Se nos fue otro periodista de la Patria. Nunca dejé de escucharlo por radio y después por televisión. Alberto Nolia fue la primera persona que me dio a conocer los nombres y vida política de todos los opositores del ayer y del hoy. Reía bastante con sus ocurrencias verbales, sus denuncias y crudeza.
Ciertamente, en esos años de su periodismo público yo desconocía estas joyitas; de tanto oírlo fue que fui descubriendo y entendiendo los grandes apellidos arrastrados al imperio y la maldad.
"Los Papeles de Mandinga" así se llamaba su programa. Recuerdo que para la época trabajaba como coordinador de la Imprenta del Partido Patria Para Todos, escuela política para mí por años. Allí imprimí varias veces el periódico del mismo nombre.
La vez que lo conocí personalmente de manera chistosa le dije que se parecía al viejito San Nicolás y decía que Dios me librara caer en su lenguita. Era humilde y tratable.
Lo admiré y respeté mucho. Él y ese equipo, junto a Vladimir Acosta, Mario Silva y Ricardo Durán, formaron de alguna manera mi sentido crítico en la política: mordaz, directo y sincero.
Nolia, al igual que muchos, fue escuela en el periodismo popular. Me inspiró a sacar mi periódico "La Gente", me hizo comprender la guerra mediática, discernir los enemigos de la Patria, sin nombrar a nuestro amado Comandante Chávez que tanto nos formó en el tema.
Alberto Nolia después desapareció del público. No sé las razones, no lo volví a ver, oír ni leer, hasta pensé que había cambiado de plano, por eso me sorprendió la noticia.
Son personalidades públicas que surgieron en la época Chávez. Crecimos con él y otros; fueron y aún son nuestra referencia, comunicadores sinceros, libres, independientes y arriesgados.
Gracias, Alberto Nolia, por haber aportado comunicacionalmente a la revolución.