Perdón a los lectores por partida doble. Primero porque Roñoquero, personaje emblemático de la picaresca zuliana, el cual nos deleitó por muchos años con sus sanas ocurrencias grandilocuentes, yace en paz, junto a Mamblea, en “Los Jardines La Chinita. Y, segundo, por lo de mojonero. Pero, ¿con que expresión calificar al candidatucho de un sector opositor? ¿Cómo definir a un tipejo que a los 31 años de edad, se jubiló como Diputado, nunca ha trabajado, no tiene obra concreta y ha logrado amasar una fortuna descomunal? ¿de qué manera calificar a alguien, cuya única virtud pro imperial es haber protagonizado el carmonazo, el saboteo y el guarimbeo? ¿Cómo expresarse en torno a una figura que define a más del 30% de los venezolanos como parásitos?
Para variar dentro de la monotonía de yerros acostumbrados por Manuelpillo, es su penúltima paparruchada. Sí, el referido de marras acaba de ratificar su sapiencia analítica en el caso de la producción petrolera. En efecto, en una recién entrevista negociada con una televisora alemana, mantuvo la irresponable y contradictoria tesis de que el país apenas produce un millón 200 mil barriles de petróleo. Lo más interesante de la declaración, sin embargo, es la afirmación de que Venezuela para salir de abajo necesita de una tarjeta y un buen gerente. Y aquí, como dicen en mi pueblo, si es verdad que torció la puerca el rabo. Porque de ser esto así, al Presidente Chávez habrá que honrarlo, más que con el Premio Nóbel, con el titulo de mago de la economía, las finanzas, de la rentabilidad, de la política social. Si a ver vamos, ¿Cómo hace Chávez para sostener con esa raquítica producción, altos ritmos de crecimiento, tener en las alforjas 35 mil millones de reservas, 20 mil millones en el FONDEN, bajar el desempleo a 8.9%, reducir los índices de pobreza, beneficiar a más de 4 millones de compatriotas en las misiones educativas y hasta subsidiar a la Iglesia católica con alrededor de 460 mil millones de bolívares?
Con estas sesudas apreciaciones, definitivamente se comprueba que Manuelpillo, cada vez que escupe lo hace hacia arriba, con los consiguientes resultados. Obesionado por el “Retorno de los Brujos” puntofijistas, no repara en dislatadas ofertas, no entona, ni coge mínimo. El sigue creyendo en cantos de “ballena” y por eso confunde la campaña con el concurso del hombre más embustero del mundo.
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