Llegó la SIP a Venezuela: ¡reconócelos pueblo!

Las empresas de desinformación en Venezuela se relamen de gusto. En pocas horas visitará el país una Comisión de la inefable SIP (Sociedad Interamericana de Prensa). Al decir de una periodista ¿? de Globoterror: “la asociación que defiende los intereses de los periodistas en América”. Yo pregunto...¿Han conocido ustedes una combinación más espléndida de ignorancia con cinismo?, ¿En cual cajita de jabón habrá encontrado el título de periodista este esperpento de pelo lindo y ojitos de vaca cagona? Mire señorita, su inefable SIP no sólo no ha defendido jamás a los periodistas, sino que representa a sus enemigos históricos, aquellos que llenan sus arcas con el trabajo del periodista. ¿Desde cuando es amigo el ratón del queso? ¿Lo entendió? ¿O cómo dice Manuel Brito, se lo pongo con dibujitos?

Un poquito de historia nos ayudará a reconocer a estos payasos. En 1943 dos agentes de la CIA, Jules Dubois y Joshua Powers, junto al representante del Departamento de Estado, Tom Wallace, crearon la Sociedad Interamericana de Prensa. Una organización integrada por los señores del dinero, parte del cual está invertido en el negocio inmenso de la noticia y la publicidad, aunque estén en muchos otros manejos. Hurgar un poquito en la madeja de intereses que estas joyitas representan es de terror. Desde grandes multinacionales, pasando por narcotráfico, hasta terrorismo, golpes de estado y sostenimiento de sangrientos dictadores. Esa es la extraordinaria, magnífica y prestigiosísima organización que visita desde hoy a Venezuela.

En el aquelarre de la SIP celebrado en Ecuador el pasado mes de marzo y animados por las intervenciones de esa luz del pensamiento democrático venezolano llamado Marcel Granier, mejor conocido en los bajos fondos como “bragueta eléctrica” y secundado por el agente de la CIA, terrorista y chulo universal que es Carlos Alberto Montaner, se organizó esta visita de la SIP al “régimen comunista y dictatorial del Teniente Coronel Hugo Chávez en Venezuela” ¿El motivo de la visita?: “constatar in situ los ataques a la libertad de expresión, las agresiones y asesinatos de periodistas en Venezuela”. En hotel cinco estrellas, campaneando güisky del caro y dando rienda suelta a su mala ralea, este grupito de canallas decidió esta visita que tiene a punto del orgasmo a ciertos “periodistas” en Venezuela. ¡Al fin llegó el Chapulín Colorado! ¡Qué malos payasos son!

La SIP jamás ha estado interesada ni en periodistas ni en libertad de prensa. Suena casi igual pero no es lo mismo. Una cosa es libertad de prensa y otra libertad de empresa. Toda la libertad que se pueda para hacer negocios con el amarillismo, el sexo o la violencia. Cualquier cosa que les deje ganancias. Esto es válido igualmente para la publicidad en sus pasquines. Poco les importa si los mensajes apelan a los más bajos instintos del ser humano, lo único que les interesa es que los anunciantes dejen una buena tajada en sus medios. Otro gran negocio es el uso de su poder para manipular la opinión pública. Lo mismo lo usan para convertir canallas en madres Teresa de Calcuta que para demonizar un ángel. En Venezuela de ese pabilo tenemos un rollo. ¿No terminó su mandato uno de los presidentes más inmorales, ladrón y pervertido de la historia venezolana como Jaime Lusinchi con más aceptación que cuando fue elegido? ¿No fueron ellos junto a Carlos Croes, a la sazón Ministro de Información, quienes lograron ese milagro?

Los señores de la SIP conocen del poderoso negocio de la desinformación. Sino que le pregunten a la familia Edwards, propietaria del Mercurio de Chile. Cómo ese periódico recurrió a las prácticas más grotescas de manipulación de las instancias a-reflexivas y pre-reflexivas del pueblo para ir conformando la idea que culminó con el derrocamiento y asesinato de Salvador Allende y el encumbramiento de un “demócrata” a su medida como Augusto Pinochet. ¿Que murieron miles de criaturas y se asesinó la democracia? ¿Y...? Quedó bastante billete y eso es lo que importa. Más recientemente bastaría con ver como se usó la desinformación mediática para justificar la guerra en Afganistán e Iraq, o como se está manipulando la información que llega de Palestina o el Líbano.

En todos estos procesos de intoxicación mediática la SIP y sus miembros han tenido un papel estelar. La SIP, desde su origen –véase que no la fundaron Hermanitas de la Caridad, sino agentes de la CIA- hasta nuestros días, ha respondido a los intereses bastardos del imperio estadounidense. Para ello no descarta el uso de todo tipo de mecanismos: la mentira, la calumnia, la tergiversación, la creación de “noticias”, y cuanto le sea útil a los planes que persigue y es su razón de ser. ¿Quiénes completan el cuadro? Articulistas, expertos, intelectuales y periodistas.

No dice la SIP que estos “periodistas” en la inmensa mayoría de los casos son sólo alabarderos a sueldo, mercenarios pagados por la CIA, la NED, USAID y cuanta fachada les sea útil para hacerlo. Son estos “periodistas” o expertos quienes fabrican a la medida noticias o libelos fruto de sus “investigaciones”. Se sientan frente a la computadora, a inventar y déle que son pasteles. Rienda suelta a una imaginación morbosa empapada en alcohol y listo. Lo demás lo hace la sala de redacción del medio. Cuanto más escandalosa sea la olla mayor tamaño en el titular del día siguiente.

La SIP “comprobará” la agresión del régimen a la libertad de expresión, los periodistas y los medios. ¿A que sí? ¡Apuesto fuertes a locha! Lo que no dirá la SIP es que los medios que vienen a defender (Globoterror, RCTV, El Uniberzal o el Nazi-onal) dirigieron un golpe de estado contra el gobierno democrático y legítimo de Chávez en 2002; aplicaron el secuestro de la información mientras se masacraba al pueblo en las calles y sus casas -Los tenemos ploteados... ¿recuerdan al general Damiani?-; organizaron y adelantaron la puñalada más grande que se le pueda dar a un país como el nuestro, cuando exigieron –porque fueron ellos- que se saboteara la industria petrolera, se dejara al pueblo sin comida, sin servicios, sin calles para circular y hasta sin cerveza (¡gravísimo!); alentaron y condujeron las guarimbas; financiaron la llegada de paramilitares; las tensiones de los “firmazos”; sus directivos estuvieron presentes, presionando en las reuniones de los comandos partidistas para obligarlos a decidir el retiro de las elecciones parlamentarias en diciembre de 2005, o los borrarían de sus medios; están detrás del asesinado del Fiscal Danilo Anderson y por último, están ahora usando su poder para montar la campaña que permita –obligue- al retiro de las elecciones presidenciales del próximo diciembre a fin de sumir el país en el caos. De eso no sabe nada la inefable SIP. Tampoco sus jefes del Departamento de Estado. ¡Quien dijo! El pueblo venezolano sí sabe. ¡No abusen carajo!

Estos canallas son caimanes de la misma poza. Bien saben los unos lo que hacen los otros. Bien saben los “inefables” lo que hacen sus “jinetes del Apocalipsis”. No cesan en su cometido: crear las condiciones para tumbar el gobierno revolucionario. Todo les vale para ello. Tienen una desventaja que no tuvieron en Nicaragua (donde una dueña de medios, la Chamorro, fue su abanderada para golpear la revolución sandinista), en Chile o en Guatemala. El pueblo venezolano se acostumbró al veneno. La han inoculado tanto y durante tanto tiempo que se ha vuelto inmune al veneno. El pueblo venezolano ha aprendido a leer la prensa, oír la radio o ver la televisión. Por algún mecanismo de autodefensa lee, oye o ve al revés. Mientras más grotesca es la mentira mayor rechazo recibe. Ustedes, señoritos de la SIP…en Venezuela… ¡se jodieron!


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Martín Guédez


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