Están equivocados quienes piensan que ya la tormenta del 12 de Enero pasó. Ahora tal vez falten cosas por verse y sufrirse, si se tiene en cuenta que hay una guerra declarada por el Imperio yanky contra Venezuela, utilizando sus peones criollos, lo cual ha sido denunciado por varios voceros de la dirigencia política revolucionaria y por analistas políticos nacionales e internacionales. Por eso afirmamos la guerra continuará, tanto en lo económico como en otras áreas del quehacer del país.
Por ahora se repitieron algunas fórmulas del 2002, derrotadas en la mayor parte de ellas, salvo el ataque a la Fiscalía, los destrozos en Táchira y en el Estado Miranda: pero, eso no quiere decir, por ninguna razón del mundo, que la guerra ya terminó. Aun no se ha resuelto el problema de los alimentos, las guarimbas sólo hicieron un asomo de sus pretensiones, ellas seguirán, porque según sus actores están protegidos por el Artículo 68 de la Constitución, el cual no se han leído completo, según confirman los hechos en sus actuaciones.
No somos quién para darle lecciones a las autoridades; pero como dice el refranero: más sabe el Diablo por Viejo que por Diablo, nos imaginamos que hay muchos objetivos en la mira del fascismo, cuya perturbación sería de mucho impacto para la población y de gran valor propagandístico para el aparato mediático contrarrevolucionario nacional e internacional; por ejemplo: el servicio eléctrico, telefónico, acueductos, vías de comunicación, etc. Al parecer, según fuentes oficiales, eso está bajo resguardo especial. Ojalá sea así; pero, cuanto no deben pasar por alto es que el fascismo, cuenta con recursos tecnológicos que en manos de los aventureros criollos pueden causar graves daños al país y sufrimientos no previstos a nuestra población. Confiamos en que funcionen los mecanismos disuasivos no sólo de palabra.
