Cometer genocidio de niños y mujeres en Gaza, atacar civiles rusos a profundidad, bombardear Yemen, hostigar central nuclear de Zaporozhie, aplicar sanciones a gobiernos, quemar obreros en Odessa, continuar ocupando terrenos palestinos, burlar el Derecho Internacional, atrapar a Corea Sur y Taiwán en una alianza bélica contra Corea Norte y China, sostener el colonialismo africano, invertir miles de millones de dólares en la guerra de Ucrania contra Rusia y otras operaciones encubiertas agregadas; frente a esa información, cualquiera diría que el imperialismo es muy eficiente e híper activo.

Luego le agregamos que los senadores en Washington otorgan permiso para que Ucrania utilice las armas norteamericanas de largo alcance a profundidad en Rusia y un poco desesperados piden sancionar la CPI, porque podría ir por ellos. Pocos días antes aprobaron un refuerzo de 61 mil millones de dólares para apuntalar la crisis ucraniana, detienen a miles de estudiantes por apoyar el cese al fuego, el alto al genocidio y exigen la libertad de Palestina y hace unos días se les cae el intento de magnicidio a Maduro, de golpe de Estado en República Democrática del Congo; Biden declara que en Gaza no hay genocidio por lo tanto hay que continuar con el envío de armas a Israel.

Todo es tan irrelevante y trivial desde la óptica colonialista de Washington, Reino Unido, Francia, Bruselas, Polonia y otros; que cuando se molestan arman berrinches diplomáticos y ejecutan acciones militares con la mayor frialdad e irresponsabilidad operativas, sin tener en cuenta las repercusiones de sus actos, porque su arrogancia e impunidad que los acompañó por siglos les nubla la razón y siguen creyendo que son los mismos, cuando la realidad los está dejando atrás.

El imperialismo es un tren que va en reversa.

Yemen no se amilanó con los bombardeos anglo norteamericanos, sino que arreció sus ataques a barcos con rumbo a Israel; dirigió sus misiles y drones acuáticos contra barcos de guerra ingleses y norteamericanos. Yemen logró desviar el tráfico naval del Mar Rojo a las costas africanas del sur, también neutralizó la operación naval "Guardián de la prosperidad" comandada por Estados Unidos e Inglaterra que agrupa una coalición multinacional para defender a Israel y luchar contra los rebeldes Hutíes de Yemen. El ataque yemení a los barcos continúa.

Aún con el apoyo de Washington y toda la OTAN, Ucrania perdió Crimea, Jersón, Zaporozhie, Donetsk, Luganksk y ahora pierde más de 10 comunidades de Járkov y Rusia avanza y destruye decenas de miles de armas pesadas y especiales de todo occidente, provocando medio millón de bajas uniformadas al enemigo.

Hamás el 7 de octubre de 2023 en la operación militar "diluvio Al-Aqsa"; por todos conocida, redujo a mito el poder de Israel y colocó la cobardía sionista desnuda frente al mundo; pues, inmediatamente después del operativo de Hamás, Israel descargó su frustración contra los niños, mujeres y ancianos de Gaza; en 220 días de ataques ha demolido ciudades y masacrado más de 35 mil civiles; mientras los rehenes no han sido liberados, Hamás está más fuerte y activo que nunca y la seguridad de las tropas sionistas está en caos; están y no están en Gaza. Militares de alto rango sionistas declaran que han perdido la guerra en Gaza.

En esta guerra, apoyan a los palestinos de Gaza el llamado Eje Islámico compuesto por los ejércitos de Hezbolá de El Líbano, de los Hutíes de Yemen y las milicias guerrilleras anti terroristas de Siria, Irak y Bahrein.

Por otra parte, los países del Sahel africano: Mali, Burkina Faso, Niger han expulsado a las tropas gringas y francesas de ocupación y solicitado el apoyo de Rusia con la defensa de eso países.

En el terreno económico, la desdolarización, el Banco Mundial de los BRICS + 6 y los proyectos locales de desarrollo le abren camino a la multipolaridad y descolonización.

Si esto está sucediendo en las narices del imperialismo, los enfoques de sus líderes políticos encierran, entre incertidumbres y certezas, los deseos trasnochados de revertir los procesos históricos de transformación que avanzan a toda máquina, acelerados por las guerras y la competencia económica, en la que ellos siempre dominaron.

El nuevo mundo recién comienza; Chávez fue pionero, Xi y Putin continuadores; pero quienes cargan con la responsabilidad militar de destruir el proceso viejo son los guerreros del Eje Islámico, los rusos del Donbás y de la Federación y los jóvenes políticos del Sahel Africano.

Pedro Sánchez, Trump y Milei pretenden ser los salvadores escandalosos del proyecto cultural, civilizatorio y económico neo liberal que ha fracasado y cumplió ya su momento histórico.

Si hay algo que rematar como logro imperialista actual es, la coronación del fracaso.