La cumbre Otan y el G-7, puso en segundo plano a Ucrania y priorizó la autodefensa de la Otan

Al final de la cumbre de la Otan y el G-7 de este jueves 24 de marzo del 2022, se acordó principalmente, prolongar la guerra y desplegar 4 nuevos contingentes militares en Rumania, Eslovaquia, Bulgaria y Hungría. El plan incluye contar con el refuerzo de los 100,000 uniformados norteamericanos desplegados en Europa. Amenazar a Rusia con poner en perspectiva la guerra química y ayudar en lo que puedan a Ucrania.

En esta cumbre, Ucrania pasó a segundo plano, lo que les interesa ahora es, ponerse a salvo de la respuesta que el Ministerio de Defensa ruso podría aplicar por el involucramiento del pentágono, la Casa Blanca, la Otan, los gobiernos europeos y el de Ucrania, en la gestación y desarrollo de la guerra contra Rusia.

Rusia cuenta con documentos originales y testimonios del involucramiento de las referidas entidades, en la dotación de armas, preparación militar de decenas de miles de uniformados ucranianos, el financiamiento y asesoría de 30 bio laboratorios de producción de armas de destrucción masiva para la guerra contra Rusia.

Rusia puede comprobar que el hijo del presidente Biden, la USAID y el ministerio de salud de Ucrania, han trabajado juntos en la creación de laboratorios biológicos de producción de patógenos como el ántrax y virus más dañinos que el Covid-19.

Estos descubrimientos documentales y testimoniales, dotan al Kremlin de la capacidad legal y documental para acusar culposamente a los agresores. Los rusos respondieron como se debía para detener los planes agresivos occidentales.

La pretendida expulsión de Rusia del mundo occidental, vociferada por el presidente Biden, ratifica la ruptura que Rusia ha realizado con ese mundo occidental. La decisión de frustrarle a occidente, los planes militares de agresión contra Rusia desde Ucrania, presuponía saber controlar las consecuencias. Odio a los rusos y entusiasmo por el fascismo.

En occidente, las personas prefieren caminar al lado del matón, que bombardeó Irak, Libia, Yugoslavia, Afganistán, Siria y ahora fue sorprendido preparando el asalto a Rusia, en vez de reconocer la responsabilidad del agresor. Ver votaciones en la Asamblea General de la ONU y en las reuniones del Consejo de Seguridad.

En esta cumbre, para desviar la atención de los verdaderos culpables: el pentágono, el hijo de Biden y los gobiernos de Poroshenko y Zelenski en el montaje de bio laboratorios de armas de destrucción masiva en Ucrania. En este caso, el presidente Biden toma el atajo de la calumnia, echarle la culpa a Rusia en vez de asumir la responsabilidad de los hechos, donde está implicado su hijo, el pentágono, los gobiernos europeos y el de Ucrania.

Por otra parte, si la evidente fuerza de ataque ruso, la prevención nuclear, la velocidad hipersónica, la rapidez táctica de sus movimientos y el poderío armamentístico desplegado en Ucrania, ha causado, en un mes, el colapso casi total de la infraestructura militar ucraniana, aun con toda la ayuda militar y de sanciones de occidente. Esa fuerza moral y militar rusa convierte a esta cumbre, en la cumbre de los derrotados; que buscan la manera de defenderse de la maquinaria de guerra rusa y sostener su maltrecho mundo occidental que se desguaza frente a sus propias sanciones. Es por ello que, más que apoyar a Ucrania, la Otan y el G-7, buscan como lo más importante, asegurar su cohesión. Porque su mundo, su cultura occidental de dominio sobre todos, llegó a su fin con la respuesta militar y moral de los rusos.

Las cosas ya van a ser diferentes, el verdadero culpable ya no se podrá esconder; aunque politicen los organismos mundiales y sus líderes: la ONU y Guterres, la OEA y Almagro, la OMC, el BM, el FMI. Politizados por occidente, van entrando en receso porque a partir de la guerra, han servido para acumular préstamos billonarios a Ucrania para sostener financieramente el conflicto contra Rusia. Y el dinero para ayudar al desarrollo de los países pobres, se tiene que esperar.

En esta conferencia, Ucrania pasó a segundo plano. La activación militar de la Otan, bajo la conducción de la Casa Blanca es lo primordial. La Otan necesita fortalecimiento y práctica. Para ello van a contar con el respaldo de los 100,000 uniformados norteamericanos esparcidos por toda Europa y van a crear otros polvorines con nuevos contingentes militares en Hungría, Bulgaria, Eslovaquia y Rumania. Pero, aclaran que no van a enviar tropas a Ucrania.

De que se trata la guerra, de participar con armas, prestamos, asesores y mercenarios, más el agravante de las sanciones, la creación de nuevos polvorines y nuevos contingentes militares en las fronteras rusas y declarar que no están participando en el desarrollo del conflicto y que no quieren enfrentarse militarmente con el ejército ruso.

Ese es la hipocresía occidental: están metidos en la guerra, pero no quieren que los ataquen, ni que los vean como enemigos.



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Memo Fernández


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