Crónica de un recalentazo en Guarimbalandia

La idea del recalentamiento de motores le dejó el cerebro echando humo de emoción a la sociedad civil de Guarimbalandia. “¡De pana que somos demasiado inteligentes y creativos!”, se autoelogió uno de los recalentados. “Claro, por algo somos la gente culta y estudiada de este piazo e’ país”, concordó una chica que fingía echarle agua a su Ford Explorer blindada, aunque esas bichas no usan agua sino un refrigerante más caro que un trago de whisky en uno de los tantísimos restaurantes de la comarca pirómana.

Unos metros más atrás, una señora estaba como plancha e’ chino y lo expresaba a bocinazos y con palabras soeces. Los líderes de la protesta se congratulaban por el apoyo que les daba la comunidad.
“¡Oye cómo tocan corneta y maldicen al rrrrégimen: apoyan el recalentazo con un cornetazo y un mentae’madrazo, nos apoyan, nos apoyan... Y va a caer, este gobierno va a caer!”, exclamó y cantó uno de los acalorados, con pinta de tecnócrata-neoliberal-meritócrata.

Con mucho tacto, a sabiendas de que trataba con gente calenturienta, el reportero de El Especulador Precoz expresó sus dudas en forma de pregunta. “¿Esa señora los apoya...?, ¿no estará tocando corneta y dando alaridos porque quiere que la dejen pasar?” Y el líder de los accidentados cerebrales ripostó, con una voz que demostraba ya cierta tibiera (así le dicen en Carúpano al disgusto):
“¡Si está apurada que se la cale, esa vieja sapa y chavista!”. Caminando presuroso entre los carros se acercó un caballero con rostro angustiado. Clamó porque lo dejaran avanzar, ya que iba con una persona enferma hacia una conocida clínica privadísima de AVISO: Se le participa al señor Ismael García que pase por la ADMINISTRACIÓN del partido Avanzada Progresista, para asunto que le concierne.

Guarimbalandia. “¡Por favor, déjenme pasar, mi papá tiene la tensión en 160!”. Al jefe de los averiados mentales la caprichosa petición del caballero le subió la temperatura. “¡Dele un catapresan y deje la pendejada, que acá estamos luchando por la libertad!”, gritó el sulfurado, mientras sus dirigidos entonaban un fogoso: ¡No pasarán, no pasarán!”

Llegaron los fotógrafos de las agencias de noticias internacionales y las cámaras de CNN. El jefe de los achicharrados neuronales se aprestó a posar junto al capó abierto de su Toyota Fortuner recién comprada. Puso cara de tipo inteligentísimo y el fotógrafo tuvo la impresión de que la cabeza le echaba humo. Luego, él mismo se tomó una fotico con su celular de 60 palos, y la mandó por Twitter.

Cumplida esta meta fundamental (posar para los medios y para las redes), los recalentaos decidieron levantar su cívica, pacífica, democrática y astuta protesta. “¡Vamos pa’ Tony Romas, marica, esto de luchar contra la dictadura da burda de hambre!”, dijo la chica de la Explorer, dirigiéndose a la que estaba con una Gran Cherokee 4G+.

Fuente: YVKE Mundial


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Clodovaldo Hernández


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