La lógica de lo absurdo en Honduras

Lo que ocurre en Honduras es una muestra incuestionable de la verdadera autonomía de las instituciones de ese país centroamericano. Para muchos analistas Venezolano-globovisionianos, lo ocurrido en Honduras es producto de que las instituciones no se dejan secuestrar la autonomía, como según ellos, ocurre en Venezuela.

Si analizamos la situación, independientemente de nuestra tendencia ideológica o política, tenemos que reconocer que es cierto que en Honduras las instituciones son verdaderamente autónomas. Fíjense: Los militares hondureños secuestran y sacan a la fuerza de la residencia oficial, al Presidente Zelaya y lo expulsan del país. Luego el congreso de ese país nombra a otro presidente, no por la ausencia producida en virtud de la actuación de los militares, sino porque según ellos, Zelaya había renunciado, por lo menos, tres días antes que lo sacaran del país. Luego resulta que varios días después, cuando el Presidente Zelaya anuncia el retorno a su país, se dan cuenta que él es un prófugo; que está evadido de la justicia hondureña, ya que existe una orden de captura en su contra, dictada por el máximo tribunal de ese país. Eso evidencia que ahí cada institución actúa independientemente de las otras, al punto que ninguna conoce las actuaciones de las demás. Pero también dicen muchos de los analistas de marras, que las instituciones hondureñas actuaron juntas para preservar la institucionalidad democrática, que según ellos, Zelaya quería fracturar con una encuesta, que aun cuando no era vinculante, era un fastidio!! Si las instituciones hondureñas actuaron en conjunto, en este caso, el análisis se complica, ya que tendríamos que concluir que todas ellas están a favor del presidente Manuel Zelaya. Es decir, los militares sacan a Zelaya para evitar que lo metan preso; el Congreso no presentó antes la renuncia de Zelaya para que el tribunal tuviera que emplear un procedimiento más engorroso, ya que no es igual enjuiciar a un Presidente en ejercicio que a un ciudadano común (inteligente jugada del Congreso), y en ese tiempo preparar mejor la fuga, y el tribunal no hizo las diligencias oportunas para apresarlo, al punto que se conoce la noticia de su auto de detención, cuando el Presidente Zelaya anuncia su regreso al país, lo cual fue otro elemento que facilitó el escape de Zelaya. Finalmente veríamos que no ha habido ningún golpe de estado en Honduras; lo que habría ocurrido es un agavillamiento para burlar la justicia hondureña. ¿ qué habría que hacer entonces? Bueno, meter en la cárcel a todos los militares, a todo el Congreso y al máximo tribunal de la República, ah y por supuesto a Manuel Zelaya. Unos por negligentes, otros en calidad cómplices y al Presidente como autor del delito.

Ahora vean lo que son las paradojas de la vida: todo esto comienza con la solicitud de miles de hondureños al presidente Zelaya, para que se colocara una cuarta caja en las próximas elecciones de ese país, y consultar la voluntad del pueblo a convocar una Asamblea Constituyente que refundara la república para instaurar una DEMOCRACIA PARTICIPATIVA en ese hermano país y para impedirlo, ha ocurrido todo lo que ha ocurrido.

Al meter en la cárcel al Presidente, a los militares, a todo el Congreso y a los del Máximo Tribunal ¿qué va a ocurrir? Pues lo que de la lógica resulta: el pueblo, al tener a todas las autoridades en la cárcel, se organiza y se gobierna solo, comenzando así la DEMOCRACIA PARTICIPATIVA EN HONDURAS!

Parafraseando al Profesor Lupa: “Misterios de la Democracia”

Lo cierto es que cualquiera sea el desenlace de los acontecimientos en Honduras, el resultado tiene que ser la consulta popular en procura de otorgarle más participación y poder al pueblo hondureño.

valgo7@hotmail.com


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Juan Carlos Valdez G.


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