Comienzo de la cita: José Martí rechazó los 8 mil pesos que le ofreció para la guerra porque eran fruto de un secuestro, pero no le negó el derecho a combatir por la independencia de Cuba. Dirá Martí a Máximo Gómez: "Manuel García, en carta triste y sumisa, espera órdenes". Y el propio Gómez escribe a Francisco Carrillo, jefe de la Revolución en Las Villas: "Cuente con Manuel García".
Pero Manuel García murió el 24 de febrero de 1895, el mismo día en que se iniciaba la Guerra de Independencia. Lo asesinaron cuando se disponía a ponerse al frente del grupo de Juan Gualberto Gómez y Antonio López Coloma alzado en Ibarra. Se dice que se incorporaba con grados de capitán, pero parece ser cierto que clubes de la emigración cubana en Cayo Hueso le confirieron con anterioridad la estrella de comandante. Y se dice que antes de comenzar la contienda Juan Gualberto había hecho coronel a aquel hombre que a su modo y en solitario animaba la subversión en la Isla.
Pocas figuras cubanas son tan desconocidas y tan ligeramente tratadas como la de El Rey de los campos de Cuba. Ninguna tal vez más controvertida y polémica. ¿Quién es ese hombre? Lamentablemente, casi todo lo que se conoce acerca de su vida lo escribieron sus enemigos. Nació en Alacranes, Matanzas, el 1ro de febrero de 1851. Pronto comenzaron sus problemas con las autoridades españolas. Lo encarcelaron cuando amenazó de muerte a un alcalde que había vejado a su esposa, y con posterioridad hirió a machetazos al padrastro cuando lo sorprendió en el momento en que propinaba una golpiza a su madre. El temor de que lo encarcelaran de nuevo lo hizo buscar amparo en el monte.
Parece que entonces se sumó a la partida del bandolero Lengue Romero y se convirtió en enemigo público. Cuando el gobernador Luis Prendergart, con tal de acabar con el bandidismo, ofrece a los cabecillas el indulto, facilidades para viajar al exterior y una gruesa suma de dinero si deponían su actitud, Manuel García se traslada a Cayo Hueso. El hombre que supuestamente había robado miles de pesos no guardaba nada para sí y para vivir debió buscar empleo en la tabaquería de Eduardo Hidalgo Gato, el amigo de Martí. Eso resultó decisivo para el ex bandolero pues su contacto con los emigrados revolucionarios hizo que su rebeldía derivara hacia la independencia. Pronto será uno de los cuatro integrantes de la expedición del balandro Dolphin que desembarca en septiembre de 1887 por Puerto Escondido, al este de La Habana. El jefe del grupo muere en combate casi enseguida y García asume el mando del pequeño destacamento que pretende crear las condiciones para la guerra libertadora.
A partir de entonces apenas conocerá el reposo. En noviembre de 1890 el Capitán General ofrece 10 mil pesos de recompensa por su captura y entrega. En vano, nadie lo denuncia; nadie siquiera intenta atraparlo. Numerosa tropa le sigue los pasos. Y lo cerca una red de espionaje que pretende vigilar sus movimientos. Pero García no es enemigo de poca monta. Sobresale por su inteligencia natural e intuitiva y lo ayudan sus dotes de organizador y el conocimiento absoluto que tiene del terreno en que se mueve.
Operó en lo esencial en zonas de La Habana y Matanzas. Realizaba asaltos y secuestros y pedía rescate por ellos. Los españoles sabían bien de las ideas y propósitos que lo movían. Informaba a Madrid el Capitán General: "Manuel García no ha querido perder nunca la significación de separatista…sostiene correspondencia con los revolucionarios de aquí y del Cayo, y casi todas las víctimas de sus secuestros han sido personas que no profesan tales ideas, que el dinero que obtiene por los rescates se emplea exclusivamente en adquirir armas y municiones y en socorrer a los campesinos".
Gregorio Ramírez, uno de los últimos sobrevivientes del alzamiento de Ibarra, contó que en la noche del 23 al 24 de febrero de 1895 esperó, por órdenes de Coloma y Juan Gualberto, la llegada de García. No llegó y horas después se enteraron por un periódico de que no llegaría nunca.
Manuel García, en efecto, se dirigía a Ibarra en la tarde del día 24. Al salir de la tienda El Seborucal, en Ceiba Mocha, donde se pertrechó, se adelantó a su tropa con dos acompañantes. Minutos después sus hombres vieron a uno de ellos en el camino, al lado del jefe que se desangraba. Jamás se precisaron los detalles. Muerte oscura y misteriosa la de El Rey de los campos de Cuba. Fin de la cita. Ciro Bianchi Ross.
Para un verdadero líder político, el fin no justifica los medios, cuando este bandido autodenominado: "Rey de los campos de Cuba" Manuel García, fue a ofrecer dinero a José Martí para la causa revolucionaria: fondos notoriamente obtenidos a costa del robo y el pillaje. Y el Apóstol de la independencia de Cuba, cuya causa estaba necesitada de recursos para sostenerse y mantener la pelea, se negó en redondo a financiar la revolución con dinero mal habido. ¿Será por algo similar que Juan Guaidó, execró al diputado por Anzoátegui a la AN José Brito de las filas de la MUD? Anzoátegui estará pendiente el 5 de enero de 2020 del voto del diputado José Brito a favor o en contra de Juan Guaidó para su reelección en la presidencia de la Asamblea Nacional.
Existen muchos ejemplos en la historia que confirman esta conducta. Porque en el ejercicio del liderazgo popular y legítimo, el fin no puede ni podrá jamás justificar los medios.
Los líderes políticos, tienen que asumir un hecho innegable: su liderazgo, si es genuino, legítimo y limpio, conquistado y no comprado, basado únicamente en la influencia de índole personal que ejercen sobre sus liderados en forma personal, y no coyuntural, de conveniencia, de favores, sobornos, negocios oscuros, maniobras turbias, o de los pactos o alianzas momentáneas, y circunstanciales. Los lideres tiene que ser sinceros, genuinos comprometidos, defendiendo y luchando por los ciudadanos que representan y los llevaron al poder para realizar cambios, en la seguridad social, y el desarrollo integral de las comunidades que representan en la AN, con arreglo a la norma establecida, no violando nada, para bien de todos.
Los otros "diputados", señalados en esa trama de corrupción se presume que el 5E, van por aquello:"denme lo que falta para liquidar a Guaidó", dicen en todo Anzoátegui, que fueron soldados opositores del momento, y de la conveniencia, que ese día, cambiarán de bando, y rumbo si la presidencia de la AN cambia: antes de este escándalo de corrupción seguían al "líder" Juan Guaidó, y mañana, si la paga "resuelve bien ", seguirán a Timoteo, y lo elegirán en la presidencia de la AN. Sobran ejemplos, tanto en el tiempo como en el espacio, para demostrarlo.
Los líderes políticos, y de masas, son reconocidos a través de sus orígenes, historias, hechos y logros, y la forma como se ha integrado, y se proyectan hacia su entorno, y al pueblo desde su figura con honestidad. Y en el caso de Guaidó, el 5E se verá si es un líder político, de masas, una marca que debe ser contentiva, portadora, de comunicación pública, y por qué no, de una plataforma electoral de triunfo, con principios, valores, y de unos conceptos, y modelos de vida, y conducta compatibles con el mensaje que dirige a la sociedad que pretende gobernar. De no ser reelegido como presidente de la AN el 5E, caerá indefectiblemente en la incoherencia, la demagogia, la mentira, el fraude. O sea será catalogado como: más de lo mismo.
El desplome se Guaidó el 5E de no lograr sus objetivos, por no saber vender un mensaje de cambio, cuando sus prácticas para lograr adeptos, y alcanzar al poder mediantes los votos, fueron las mismas que han sido historia reciente, aplicadas por la revolución bolivariana a quienes pretende sustituir.
No se puede vender promesas transformadoras, si las acciones denotan la permanencia, el anquilosamiento, y hasta la defensa de las viejas mañas.
No se puede pretender que la multitud lo siga, si sus actos demuestran que su proyecto está enfocado en mantener el statu quo de los mismos corruptos de siempre. Cuando en su proyecto político se aprecia claramente un empoderamiento excluyente y selectivo.
Estas rupturas de los diputados (y otras muchas posibles que se pueden dar) afectan directamente al liderazgo de Guaidó como líder político y de masas.
El modelo político del siglo XXI, parece ya no vender ideas, modelos, ni proyectos utópicos: vende personas, o sea, se convierte de facto en marketing por vivir con dignidad. La gente ya no compra ideologías fracasadas del siglo XX: compra al líder que la proponga, y sustente calidad de vida. Las ideologías marxistas a estas alturas del nuevo milenio, son modelos intangibles.
Guaidó a estas alturas del juego se ve contradictorio y hasta paradójico, aunque no lo es. Aunque su influencia, y capacidad movilizativa sea inconsistente con su mensaje, no siendo sostenible en el tiempo, aunque gane la presidencia de la AN nuevamente; aunque la gente que lo sigue, ya no crea en él. Porque ello impactará directa, fuerte, y negativamente sobre su credibilidad, y desde ella, sobre su liderazgo. En ambos casos, su debilidad, y los combates mal llevados afectarán la sostenibilidad de los resultados el 5E. La política es el arte de lo posible, en la práctica, y en el logro de lo "imposible". Las próximas elecciones deben ser ganadas mediante campañas electorales limpias basadas en propuestas transformacionales, y no en los ataques personales; construyendo alianzas electorales basadas en verdaderos, factibles, y funcionales programas de cambio y beneficio colectivo, y no únicamente en el acceso a posiciones de poder como trofeos de guerra. Con apoyos basados en propuestas éticas, y desarrolladoras de buen gobierno. Prometer sólo lo posible, no vender sueños que serán inalcanzables en el periodo de gobierno, ni mentir a conciencia al electorado etc.
En Venezuela el próximo gobierno debe transformar los lamentables escenarios actuales, esto solo será posible con base en el ejemplo, la coherencia, y la legitimidad de origen y desempeño.
La consecuencia lógica de la tragedia hiperinflacionaria actual, es el descreimiento progresivo, creciente e indetenible del liderazgo político, y su ejercicio, y ello se aprecia en todas las latitudes, y a todos los niveles. Basta leer la prensa, o ver la televisión, o mejor aún, conectarse a internet, para constatarlo hay ciertos medios de comunicación, y ciertos programas de televisión que… mejor es no verlos; para aprender cómo no debe hacerse opinión en cualquier medio, y cuando funcionan como instrumentos del gobierno.
Definitivamente, el ejercicio del nuevo liderazgo político venezolano tiene que ser enrumbado por nuevos derroteros. Ya que serán portadores de un modelo basado en lo correcto, moralmente aceptable, y aceptado, en la legitimidad, y la coherencia.