Capas medias y contrarrevolución

En un artículo de reciente publicación se define a las capas medias como “un grupo o conjunto diverso de grupos sociales que se caracterizan más allá de su nivel de ingresos -que suele ser superior al doble de la cesta básica – entre otros rasgos, por una forma de vida, niveles de educación, hábitos de consumo, lugares de residencia y por las relaciones sociales que establecen.” Y entre otras de sus características menciona que “pueden ser sectores importantes para la convivencia pacífica y democrática al introducir un colchón entre ricos y pobres y propiciar las luchas por el respeto de derechos civiles, políticos y humanos y por la calidad de vida en las ciudades donde viven.”

Sin embargo hay otras valoraciones que les caracterizan quizá en su fibra más profunda, porque toca su alma y los valores más les mueven, como lo hace el comediógrafo serbio Branislav Nusich, quien define a las capas medias como “Portadoras de todas las características psicológicas pequeñoburguesas: egoísmo, resistencia al cambio y a todo lo que amenace al status quo, apologetas de las tradiciones que no les incomodan y amargados enemigos de cualquier nueva idea que pueda sacarlos de la santa paz de su mundo y de su sentimiento de seguridad.”

Hay diferentes maneras de ver las cosas...

En el actual proceso revolucionario bolivariano, los sectores reaccionarios de las capas medias se han convertido en un elemento que intenta a todo trance impedir el avance de políticas convenientes para el desarrollo social, precisamente llamadas a ampliar el espectro social que compone el conjunto denominado “capas medias”, para integrar a ellas nuevos sectores de la población. Y es que otra de sus características es la exclusión, porque afecta específicamente “las relaciones sociales que establecen” y que conllevan la exclusividad que tanto tiñe su carácter de clase.

La actitud de rechazo de las capas medias ante los cambios que se suscitan en la sociedad venezolana, suele ser explicada a través de la dificultad que supone para ellos, enfrentar los cambios y el discurso del gobierno, tan bruscos, que les conmocionan y generan en ellos perturbaciones conductuales que exigen comprensión y respeto por parte del resto de la población. Tal es el caso de los disturbios propiciados por los estudiantes de las capas medias, que deben ser aceptados como expresión de su función natural de “propiciar las luchas por el respeto de derechos civiles, políticos y humanos...”

Así lo vimos por Televen, en donde las groserías de la moderadora, su invitada y un sociólogo que las avalaba, tipifican de manera ejemplar a las capas medias, cuyos insultos son otra de las “contribuciones humanísticas” de los más educados. El actorcillo que mientan Coquito fungió de buen salvaje y le quedó excelente, así es como nos quieren: negros y sumisos, como los que les acompañan en sus marchas, para “pintarlas” de pueblo.

Descubrimos en las capas medias – y su juventud- una reciente sensibilización ante la pobreza, y un exacerbado esfuerzo por evitar todo paso hacia formas dictatoriales de poder; se definen a si mismas como “una amenaza a los totalitarismos, independientemente de su color”, aunque fueron ellas quienes sostuvieron dictaduras y dictablandas en nuestro país,

Ahora la clase media se otorga como nueva atribución el iniciar una guerra preventiva contra la posible futura pérdida de la libertad de expresión. Una nueva cruzada para recuperar la santa paz de su mundo perdido en un pasado reciente y su egoísmo alzado en la bandera de sus mezquinos intereses.

elmacaurelio@yahoo.es


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Macaurelio

Periodista, Politólogo, poeta, escritor, humorista y ensayista. Columnista en varios medios, digitales e impresos.

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