¿Qué sabe un escuálido de Libia?

Los “rebeldes” del Caribe también celebran

Los escuálidos, o sea los “rebeldes” venezolanos, tienen días celebrando el asesinato de Muamar Gadafi como si formaran parte del estado mayor de la OTAN o fuesen accionistas de las transnacionales que firmaron el ataque armado contra la nación que el martirizado líder árabe dejó en herencia con el más alto índice de desarrollo humano de todo el continente africano, ubicado por cierto en el puesto 44 de países con el PIB nominal más alto, por encima de Rusia, México, Chile, Uruguay, Argentina, Brasil y, entre muchos otros, Venezuela.   

A estas alturas, los “rebeldes” criollos no saben ni siquiera en qué parte del mapamundi se ubica Libia o de qué manera estaba organizada esa nación antes de la intervención de la OTAN, o quién era Gadafi, o por qué usaba la vestimenta que normalmente veíamos en los medios; la única referencia de este sacrificado país era que éste “era gobernado por un dictador.” Con esa sola información conseguida en la hoja de presentación del hotmail, estos personajes presumen de estar informados y con eso les basta. Lo demás sobra. 

Pero uno diría que ese fenómeno en los oposicionistas es una norma en esta era donde la televisión y las películas producidas en los Estados Unidos representan -en ellos- la extensión de cada mínima partícula intelectiva generadora de pensamiento. Borges el poeta, asociaba su bastón como una extensión de sus piernas; asimismo podemos inferir que poética y metafóricamente, una pantalla plasma de tv es la extensión de la cabeza de un escuálido.   

Pienso, luego existo nos dejó Descartes el filósofo, para ilustrar que debemos pensar bien para corresponder con una correcta actuación: “basta pensar bien para actuar bien” dijo el cartesiano, pero los escuálidos dejan la responsabilidad  del pensamiento en cualquier presumido locutor de radio que en muchos casos su formación política la hizo viendo y escuchando al agente mayamero Leopoldo Castillo, conductor del programa Aló Ciudadano en Globovisión.     

Hace unos días una persona conocida, quien  no tiene la más puta idea de dónde queda Libia, me consiguió en el facebook y la noté alarmada porque Gadafi era un despiadado dictador al que debían de castigar con mano dura. Le dije que intentara recordar a otros dictadores en el planeta, porque el libio no era el único, y ante mi solicitud la amiga en red trastabilló en justificaciones que la dejaron mal parada.   

Le dije que si por dictadores se trata debía estar bajo tratamientos permanentes de valeriana, pues en el mundo hay muchos; y precisamente, le nombré algunos que, por supuesto, ella no conocía, porque sencillamente los medios no se lo dicen. “Deberías comenzar por leer la constitución pinochetista de Chile para creer en realidad tu preocupación por los dictadores,” sugerí.  

Después del intercambio de pareceres con esta persona en los espacios de las llamadas redes sociales, me puse a pensar en el asunto y le pregunté al infinito espacio ¿qué sabe un guevón escuálido de Libia que no haya dicho el lugar común y en el cliché televisivo normalmente diseñado desde un laboratorio de propaganda?  

En toda esta década hemos vistos agresiones militares de alta proporción a países árabes en vivo. Pero con todo y que estos bombardeos los transmiten por televisión como un juego de fútbol, para los escuálidos venezolanos el imperialismo no existe, la CIA es un chiste comunista de los años sesenta y las bases norteamericanas instaladas en Colombia están en realidad para combatir a los narcotraficantes. Todo esto lo cree cualquier escuálido, pero además lo dicen enseñando la chapa del título universitario que muchos ostentan.  

Yo asocio a los oposicionistas venezolanos con el pueblo alemán que se alistó con alegría para la guerra a las órdenes de los jefes del partido nazi; ciertamente no podemos acusarlos de incultos o insensibles como a los escuálidos de aquí, pues todos sabemos que desayunan los domingos escuchando a Mozart y cuando tienen tres tragos en la testa recitan a Goethe y a Hölderlin, pero como los cachorritos conducidos de Pávlov, por vías de un pequeño estímulo propagandístico, los germanos consideraron lícito limpiar a toda la sociedad de indeseados en hornos crematorios. Después, cuando despertaron de la pesadilla (cuando forzadamente la propaganda nazi dejó de circular) se dieron cuenta de que esos indeseados era un pueblo que merecía vivir junto a ellos en armonía y en democracia.  

Los “rebeldes”  criollos andan enredados en esa trampa. En este momento sus aparatos de propaganda están excitados y felices mostrando las fotos de Muamar Gadafi ensangrentado, moribundo y ya vuelto cadáver; contagiando de felicidad a la masa oposicionista y activando el mensaje en el cual están psicológicamente preparados para una situación similar en nuestro país.  

Un ejemplo de estas manifestaciones de júbilo, convertida en final de película hollywoodense, lo constituye el sitio web noticias24; un medio de comunicación promovido como el punto de equilibrio de la información noticiosa en Venezuela, aunque se trate de un efectivo mecanismo de manipulación diseñado con el objetivo de recolectar una importante base informativa a fin de medir los efectos y los niveles de penetración dejados en la propaganda producida diariamente por Rafael Poleo y Leopoldo Castillo, conocidos agentes al servicio del Departamento de Estado de EE.UU.   

Hoy esta página trabajada y diseñada por la CIA pregunta a estos “rebeldes” tropicales, con una nota reportada por la agencia AP: ¿quién es el próximo dictador en caer?, proponiéndoles el medio otro “sátrapa árabe” de apellido Bashar, aunque los escuálidos están muy animados en que el próximo dictador a tumbar sea el jefe de una tribu barinesa.  

al-fredone61@hotmail.com


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Freddy Martínez


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