¿Estamos "desangrando al país" los pensionados en el exterior?


La verdad es que ya no deseaba escribir más sobre las pensiones al exterior impagadas desde hace ya un (1) año y tres (3) meses en los cuales hemos sobrevivido gracias a préstamos (concedidos de muy buena fe y con intereses con el compromiso de pagar al recibir las pensiones que nos adeuda nuestro gobierno socialista); caridad y buenos vecinos que nos regalan espinacas y escarola; suprimiendo medicamentos y con la esperanza de que algún día nuestro país, como buen defensor internacional de los derechos humanos cumpla con su obligación de honrar este elemental derecho humano de al menos pronunciarse públicamente al respecto, porque aunque uno escriba y escriba y gaste la tinta, parece que somos molestos fantasmas (casi) que aunque no estamos pidiendo regalo alguno, para el Gobierno socialista este derecho fundamental puede interrumpirse, sin más; o eliminarse, o postergarse y allá estos viejos y viejas que vean cómo se las arreglan.

No voy a estar describiendo de nuevo lo que significa sobrevivir sin ninguna entrada de dinero siendo unos ancianos provectos. Todos lo saben o lo imaginan. Estos días, en mis ratos de lecturas, he leído noticias que llaman mi atención. Cuando uno es un neurótico diagnosticado (no se niega la realidad pero no puede aceptársela), una noticia, una idea, una situación, una imagen difícil de aceptar tortura la mente y la incomprensión nos asalta y persigue como caballos trotando en el estrecho espacio de las sienes. ¿Recuerdan unas fotos que recorrieron el mundo según las cuales en Venezuela se colocaba a los neonatos en cajas de cartón? Fue una de esas noticias que se multiplican para exacerbar la crisis ante la opinión pública. Pues resulta que si eso fue verdad, han debido dejarlos allí: desde hace muchos años esto se practica en Finlandia pues el bebé, en estas pequeñas cajas de cartón, no puede voltearse sobre su abdomen y así se elimina el riesgo de muerte súbita. Tal parece que Estados Unidos está copiando esta vieja e inteligente práctica finlandesa.http://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/04/160404_cajas_carton_bebes_finlandia_mexico_mortalidad_infantil_mr.

Claro, las cajitas forraditas con colorines infantiles rosado y azul; pero cajas de cartón.

La otra noticia que martiriza mi neurosis tiene que ver con nuestro representante consular en Barcelona, España, el honorable Cónsul General señor Ricardo Capella Mateo. He leído en caraotadigital.net que este funcionario consular declaró que los pensionados en el exterior estamos desangrando al país porque andamos es detrás de los dólares de los venezolanos.

A los pocos días el señor Capella fue entrevistado al respecto en Noticias24 y declaró que se había utilizado esa frase fuera de contexto y que el se refería a aquellas personas que cuentan con hasta tres pensiones en España viviendo en Venezuela y viajan cada cierto tiempo para extraer estas divisas, que más tarde se filtran al mercado paralelo de la moneda extranjera. Añade noticias24 que dijo el señor Cónsul que a los pensionados, efectivamente, desde enero de 2016 no se les transfieren las divisas desde Venezuela y "que estas personas están pasando mucha necesidad".

Si bien no dudo mucho de que se hayan descontextualizado sus palabras -usual práctica en el periodismo actual-, si dudo que el señor Cónsul conozca el Artículo 6 de la Providencia 019 de Cadivi para la adquisición de divisas para el envío a jubilados y pensionados en el exterior, cuyo texto copio a continuación: "...La autorización de adquisición de divisas (AAD) para los envíos a que se refiere esta providencia estará limitada hasta el monto de la jubilación o pensión, pero en ningún caso podrá ser superior a un máximo mensual de dos mil dólares de los Estados Unidos de América (US$2.000,oo) o su equivalente en otras divisas". Parece también que el pensionado de referencia deseaba la pensión de sobreviviente pues su cónyuge había fallecido; es decir, cuatro (4) pensiones. Es que ni aunque el salario mínimo venezolano aumente a diez millones, la disposición antes transcrita establece ese límite.

Vaya esto también para quienes nos llaman "parásitos" mantenidos que afirman en foros y redes antisociales que como el salario mínimo es de Bs.40.000,oo los pensionados en el exterior cobramos 4.000 dólares (!!!!); y para los funcionarios venezolanos que deben estudiar los movimientos migratorios para saber quién viaja a retirar pensiones acumuladas y luego vive en Venezuela a cambio de dólar paralelo. Pero bueno, los controles y seguimientos nunca han formado parte de nuestra cultura administrativa.

Lo cierto es que cada vez que alguien me pregunta de dónde soy y respondo con mucho orgullo: venezolana, de inmediato la misma exclamación: "¡¿y es cierto que Maduro no paga las pensiones de vejez desde hace más de un año?! Yo, doro la píldora porque eso da pena y no soy una traidora a la Patria. Mi primer esposo fue catalán; mis hijas tienen pasaporte español y mi actual esposo es inglés y yo jamás de los jamases he querido solicitar una segunda nacionalidad, pues estoy muy orgullosa de haber nacido en Maturin; de ser hija de Bolívar y sobrina del poeta Andrés Eloy Blanco; de tener a mis padres enterrados en esa tierra; de haberme educado y educar a mis hijas en Venezuela, y eso de tener otra nacionalidad sí que me parece una traición a la Patria, aunque ahora el pasaporte venezolano es de Mercosur y allí no nos quieren mucho. Tal vez cosas de neuróticos, pero soy así aunque eso me prive de algunos privilegios que tienen otras nacionalidades. Soy gafa, pues.

A una amiga pensionada su casero le ha concedido sólo tres meses para cancelar su deuda por concepto de arrendamiento; si no paga será desahuciada. Yo, estoy pensando ya ser una "okupa". Muchos de los testimonios que leo expresan su falta de esperanza y fe en que algún día recibamos de nuevo nuestra pensión; otros, que somos unos olvidados en países extranjeros cuando deberíamos ser los primeros en cobrarla dadas las dificultades y limitaciones de la edad y sus lastres físicos y emocionales. Personalmente, pedí prestado para pagar mi pasaje desde Lanzarote a Tenerife el día 24 de Enero a presentar la fe de vida, pues en esta isla sólo la dan a los ciudadanos españoles, y espero que dicha fe de vida no haya sido un trámite rutinario bueno para nada como el del año pasado y sirva para diferenciar a quienes "desangran" al país, de aquellos que honestamente trabajamos en Venezuela y no andamos detrás de los dólares venezolanos; pues cuando mi esposo me solicitó vivir más cerca de Inglaterra para poder ver con más frecuencia a su familia por la cercanía y los costos, aunque yo no deseaba salir de Venezuela, la primera cuestión que uno se plantea es: ¿de que vamos a vivir? Yo, con la certeza que recibiría mi Pensión de vejez para vivir pobre pero decentemente, como se había viniendo haciendo durante el Gobierno de Chávez, conté con la evidencia y certidumbre de recibir mi Pensión porque eso es lo que se llama Seguridad Jurídica. No me hubiese lanzado a sabiendas que a mi edad no se encuentra trabajo o con la mínima sospecha que el gobierno de Maduro la suspendería y mis últimos años de vida, todos los días, al despertar, me asalta mi incrédula neurosis: "no puedo creerlo. Un país y un gobierno decentes no pueden ser tan irresponsables".

Yo le puedo recomendar al Presidente Maduro que pregunte a sus Consultores Jurídicos si es posible excluir a los pensionados en el exterior de los futuros aumentos de salario mínimo, pues el decreto del aumento establece que será "en todo el territorio nacional"; para pensionados y jubilados se remite al Artículo 1 que expresa: "...en todo el territorio de la Republica Bolivariana de Venezuela..." ; y los pensionados en el exterior no estamos en el territorio nacional. No soy sesuda analista, pero las leyes siempre tienen esos detallitos y vericuetos de los cuales agarrarse en su interpretación. Eso sí: no hay retroactividad. No se aplica para atrás. Un simple y atrevido consejo para que no continuemos "desangrando" al país, y muy generoso también buscando una "fórmula menos onerosa para el gobierno", como expresara otro Cónsul.

Estoy segura que Venezuela, más temprano que tarde pagará. No deseo morir decepcionada de mí país ni de mis gobernantes por más errores que hayan cometido y aunque muchos titulares mediáticos expresen cosas feas -verdaderas o falsas-, el que no quiero leer más es: "Venezuela abandona a sus pensionados en el exterior desde hace más de un año". Que triste; qué deshonroso; y que humillante.



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