Capriles filósofo con Guaidó y Leopoldo López: atascados de necedades

Se puede pensar y hasta sospechar que Capriles, viene leyendo con afán desmedido de político reservado con algunos tropiezos de fracaso, a los más famosos filósofos de los siglos pasados que, le han dado la cordura de sentar en el diván de las críticas con sus iniciativas en avance a, Leopoldo López, y lo sienta de culo además, como si fuera un psicólogo que experimenta las ansiedades políticas de sus compañeros de oposición, que quieren pensar y actuar como un Bolívar descarriado que sin demostrar la valentía y el coraje del Libertador, en que más bien se pierde en en los correderos y linderos del cerro el Ávila, viéndolo iluminado de ilusiones pasadas, y ahora que se acercan las Navidades que, como un ávido enredador, trepa en los lomos de la desconsideración, para que Capriles lo increpe de imbécil como el sujeto que es, quizás como un fanático más de los bajos fondos de la política aviesa que, Ramos Allup, domina sin hablar inglés, ni trepar apariencias virtuales con un carisma que no consigue clientes adecos.

Mientras, Guaidó sigue bailando el trompo de sus emociones políticas en el uñero de su pensamiento y, día tras día, se cree más listo sin soltar su mala intención de llegar a verdadero presidente constitucional, sin la faja de apoyo de Trump y, mucho menos del asesor de Seguridad Nacional de éste para Latinoamérica, Claver-Carone, quien se expresa como un vicioso cretino degenerado de las causas perversas que actualmente desfiguran las pésimas relaciones de gobiernos transitorios de facto como el de Bolivia, al que ve de transición democrática, cegato de lógicas muy agresivo el fulano, sin vergüenza ninguna que, lo único que ellos saben es amenazar para imponer acciones desestabilizadoras en donde sea que, Guaidó debe celebrar como el inmaduro que es, que según su apreciación de líder carismático, asegura que, Jorge Rodríguez, le está escribiendo un cuento o, una novela que para él lo mismo da, de la apreciación que le tiene el gobierno de Maduro que, no se atreve a meterlo entrerrejas y, es tan parco en su dialéctica política de VP que, desde el gobierno de los Estados Unidos lo ven como el político más carismático del Continente, incluyendo a Trump.

Y es así como Capriles que espera ser padre pronto, no va a dejar de pensar como padre y entretenido como está como padre primerizo hacia el futuro, con una voluntad que no es de PJ, comienza a ver el mundo como antes no lo veía, ni a sus compañeros de aventuras políticas tampoco que, como un ruiseñor lleno de angustias comienza a cantar al darse cuenta que en la oposición venezolana, hay más locos de lo que él pensaba y para que no lo vayan a meter en camisa de fuerza en algún sanatorio de convivencia compartida, le toca las puertas a Leopoldo López, a ver si despierta y se baja de esa nube irreal, contaminada de una grandeza que le queda grande y, que posiblemente tenga que verse con un psiquiatra que en la oposición abundan y, él sabrá porqué lo hace.

Mientras, Capriles y Leopoldo López, recorren sus caminos de direcciones interpuestas, en que cada uno quiere un destino feliz, pero a Capriles se le ve más suelto de ideas, menos sonámbulo que Leopoldo, no quiere perder más tiempo sin darle sus buenos consejos, óyeme tú, que a lo mejor en un futuro no muy lejano, él y Leopoldo, se puedan encontrar haciendo, lo que hasta ahora no han podido hacer como es meter la nave del poder a las aguas que siempre han querido y, más ahora que hay un Guaidó que trata de ser más inteligente y draculiano que los dos, los dos tienen que armarse de confianza y trepar el potro de las ambiciones que jamás se han de perder y, también en lo adelante van a tener que regañar a Jorge Rodríguez, para que se deje de fabular en favor de Guaidó que no deja de buscar las calles, entre cuento y novela, que no sabe cuál de los dos será lo que más le gusta, al no transitar las obras literarias de otros por ser su tiempo más comprometido en la política populachera sin descanso como el que busca oro en el Callao que, entre el goce estético y la libertad política con autoproclamación incluida, se queda con esta última que lo emociona con tanto público aplaudiendo a su favor en contra del gobierno de Maduro.

Posiblemente y posible es, no hay emoción más grande que meterse en las vidas de los políticos que de todo un poco siempre hay que, uno pueda soltar las amarras e irse con ellos por esos mundos que sólo ellos saben sacarle provecho y, más como lo ha hecho Guaidó que pronto estará en su segundo año de gobierno, mandando como Dios manda con Trump apoyándolo y, dólares para repartir entre ellos que, sí así llueve que no escampe dirá, que de enero en adelante lo que viene está por verse y nadie puede adelantarse en decir lo que vendrá, pero como en el país no hay nada escrito, amanecerá y veremos, que por los menos sabemos que tanto Capriles como Leopoldo López como Guaidó nacieron para políticos que además, tienen mucho que agradecerle a don Julio Borges en su comienzo de aspirantes y, ahora que es el canciller oportuno del gobierno de Guaidó en el exterior, viviendo en Colombia, se ha desarrollado como un falso positivo más auténtico.



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Esteban Rojas


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