Parte I

Los que tenemos salud gracias a la tierra de Marti

Son las 5:30 am en la puerta lateral del Palacio Blanco frente al palacio de Miraflores, ya visualizas la gente haciendo su fila para la revisión del equipaje, ya antes a llegado otro grupo que viene del interior del país, caras de agotamiento, miradas de esperanzas puestas en manos de Dios y el destino con miedo y nervios gruesos por saber que te espera.

Claro muchos ya han ido y van a su chequeo semestral o anual, pero siempre vez caras nuevas, dialectos, y la pregunta que siempre esta presente, que tendrá ella o el que se ve bien, nunca me he subido a avión, cosas como esa.

Al terminar de revisar el equipaje por los servidores publicas del convenio Cuba-Venezuela, dejan sus hogares bien temprano, otros ya amanecen allí, dispuestos a darte un poco de alergia y motivación para bajar tus nervios, al terminar pasas al salón de Gobernadores, donde te espera otro grupo de hermanos que te esperan con un refrigerio y algo de música, vez un grupo de voluntarios de las gobernaciones, los bomberos y casa militar dándote su apoyo.

Las palabras del camarada Yonny Ramos donde te dan las indicaciones para tener ya una idea de que nos espera en esa tierra que siempre escuchamos nombrar.

Salimos a los transportes que nos llevaran a la rampa 04 del aeropuerto, allí esperamos con gran expectativa el abordaje del avión de cubana.

Listos, abordamos con un nudo en la garganta, pensando que dejaste a la hermana, novia, el trabajo, la universidad, otros alegres porque van a otro lugar diferente con las esperanzas de volver a tener visión, caminar, parar una enfermedad que carcome el alma por un vicio tremendo, buscando una nueva oportunidad de tener una vida diferente que nos fue negada por la incomprensión de quienes gobernaron y no nos dieron un servicio de salud humanista.

Son tres horas de vuelo llega el momento de aterrizar a el aeropuerto internacional José Marti, entra un nerviosismo, Alegría y ganas de llorar.

Al salir de la aduana están un grupo de personas que te abrazan con alegría, llegas y te indican donde debes ir.

No a un hospital o un lugar aislado donde nadie puede ver que hay en ese gran y hermoso país.

Esta el hotel Mariposa, Bello Caribe, El Viejo y el Mar, y el centro internacional de Salud la pradera.

Allí nos espera un grupo de hermanos enfermeros, médicos, obreros que están listos para darnos la comodidad y la confianza de sentirnos como en familia.

Eso es solo una parte de lo que es en verdad ese gran abrazo lleno de humanidad y esperanza que con sus limitaciones nos da el pueblo cubano



(*) Militante del PSUV
Desde la Habana Cuba
rufinazam@hotmail.com


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John Duarte (*)


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