Venezuela y la Solidaridad Internacional

Estoy culminando una gira en Europa de conferencias y presentaciones de mis cuatro libros: El Código Chávez; Bush vs. Chávez: La Guerra de Washington Contra Venezuela; La Telaraña Imperial: Enciclopedia de Injerencia y Subversión; y La Mirada del Imperio Sobre el 4F: Los Documentos Desclasificados de Washington sobre la Rebelión Militar del 4 de febrero de 1992. He recorrido tres países y dado más de 20 conferencias en 15 ciudades en Francia, Italia y Austria durante el último mes. Ha sido un viaje agotador, pero también una experiencia que reafirma la urgente necesidad de una política bien organizada de solidaridad entre los pueblos del mundo y la revolución bolivariana. También ha sido un tiempo de reflexión sobre la importancia del proceso que vivimos en Venezuela para el mundo entero. Hoy Venezuela representa la esperanza verdadera e inspiración para lograr un modelo de país más justo y próspero para todos.

En Francia, donde comence la gira, fui invitada por la organización France-Amerique Latine, grupo que coordina diferentes entidades regionales en Francia, dedicadas al trabajo de solidaridad con América Latina. Participé como la conferencista principal durante la Quincena de América Latina en Montpellier, invitada por el Collectif ALBA, grupo local compuesto por latinos residenciados en el Sur de Francia y franceses amigos de América Latina que intenta informar sobre los procesos socialistas en la región. De allí, me arreglaron una gira por los pueblos y ciudades del Sur de Francia, incluyendo a Séte, Grenoble, Toulouse y Marseille, en donde presenté el Código Chávez en francés, y hablé sobre el proceso en Venezuela que nos ha llevado hasta éste camino revolucionario por donde andamos hoy. Lamentablemente las conferencias y eventos en Francia no contaron con el apoyo de la Embajada de Venezuela en Paris de ninguna manera, algo que causa preocupación en cuanto a la política de solidaridad internacional de la revolución. Los movimientos sociales franceses, compuestos por franceses en su mayoría, algunos venezolanos, bolivianos y otros latinos también, organizaron y cubrieron todos los gastos y logística de la gira y los eventos, sin ningun apoyo de la Embajada, a pesar de los tremendos beneficios que éstos eventos producen para el proceso bolivariano y el combate contra la gran manipulación mediática internacional.

En Italia, fui invitada por la Coordinadora Bolivariana Nacional, organización que agrupa diferentes movimientos regionales italianos que apoyan a los procesos revolucionarios en América Latina, con un enfoque especial en Venezuela. Estuve por Milano, Torino, Ivrea, Manziano, Brela, Diamante, Napoli y Florencia, presentando el Código Chávez en italiano, junto con los otros libros en español, y también conversando sobre el proceso revolucionario desde sus inicios hasta hoy, siempre haciendo enfasis en las amenazas y peligros que enfrentamos del imperio y sus aliados internacionales. Los compañeros de la Coordinadora Bolivariana de Italia son principalmente jóvenes italianos de la clase obrera que ven la importancia de los cambios que hoy suceden en América Latina, y que éstos mismos sirvan como motivación para que su propio pueblo logre levantarse contra la injusticia y la desigualdad. En Italia, contamos con el apoyo del Consulado de Venezuela en Milano, la Embajada de Venezuela en Roma y el Consulado de Venezuela en Napoli. Por lo menos los funcionarios venezolanos en Italia veían la necesidad e importancia de estrechar los enlaces con los movimientos sociales italianos que apoyan la revolución, y también lo esencial que es el combate contra la desinformación.

Terminé la gira en Austria, invitada por la Embajada de Venezuela en Viena para comemorar el séptimo aniversario de la derrota del golpe de estado de abril 2002. La Embajada realizó un gran evento el 14 de abril en el centro de Viena, en donde dicté la conferencia principal y luego tuvimos un debate y un periódo de conversación alentador.

En los 15 ciudades europeas, tuve la misma impresión: éstos países y pueblos ahora dormidos tienen una explosión social en esperas. Por la crisis financiera están sufriendo mucho. Sus presidentes y jefes de estado – que son de la derecha – están cortando la educación pública, la salud y los otros servicios sociales para salvarse de la crisis. El desempleo está creciendo de manera alarmante. En Venezuela, nuestro presidente también anunció medidas para prevenir la crisis, pero que no incluyen ningun recorte de un solo programa social, sino que recortarán los salarios de los altos funcionarios del estado y eliminarían sus gastos excesivos en celulares, viajes y carros nuevos. Incluso, como yo comentaba a los públicos europeos, en Venezuela éste año subirán el salario mínimo por 20%, los intereses bajarán en más de 6% y habrá más de 6.000 millones de dólares en inversión social adicional. Entonces, ¿quién dijo que Venezuela es el tercer mundo y Europa y Estados Unidos el primero? En Estados Unidos no solo están cortando todos los servicios sociales, sino han perdido más de 5 millones de empleos en un año debido a éste crisis y por culpa de la mala gestión social del gobierno estadounidense. En Venezuela, la tasa de desocupación es la más baja de siempre. En el 2008 llegó acerca de 6% cuando hace 10 años estaba en 16%. Entonces, ¿cuál modelo es más productivo y próspero en lo económico y lo social?

En todos los lugares donde he ido y hablado sobre lo que hoy estamos construyendo en Venezuela, con todos sus fallas, errores, problemas, retos, amenazas, logros y avances, la reación fue lo mismo: admiración, interés, esperanza e inspiración; y lo más importante, un gran sentimiento de solidaridad.

Cada pueblo tiene su momento y hoy, los cambios vienen del Gran Sur. En América Latina ha habido un inmenso despertar colectivo de los pueblos - quienes más nunca volverán a su estado excluido, marginalizado, aislado y subordinado a una agenda imperial como era antes. El llamado primer mundo está en crisis – una crisis social, política y económica. Una crisis que podría abrir la puerta a un cambio radical hacia la justicia social, o podría permitir que entra el fascismo a retomar las garras del poder, buscando controlar éstos pueblos que ya están tan aplastados por la cultura del consumismo que se les hace dificil ver la luz del camino revolucionario.

Desde Venezuela, no podemos ver la revolución de otra forma sino como una revolución internacionalista, una revolución por la humanidad entera. Por eso, necesitamos la solidaridad y la participación de todos los pueblos del mundo – todos que quieren escoger el camino hacia la paz, la justicia y el futuro. Por eso, necesitamos una política oficial de solidaridad con los pueblos, algo que nos permite coordinar acciones, eventos, visitas y contactos con nuestros hermanos y hermanas en el exterior que tanto nos miran como la esperanza de sus luchas y deseos de cambiar sus propios sistemas que están podridos por el capitalismo.

En cada lugar donde he ido durante esta gira he visto que en Europa tienen ciudades bellísimas, bien diseñadas, llenas de lugares bonitos, edificios que parecen museos, comida deliciosa, arte de siglos, y gente simpática y generosa. Pero nosotros en Venezuela tenemos alma y corazon de patria, tenemos revolución, tenemos participación activa del pueblo, y tenemos el amor por la justicia y la humanidad que nos motiva cada día a combatir y luchar para lograr ése mundo mejor que nosotros mismos estamos construyendo. El pueblo venezolano debe sentirse orgulloso porque hoy es el ejemplo para un mundo que busca un camino distinto al modelo capitalista-consumista que solo ha traido destrucción, guerra, miseria y pobreza a la humanidad.

¡Qué viva Venezuela! ¡Qué viva la Revolución Bolivariana! ¡Qué viva el Comandante Presidente Chávez! ¡Qué viva el pueblo venezolano y bolivariano! ¡Y qué viva la solidaridad internacional!


evagolinger@hotmail.com
15 abril 2009


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Eva Golinger


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