La reunión de Alaska es un hito en el declive de la OTAN y la Unión Europea

Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona.

¿Está la Unión Europea y sus estados miembros colectivamente dirigiéndose
hacia un abismo? Durante muchos años han estado atacando los titulares del
tema del “Fin de la Unión Europea”—incluso yo mismo, debo admitirlo—
pero en días recientes la misma Unión Europea que nunca se había ubicado
tan bajo en el mapa del mundo como lo fue en la denominada Reunión de
Alaska. Unas cuantas semanas antes, muchos simpatizantes de la Unión
Europea quedaron asombrados de cuan pusilánime fue el jefe de la Unión
Europea cuando se enfrentó a Donald Trump y aceptó el 15 por ciento de
arancel en general para todos los productos de la Unión Europea que ingresen
a Estados Unidos –absolutamente asombroso dado que no hubo ningún
anuncio sobre conversaciones comerciales entre los funcionarios de ambos
lados sobre negociar un tema más apropiado. Esta sola maniobra reveló a la
Unión Europea, como no otra cosa que de entera propiedad de las más grandes
corporaciones del mundo como ser Pfizer, productora norteamericana de
antibióticos a la cual Úrsula von der Leyen hizo partícipe de un fondo para
producir vacunas de la Unión Europea por seiscientos mil millones de euros y
por lo tanto, habría sido absurdo que ella se resistiera.

Y ahora es el turno de la Unión Europea de asimilar otro golpe haciendo un
papel secundario en las negociaciones para un acuerdo pacífico de la guerra de
Ucrania. Sin embargo, aunque muy pocos apuestan por un acuerdo de paz.
Incluso el mismo Trump no parece tener muchas esperanzas, ya que Putin ha
dejado en claro que él desea que las regiones de habla rusa al oriente de
Ucrania sean entregadas como parte del acuerdo, más garantías que Ucrania
nunca será miembro de la OTAN.

Si la OTAN todavía existe en los próximos meses es otra cuestión, ya que vale
la pena notar que esta organización transatlántica que dirige Estados Unidos,
está actualmente transitando por su más bajo nivel en su historia como Unión
Europea. Lo que idiotizados periodistas norteamericanos que gritaron a
Putin en la conferencia de prensa “¿Dejará usted de matar civiles?”. No
preguntar sería más evidente. Por supuesto, que ellos no le gritan preguntas
estúpidas a Netanyahu cuando este está de visita en Estados Unidos, quien es
el arquitecto del más horrible genocidio en lo que va del siglo XXI, en que las
mujeres y los niños que escapan de las bombas que llueven sobre sus carpas
ahora mueren de hambre –todo eso apoyado por Estados Unidos. Pero los
periodistas no le preguntan a Putin “¿Cómo va la guerra en Ucrania Señor?” o
algo así “¿Qué piensa usted que le pasaría a la OTAN si sus fuerzas armadas
obligan a Zelensky a rendirse?”

La reunión nunca iba a ser productora de un acuerdo de paz en Ucrania según
la acomodaticia posición de los periodistas, lo cual fue un indicador para eso.
Lo que quedó sentado en la reunión de Alaska fue que los dos líderes
mostraron mutuo respeto de manera que acuerdos mayores pudieran ser
elaborados –quizás acuerdos energéticos y de infraestructura en la misma
Alaska, o quizás de tierras raras y minerales en Rusia—y si usted escucha con
cuidado las respuestas de Trump a los medios de prensa usted notará las
insinuaciones.

Pero con las relaciones de Estados Unidos y Rusia desplazándose en una
dirección más sobria y más desarrollada –madura en vez de la tonta posición
de Biden existen muchas posibilidades sobre la mesa. Lo de Ucrania bien
podría resolverse en algún momento, si unos de esos súper acuerdos alcanzan
a ver la luz del día.

Para los europeos y la Unión Europea, ellos tendrán que bailar al ritmo de
Putin y Trump lo cual los hace verse más inútiles e incongruentes con el
cuadro mayor de la geopolítica que ellos ansían. Lo mismo va para la OTAN,
ambas instituciones han echado leña al fuego en años recientes con ver solo la
opción de guerra –o más específicamente escalar o desarrollar la opción que
fracasó estrepitosamente y que ahora justifican las enormes sumas de dinero
dedicadas al proyecto bélico que no puede beneficiar a Occidente, ahora sus
líderes esgrimen solo una narrativa que es la repetir una y otra vez tratando de
salvar su propia credibilidad y sus puestos de trabajo. Más guerra, más guerra,
incluso más guerra.

Resulta increíble: la alta diplomática de la Unión Europea Kaja Kallas, ex
Primera ministra de Estonia, clave reciente en la visión que la Unión
Europea y la OTAN tienen acerca de la guerra de Ucrania. Ellos la ven como
la Unión Europea es primera prueba de la política de mano dura en política
exterior antes de estar siendo apoyada por “Papito” Trump. Probablemente la
más estúpida y engañosa declaración del mes fue la de Kallas quien dijo a los
periodistas “Si Europa no puede derrotar a Rusia, ¿Cómo podría derrotar a
China?”. Todo su pensamiento se basa en un conflicto más bien que en la
prevención de un conflicto, lo cual también tiene que ver con salvar tanto a la
OTAN como a la Unión Europea de su peor caída de credibilidad cuando
Rusia finalmente derrote al ejercito ucraniano. Estos bufones de la Unión
Europea han creado desde el año 2014 e incluso antes, una guerra que era
casi inevitable pues ellos carecen de los medios, la capacidad militar o
siquiera la voluntad de ganar y así es como ahora sus prioridades consisten en
realizar un encubrimiento masivo del fracaso y protegen a sí mismas sus
propias dinastías.

Europa no se está preparando para la guerra. Esa es una gran faramalla, se
está preparando para una gran caída la cual será sin precedentes y bien podría
ser una catálisis tanto para el deceso de la Unión Europea como de la OTAN
tal como las conocemos.

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Martin Jay

Periodista británico.


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