Aun dentro de ese esquema de máxima crueldad contra los venezolanos en Estados Unidos es necesario pensar en sistemas de supervivencia para ellos que adaptados a las condiciones tan particulares de ese país, ofrezcan oportunidades de trabajo a quienes aun adversando al socialismo se fueron para el norte y sus quimeras.
Una de las posibilidades sería establecer, de una forma ajustada a las normativas del transporte terrestre y seguridad vial de ese país, sería el sistema de moto taxi que individual o empresarial, podría desarrollarse en Estados Unidos
Aunque tradicionalmente las motocicletas no han sido una opción para el transporte público en los EEUU, se puede aprovechar la creciente demanda de soluciones ágiles y eficientes en ciudades con alta congestión vehicular para abrir una ventana de oportunidad para su integración. Es de recordar que una de las ventajas del servicio de Moto taxi venezolano, es que reduce considerablemente el tiempo de traslado de los usuarios, lo cual no es una ventaja desdeñable.
Sin embargo para que el sistema sea viable, debería cumplir con regulaciones en términos de seguridad y que las maximizarán para el caso de los venezolanos. En Estados Unidos, las normativas exigen el uso de cascos certificados, seguros adecuados y controles mecánicos periódicos, además, los conductores tendrían que obtener una licencia específica, asegurando que cumplen con estándares de formación y conocimiento de tránsito. Establecer estos requisitos garantizaría la confianza de los usuarios y minimizaría riesgos.
Otro aspecto fundamental sería la regulación del servicio dentro del marco legal de transporte. En diversas ciudades, el transporte compartido ha logrado aceptación gracias a la digitalización y supervisión gubernamental. El modelo de moto taxi podría adaptarse a este esquema, utilizando plataformas digitales que permitan el registro de conductores, monitoreo de viajes y métodos de pago electrónicos. La integración de tecnología ofrecería mayor transparencia y comodidad a los clientes.
Además, el sistema tendría que ajustarse a las condiciones urbanas de cada ciudad. En lugares con infraestructura adecuada, la creación de carriles exclusivos para motocicletas podría mejorar la eficiencia del servicio, reduciendo tiempos de traslado sin afectar la movilidad de otros vehículos. También sería esencial obtener políticas de responsabilidad para aseguradoras, ofreciendo protección a pasajeros y conductores. El servicio de Delivery también venezolano y las plataformas correspondientes serian repotenciados, en aquel cosmos empresarial.
Por último, la aceptación cultural del servicio requeriría campañas informativas sobre sus beneficios. La rapidez, costos competitivos y accesibilidad serian puntos atractivos para ciudadanos que buscan opciones alternativas de movilidad, inclusive ejecutivos apurados. Si logra posicionarse como un servicio seguro, regulado y tecnológicamente avanzado, el moto taxi podría convertirse en una solución viable dentro del ecosistema de transporte urbano en Estados Unidos.
Por otro lado, algunos taxistas tradicionales podrían ver la nueva opción como una oportunidad para diversificar su negocio y adaptarse a las nuevas tendencias de movilidad urbana. Si la regulación es clara y el servicio se integra dentro de un marco estructurado, se minimizaría alguna oposición y fomentaría la coexistencia de ambos servicios.
El éxito de los moto taxis dependería de la aceptación del público, la seguridad del servicio y la adaptación a la infraestructura de cada ciudad. Si las autoridades establecen normativas adecuadas y ofrecen diálogo con los sectores venezolanos dueños de la iniciativa, podrían reducirse alguna posible resistencia y facilitar su funcionamiento.
Oscar Rodríguez Estrada 3 de mayo de 2025
