Política.

 cepo39@gmail.com

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