Venezuela ante el desafío climático: la amenaza del calentamiento global sobre la agricultura y los fitopatógenos

El cambio climático es una realidad inminente que está modificando la producción agrícola mundial. El Atlas AR6 del IPCC proyecta un aumento inevitable de 2 °C para la década de 2040, con temperaturas extremas de hasta 35 °C en diversas zonas, lo cual es potencialmente peligroso para los cultivos, el ganado y las personas. La figura, confirma que las regiones tropicales, específicamente la mayor parte de América del sur son las más vulnerables al calor, donde la temperatura superará en 2 °C el promedio para el 2040.

Figura 1. Fuente: Institute Emergency Climate .

Venezuela, con su variedad de cultivos y sistemas agrícolas, se enfrentará a un reto crucial para asegurar la alimentación y la sostenibilidad de sus principales productos.

La agricultura es un pilar económico y social en Venezuela, con rubros clave que sostienen mercados internos y exportaciones. Sin embargo, el aumento de temperatura y la alteración de los ciclos hídricos afectarán gravemente la producción de cultivos estratégicos como café y cacao, que sufrirán estrés térmico, reducción en floración y una mayor incidencia de enfermedades como la monilia y la roya. El maíz y el arroz serán más vulnerables a sequías, verán reducido su rendimiento y enfrentarán la proliferación de plagas. Las hortalizas como tomate, cebolla y pimentón perderán calidad debido al estrés térmico y estarán más expuestas a bacterias fitopatógenas. Los frutales tropicales como plátano, cítricos y mango sufrirán modificaciones en su maduración y estarán más expuestos a hongos y virus. Los tubérculos como yuca y papa verán cambios en su ciclo productivo, afectando su resistencia natural a patógenos del suelo, y las leguminosas como caraota y frijol sufrirán desbalances en la germinación y una mayor susceptibilidad a virus y hongos.

Las temperaturas elevadas y los cambios en la humedad favorecen el desarrollo de bacterias, hongos y virus, algunos de los cuales ya afectan cultivos venezolanos. La roya del café y del maíz, cuya expansión se acelera con el aumento térmico, la monilia del cacao, que afecta la producción y calidad del grano, la marchitez bacteriana del tomate, más agresiva en climas cálidos, la sigatoka negra en plátanos, incrementada por humedad variable, y las virosis en hortalizas, con mayor incidencia en cultivos de solanáceas y leguminosas, son algunas de las amenazas que podrían intensificarse en los próximos años.

Para enfrentar estos desafíos y asegurar la estabilidad de la producción agrícola venezolana, es urgente implementar soluciones basadas en ciencia y manejo agroecológico. Es necesario desarrollar variedades resistentes adaptadas a condiciones extremas, fortalecer el monitoreo molecular mediante herramientas como PCR, qPCR y CRISPR-Cas para la detección temprana de fitopatógenos, diversificar los sistemas agrícolas para reducir la vulnerabilidad de monocultivos y promover el control biológico.

Hemos estado experimentando temperaturas superiores a 1,5 °C durante varios años, incluso antes de que se declare oficialmente superado este umbral crítico establecido por la comunidad científica internacional. La verdadera alarma radica en la proyección de que, para el año 2030, podríamos haber sobrepasado ya el aumento de 2 °C en la temperatura promedio global. Esta aceleración del calentamiento global plantea desafíos aún mayores y consecuencias potencialmente más graves para el planeta y la vida tal como la conocemos. Es crucial comprender la magnitud de este incremento y la urgencia de implementar medidas efectivas para mitigar sus efectos.



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Álvaro Zambrano Carrera

Ingeniero Forestal. Profesor del decanato de Agronomía UCLA

 Alvarocarrera2@gmail.com

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