Recorrer las avenidas y calles de la capital jalisciense nos invita a recordar ilustres personalidades de la historia regional y nacional. En el tradicional barrio de Analco encontramos la calle Dionisio Rodríguez en homenaje al impresor tapatío más importante del siglo XIX quien fuera reconocido por la sociedad y las autoridades como Benemérito del Estado. El próximo año se cumplirá el bicentenario de su nacimiento y distinguidos representantes del gremio de las artes gráficas desean que sus restos sean trasladados a la Rotonda, ubicada en las céntricas calles de Alcalde, Hidalgo, Independencia y Liceo.
En la región oriente de Guadalajara, una de sus avenidas más transitadas lleva el nombre de Plutarco Elías Calles. Recuerda al ex Presidente mexicano, nacido en Guaymas, Sonora, hace 132 años, el 25 de septiembre de 1877. El general Calles es un personaje destacado en la historia de la Revolución Mexicana. Se le conoce como el máximo jefe de esa etapa y su nombre está vinculado a la fundación del Partido Nacional Revolucionario en 1929.
Dionisio Rodríguez y Plutarco Elías Calles, dos personajes mexicanos de épocas e ideas diferentes son recordados en avenidas y calles tapatías que llevan sus nombres. Próximos a celebrar el Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución, algunos ciudadanos reflexionan sobre el pasado y el presente. Rodríguez fue un benefactor de pensamiento conservador. Congruente con su fe, apoyó a los humildes y propuso que se brindara instrucción a los presos en las cárceles. Calles se desempeñó como educador en Sonora antes de vincularse al movimiento armado. Durante su participación en la gesta revolucionaria, así como en los cargos que ocupó antes de ser Presidente de México entre 1924 y 1928 defendió la educación laica como un derecho sagrado de la población.
El benemérito Dionisio Rodríguez era hijo de Mariano Rodríguez, también impresor, quien estableció su negocio en Guadalajara en el año 1892. Después de la muerte de Mariano, en abril de 1845, su hijo se hizo cargo de la imprenta. Los Rodríguez eran famosos entre los lectores por la difusión de La Gaceta de Guadalajara y el periódico La Religión.
La Escuela de Artes y Oficio recibió el apoyo generoso y desinteresado de Dionisio Rodríguez a quien le satisfacía que los jóvenes aprendieran un oficio, estudiaran y se prepararan para el futuro. Había obtenido el título de abogado en 1835. Se inclinó por ayudar a los débiles. Su fe lo alentó a comprometerse con las mayorías. Promovió el trabajo y la formación académica.
Rodríguez incursionó en la política y fue diputado en el Congreso durante el año 1846. Realizó viajes por ciudades estadounidenses y de países europeos. Al regresar a México insistió en mejorar los centros penitenciarios. Estaba convencido de que la readaptación social significa una oportunidad para quienes han delinquido. Consideraba, desde su formación, que todas las personas merecen oportunidades para mejorar. Si los prisioneros recibían formación para desempeñar algún oficio, podrían trabajar, obtener algún ingreso, apoyarse y en algunos casos, apoyar a sus familias.
Casi a 200 años de su nacimiento, las cárceles mexicanas son centros crueles de castigo y discriminación donde unos cuantos poderosos dominan la situación y desde allí continúan la realización de actos delictivos, en algunas ocasiones con la complicidad de funcionarios y empleados públicos. En relación con las artes gráficas en Jalisco el panorama es de progreso. Han tenido un gran impulso y su desarrollo está vinculado a las nuevas tecnologías. Sin embargo, muchos impresores se quedaron marginados y padecen junto a la mayoría de la población los efectos de una crisis ocasionada por una clase dirigente corrupta y explotadora.
Luis Enrique Reynoso Vilches, diseñador gráfico, promotor de las artes gráficas, varias veces presidente de la cámara dedicada a esas actividades, es el principal impulsor de los homenajes a Dionisio Rodríguez. Tiene un amplio respaldo entre académicos, estudiantes, historiadores e impresores que desean difundir la vida y obra de Dionisio Rodríguez entre las nuevas generaciones de mexicanos.
En relación a la vida de Plutarco Elías Calles se le recuerda como el mandatario que inició el proceso de profesionalización de las fuerzas armadas y la institucionalización de la política. Con el paso del tiempo los mexicanos han comprobado que algunos integrantes de las fuerzas armadas no tienen ningún profesionalismo y que varios representantes de la clase política olvidaron el significado de la palabra política, la confundieron con politiquería, transa, robo y traición a los ideales. Calles tuvo contradicciones con distinguidos protagonistas de la Revolución Mexicana como Ricardo Flores Magón y Francisco Villa, a quienes se opuso enérgicamente. Fiel al general Álvaro Obregón integró a dos figuras progresistas en su gabinete: Felipe Carrillo Puerto y Lázaro Cárdenas. Unos años después siendo Cárdenas presidente, el general Plutarco fue expulsado del país y se refugió un tiempo en Estados Unidos.
Hace 75 años, siendo ex Presidente, Calles vino a Jalisco a participar en un acto sobre la defensa de la educación pública. Durante su mensaje conocido como “El Grito de Guadalajara” habló a los jaliscienses acerca de las reformas al Artículo Tercero de la Constitución. En esta región tenía simpatizantes y también muchos adversarios y enemigos por formar parte del escenario donde se desarrolló la llamada Guerra Cristera.
Natalia Almada, bisnieta de Plutarco Elías Calles y directora de cine, presentó este año su documental El General que se basa en conversaciones con su abuela Alicia en torno a la vida del revolucionario sonorense, quien durante su exilio escribió: “A mí nada me sorprende, ni me extraña, y mi espíritu afortunadamente está templado para resistir todas las tempestades de la vida, para recibir con desdén todas las ingratitudes y juzgar con benevolencia las mezquindades humanas”.
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Fernando Acosta Riveros, colaborador de Aporrea Org desde Guadalajara, Jalisco, México