Para los que subestiman el poder de penetración de los medios y veladamente los defienden (verbigracia los Villegas) he aquí mis anécdotas

Chávez los tiene loco pero Globovisión, RCTV y el 90% de los medios radiofónicos también

En mi artículo de ayer les hablaba de cómo mucha gente de esos sectores que en las encuestas los identifican con las letras D y E (los menos) y, más aún, los que identifican con las letras B y C (los más) se han beneficiado enormemente de este gobierno y todavía así hablan la paja hereje de éste y, lo que es peor, lo hacen en momentos en los que se encuentran, por ejemplo, disfrutando de algún beneficio de este gobierno, y créanme que no me lo han contado, lo he vivido en carne propia, pero si, de estadística se trata, me imagino que mis anécdotas o vivencias con el comportamiento de esta gente debe extenderse a muchas personas más, que seguro me escribirán señalando que sí, que lo han visto o lo han vivido.

Desde el punto de vista económico y social, no sé en cuál de esas letricas con la que suelen identificar a grandes porciones de personas, ubicarme, pero me imagino que estoy a medio camino entre la letra C y D, es decir, un carajo que a veces es clase media baja y en otras ocasiones clase baja alta (qué vaina más rara esa clase).

Lo cierto es que una amiga, a sabiendas de que hace poco me separé de mi pareja y, por lo tanto ahora tengo más gastos porque tengo que pagar alquiler, comer en la calle, mandar a lavar y a planchar mi ropa, me dice que por qué no compro en un Mercal que montaron en una populosa urbanización (para la gente high no es una populosa urbanización sino un barrio de lo peor) que hay aquí en Mérida que, por cierto, para los que se creen ricos y se identifican con los escuálidos y viven aquí se llama J.J. Osuna Rodríguez y para la gente de a pie se llama simplemente Los Curos . Yo, quien ya había escuchado a mucha gente que los productos que se venden en los mercales son de muy buena calidad consentí ir hasta el Mercal a hacer mis compras, no sin algo de preocupación porque en mi billetera cargaba sólo 200 BsF. Estando en la cola hay dos señoras delante de mí que comienzan a hablar que esa cola, que con este gobierno todo es cola, que si se acabaron los pollos, que seguro los guardias o los que están conectados con el gobierno ya se los habían llevado para su casa y bla bla bla, casi el mismo argumento y monólogo que oye uno a diario por los medios de comunicación privados, a todas éstas, mi amiga comienza a llenarme unas bolsas con harinas de maíz, de trigo, pastas, mantequillas, mortadelas, chocolate en polvo, chicha, café, arroz y de repente me veo rodeado de tres bolsas hasta los teque teque con todos estos productos. Yo le digo a mi amiga, párale porque cargo sólo 200 BsF y no sé si me alcance cuando vaya a pagar. Cuál fue mi sorpresa cuando el par de mujeres que minutos antes estaban en la cola vociferando el mismo veneno que sueltan Globovisión y afines, se voltean y me dicen: “Nooooo mijo en esas tres bolsas que lleva usted ahí no tiene ni 100 BsF”. Lo dijeron con la seguridad de quienes se la pasan en esos mercales haciendo compras y, de inmediato, comenzaron a darme sugerencias sobre los productos a comprar: que si lleve estas galletas que son buenas, que si este chisgüís, que esta mortadela es buena pero que hay una mejor que no trajeron ahorita, que lleve la mantequilla con los ojos cerrados qué es deliciosa, que si el café sí no es muy bueno porque es de Tovar (una ciudad ubicada casi 2 horas de la capital de Mérida) y cuesta casi lo mismo que los más comerciales… y así por el estilo. Me di cuenta que las señoras eran ciertamente muy amigables, humildes y buenas personas, de esas que, con seguridad, me invitarían a comer unas arepas con café para la cena, tal como es la costumbre aquí en Mérida, y me pregunté: por qué estas señoras tan agradables, inteligentes, bonachonas, buena gente, que se están beneficiando de una de las políticas sociales del gobierno hablan tan mal de éste. La respuesta no tardó en llegar cuando una le espeta a la otra: “De todas formas hay que estar moscas porque Miguel Angel Rodríguez estaba diciendo ayer en la mañana que esta leche de Mercal viene de Brasil y que pasa sin control (sanitario) al igual que la mortadela y que está dañada y bla bla bla”, la otra de una vez le dice: “Noooo mija yo no voy a llevar esa leche, a ver si enveneno a los muchachos”. En ese momento no sé cómo me contuve para decirles: “Señoras, ustedes ya fueron envenenadas ayer: Por Miguel Angel Rodríguez”. Llegó mi momento de pagar y ciertamente, estas señoras expertas en Mercal tuvieron razón: no cancelé ni 100 BsF, mi cuenta, 76 mil BsF y me dije, aún sin haber probado los productos, los cuales ciertamente resultaron excelentes, qué gran gobierno y qué hermosa labor. Mañana Dios mediante, les contaré mi segunda anécdota… No se la pierdan, porque conforme vayamos llegando a los de la clase B y C verán como la cosa se pone más buena y estoy seguro que, conmigo, dirán: Chávez los tiene loco pero Globovisión, RCTV y el 90% de los medios impresos y radiofónicos también…



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