La aceptación de la derrota: Buen signo, pero no hay que bajar la guardia

Mientras Manuel Rosales daba sus declaraciones, después de conocidos los primeros resultados oficiales, un grupo de anti-chavistas le gritaba “no te dejes”, “cuidao con lo que dices”, “a la calle, a la calle”, etc. Hubo un momento de euforia entre ese grupo cuando Rosales dijo que seguiría en la calle, los disociados entendieron que los llamaba a salir a la calle en ese momento. El candidato siguió hablando y le bajó los ánimos cuando reconoció el triunfo de Chávez aunque recalcó que consideraba que la diferencia de votos era menor de la anunciada. Las reacciones en el comando de campaña de Rosales fueron diversas, entre ellas la de un grupo que quería salir a la calle. Ese grupo se quedó por lo menos sin el apoyo del candidato.

La reacción por internet fue inmediata de parte de los opositores. Por ejemplo, la hija de un amigo opositor se preguntaba: “quién le dará un tiro?” Se trata de una jovencita de trece años. ¿A quién le oye esa niña ese tipo de comentarios? Ellos están convencidos que por la vía democrática no podrán vencer a Chávez. Por tanto acarician la idea de salir del líder de la Revolución Bolivariana por la vía del magnicidio. Eso sigue en píe.

Recordemos que Rosales surge como la mejor electoral de la oposición. El Gobernador del Zulia hizo un excelente trabajo político al lograr agrupar a fracciones muy diversas entre la oposición, desactivo a los grupos abstencionistas, logró movilizar a un amplio sector de la población y alcanzó una votación nada despreciable. Pero hay sectores de la oposición para los cuales nada de eso cuenta porque no lograron el objetivo de salir de Chávez, su única obsesión. A ellos no les interesa construir un movimiento político alternativo al chavismo, otras corrientes de izquierda y movimiento populares que apoyan a Chávez. A ellos realmente no les interesa la actividad política dentro del marco democrático. Sólo les interesa tener el poder y administrarlo a su favor, exclusivamente para su beneficio. No importa los medios, sólo les importa el fin, salir de Chávez.

Si bien saludamos la gallardía de Rosales al reconocer el triunfo de Chávez, nos mantenemos alerta ante los próximos movimientos de la derecha reaccionaria y sus agentes. Mantengamos en mente que no existe el Rosalismo, tampoco tiene Rosales un partido político constituido. Este proceso electoral puede servir de germen para el nacimiento de un nuevo movimiento político liderado por Rosales y otros políticos de oposición. Tal vez inspirado por el pensamiento de Petkoff sobre la otra izquierda. Ese movimiento es necesario y bienvenido. Pero no podemos bajar la guardia, tenemos que mantenernos alerta porque después del “bajón” de la derrota electoral puede venir la reacción desesperada de los sectores más reaccionarios de la oposición. Los fundamentalistas, en especial los movidos con los dólares y motivados por las ideas enviadas desde Miami, no descansarán en su empeño de salir de Chávez a como de lugar. Para ellos el slogan Pepsi se lo toman muy en serio, en la campaña fue “Atrévete”, después es “Atrévete a más”.



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Julio Mosquera


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