En medio de la investidura de Donald Trump se produjo un evento relevante, aunque para muchos podría resultar anecdótico. El mismo muestra que aquel presidente, de la primera vez, ya no existe. Se trata de un Trump más pragmático y menos radical. Eso sí, temeroso de una realidad: la inflación en Estados Unidos.
Antes del acto de investidura, el gobierno saliente de Joe Biden bloqueó el acceso de los ciudadanos norteamericanos a la red social TikTok, tras una ley. Ese evento tiene una importante lectura debido a como se desarrollaron los hechos. Los usuarios norteamericanos migraron masivamente a Red Note, otra red social de los chinos. En la misma se comenzó a forjar una matriz de opinión en que los norteamericanos vieron con sorpresa los avances de China en vivienda, salud, tecnología y economía.
El presidente electo, Donald Trump, intervino de inmediato. Llama la atención la enorme preocupación que tuvo, al escribir en su propia red social "Save TikTok". De más está decir que el voto joven de EE. UU., en su mayoría, el nuevo presidente lo obtuvo gracias a esta red. De hecho, se restableció la operatividad de la misma, mientras Trump se comprometió a buscar una solución conforme a la ley emitida. Se vio a un nuevo Trump, más pragmático y menos radicalizado. Abierto a negociar. Aunque no faltaron las fanfarronerías con lo del Acuerdo de París, la salida de la OMS, entre otras. El asunto de la teatralidad, es necesario en este tipo de "mesías", "salvadores" o "héroes", así, como cuando Batman aparece en la oscuridad.
Una de las preocupaciones de este nuevo Trump, es el de evitar la inflación. Siendo el petróleo uno de los factores que más incidencia tiene en la formación de precios en Estados Unidos, su foco estuvo en sus primeras decisiones. Al punto, que el WTI cayó el lunes y este martes perdía 2,50 %, para retroceder a $75,46. En su discurso duro, está el tema de los aranceles, que el primer día fue evadido y hasta el dólar perdió terreno frente al resto de monedas mundiales. Aunque a última hora señaló que a partir de febrero podrían comenzar los primeros aranceles de 25 % a México y Canadá, sin mencionar todavía a China. Pero este tema será largo.
Trump libera las restricciones para la explotación de petróleo en Alaska. Levanta la moratoria de nuevas licencias estadounidenses para exportar gas natural licuado, específicamente a Europa. Dijo que la Reserva Estratégica Petrolera (SPR) las llenará "hasta el tope". Agregó que probablemente no comprará más petróleo a Venezuela. Es decir, para este presidente el tema petrolero es clave y es el foco de lo que se verá en los próximos meses, en función de lo geopolítico y lo económico.
Hay que recordar que las SPR estuvieron en su tope y a partir de 2022, la administración de Joe Biden las dilapidó en medio de la guerra entre Ucrania y Rusia, para surtir a Europa. Lo que obligó a la Casa Blanca a buscar entendimientos con Miraflores, como se informó en su momento. Si Trump quiere recuperar las SPR rápidamente, entonces el conflicto entre esos dos países debe cesar. Esto se combina con el hecho de que necesita un barril más barato, tanto para dejar de impactar la economía estadounidense como para aumentar rápidamente las SPR a bajo costo. Para eso, también tendría que flexibilizar sanciones a Rusia, de modo que el resto del mundo pueda surtirse sin impactar los precios al alza, mientras Trump trata de ampliar su producción interna. Son 300 millones de barriles que requiere y que los cuatro años de gobierno que tiene por delante, no son suficientes. La última vez que Washington requirió aumentar las SPR, el impulso más fuerte estuvo entre 2003 y 2005, con un ritmo de 118.000 barriles diarios. A esa velocidad, las SPR podrían volver a 700 millones de barriles en unos siete años. Por ahora, no hay un cronograma para ello y el Congreso tendría que aprobar los fondos necesarios.
Por ahora, mientras las SPR estén bajas, Washington, con Trump en el timón, se moverá estratégicamente, en función de evitar sobresaltos en los mercados de energía.
En este punto, a lo que concierne a Venezuela, es preciso señalar que desde que la Casa Blanca y Miraflores comenzaron a comerciar petróleo venezolano nuevamente, las SPR dejaron de caer. Según los datos de la EIA, el nivel más bajo de las SPR se registró en julio de 2023, cuando alcanzaron los 346.759.000 barriles. Para esa época, Chevron tenía un mes antes, una licencia y comenzaba nuevamente operaciones. Luego hubo la flexibilización de finales de 2023, previo a las elecciones presidenciales y finalmente la conocida Licencia 41. Actualmente, las SPR aumentaron a 393.310.000 de barriles. Esto indica, que las operaciones de extracción en Venezuela, son claves para recuperar las SPR. Es decir, que actualmente se agregan a las SPR, poco más de 86 mil barriles diarios y EE. UU., está importando desde Venezuela más de 200 mil barriles diarios con la operación de Chevron.
Para Trump dejar de comprar petróleo a Venezuela y seguir aumentando las reservas, debe sustituir la operación en otra parte del mundo, además de tomar en cuenta los costos operativos. Esto implica un proceso de negociaciones, que puede ser complejo en medio de los aranceles, las sanciones y el tema de los migrantes. No se trata de una orden ejecutiva y listo, ocurrió al siguiente día.
Queda por ver qué van a responder los países a los que se aplicarán los aranceles, porque esto implica costos enormes y efectos habrá. También queda ver si las operaciones petroleras en Alaska supondrán sustituir importaciones desde Canadá y México, porque esas tarifas elevarán los precios finalmente. Tomando en cuenta que Canadá es el principal exportador de petróleo a EE. UU. Si los más de 200 mil barriles que Chevron exporta desde Venezuela, ya no serán necesarios. Aquí también entra el tema migratorio y repatriación de personas, que probablemente también entrará en un proceso de negociaciones.
Otro aspecto que se deberá esperar en desarrollo es el tema de los costos operativos de las compañías petroleras y sus efectos en los precios. Los salarios de los trabajadores petroleros en EE. UU., no tienen nada que ver con los que se pagan en países extranjeros, lo que da ventajas a muchas compañías. Esta es una de las principales razones de por qué todavía hay vastas regiones que prefieren importar petróleo extranjero que comprar el propio norteamericano.
Si bien el verbo encendido de Trump está trayendo volatilidad a los mercados, en sus acciones y hacia donde está apuntando, muestran que hay ahora un Trump capaz de negociar, de asumir algunas realidades y de incluso cerrar algunos acuerdos, en función de los intereses de su visión política. Es un Trump que está dando pasos más cuidadosos para evitar romper algo y crear traumas que se salgan de control. Queda de parte de los rivales en el mundo, saber si sus intereses pueden navegar junto a los de Trump o caer en sus provocaciones.