Crónica de lo absurdo

Curas y demonios

El efectivo del Ejército se "santiguó" antes de disparar y dejar sin vida a un hombre de entrada edad (adulto mayor) en el 23 de Enero, Caracas. Creía que la señal de la Cruz lo absolvería del crimen que acaba de cometer.

Era el 1 de marzo de 1989 en el escenario de "guerra" que declaró al pueblo el presidente de la época Carlos Andrés Pérez. Así respondía la "democracia representativa" en los días del "Caracazo", que dejó más de diez mil víctimas.

Este crimen viene al caso por algo similar ocurrido hace pocos días en el marco del terrorismo impulsado por la MUD y ejecutado por bandas criminales (hampa común contratada por el hampa política). Resulta que un "sacerdote del demonio bendecía a un grupo de encapuchados (con agua "bendita") para que la acción vandálica fuera exitosa. ¡Y vaya que lo fue!.

La acción "bendecida" (sic) por el "cura del demonio" dejó como saldo un joven asesinado, licorerías saqueadas (mucha hambre de aguardiente), Mercal incendiado con pérdidas de 40 toneladas de alimentos incineradas por los terroristas, y todo con la "bendición" de un cura que quizá sea pedófilo.

En algunas regiones o áreas de Caracas y de zonas "exclusivas" de algunos estados del país los terroristas de la MUD actúan a sus anchas, con el beneplácito de alcaldes de la oposición y de la funcionaria que debe tener a su cargo la investigación para que estos criminales paguen por los delitos cometidos.

Al contrario de lo que es el "deber ser", los integrantes de las bandas criminales y sus autores intelectuales gozan de privilegios, pues cuando son detenidos de inmediato son declarados "estudiantes, jóvenes pacíficos, perseguidos y presos políticos a los que el "régimen castrocomunista y del dictador Maduro persigue, tortura y reprime por luchar por la libertad".

Más de un centenar de asesinatos y otros delitos tienen en su haber los terroristas amparados por el Ministerio Público, el cual está al margen de la legalidad, es decir, de la Constitución y la ley.

Los Cruzados de hoy, es decir, los terroristas, como en la Edad Media, gozan del respaldo de una cúpula eclesial que su único pacto es con el demonio y con la "garantía" de que la ley nunca los alcanzará.

Veremos.



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Alcides Castillo

Periodista-Politólogo-Especialista en Sistemas y Procesos Electorales

 acastillo472@hotmail.com

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