En el alto gobierno debieran darse cuenta que existen estados del país con más participación. Han dado más apoyo en número de votos a la revolución y al sentimiento bolivariano que los resultados obtenidos hasta ahora por el estado Miranda.
Esto lo afirmo porque vemos la constante importancia que se le da y las reiteradas obras, proyectos, ideas, inauguraciones y eventos anunciados. Marcadamente esa entidad del país es el lugar que menos votos aporta al chavismo en cada elección.
El proceso bolivariano ha señalado los estados que son piedra en el zapato y que de llegarse a su triunfo, pues sin duda sería una victoria de la revolución. Pero también debe entenderse que bajo una multiplicidad de factores políticos los mismos no serán en un principio arrebatados tan prontamente.
Hay regiones naturalmente opositoras, pero con el pasar de elecciones se han logrado rescatar, tales son los casos de los estados Zulia, Táchira y Carabobo, pero que en un principio no fue fácil tenerlos.
Esto corresponde a varios aspectos y mientras se trata de recuperarlos desesperadamente se olvidan de los estados que verdaderamente han aportado más votos a la revolución. Me refiero a entidades que son fieles y constantes en sus aportes de electores, pero que son las menos atendidas, visitadas, anunciadas y proyectadas de la revolución.
En muchas de ellas aún no llega el gobierno de calle, menos la presencia del actual mandatario nacional. Tampoco se anuncian o estrenan obras, al menos no suena en nada parecido a los constantes y reiterados anuncios como los avistados a diario sobre el estado Miranda, bastión opositor del país.
A la final, la nación entera termina asistiendo a la diaria inauguración e inicios de proyectos en esta entidad central, muy al contrario de los ánimos que deben verse anunciados y ejecutados en el resto de Venezuela.
Esa reiterada actitud, la cual se ha convertido en un modelo de política nacional, tiene sus resultados: fatiga, cansancio, molestia. Se agota y sulfata la participación introduciendo a la población en un modelo distinto y diferente. Y gran parte del país ni conoce y menos le interesa la diferencia geográfica entre el estado miranda y la capital del país.
Además, los del resto, nosotros los de a un lado del país, no somos únicamente Miranda, también somos Oriente, Llanos, Los Andes, Occidente. Tampoco pretendemos ser la única realidad del país, menos tener que seguir soportando al estado Miranda como la ejecutoria de las políticas nacionales. Cuando lo que debiera fortalecerse en primer lugar son las regiones que más votos, compromiso y constancia tienen a favor del legado bolivariano.
