La revolución boliviariana amenazada

El presidente del Parlamento y segundo líder del proceso chavista después de Maduro, Diosdado Cabello, debubció hace una semana la existencia de preparativos de un golpe. En un acto electoral ante el Consejo Municipal de Guanare, capital del Estado Portuguesa, dijo que hay un golpe de estado en marcha, por cuentagotas, y estamos obligados a dar una respuesta contundente...no es fantasía, ni ilusión, ni pesadilla. Es verdad lo que está ocurriendo, están haciendo el guión de un golpe. Dijo además que se estaba preparando un paro patronal, ante lo que llamó a empresa que se pare, empresa que el trabajador y el obrero vaya y la tome.

No sólo es Cabello quien habla de los preparativos de un golpe, de una desestibilización. La oposición también hace semanas que dice que el gobierno tiene un plan para impedir las elecciones municipales del 8 de diciembre, con la excusa de la violencia de la derecha. También es cierto que el gobierno busca desesperadamente el diputado número 99 para aprobar la ley habilitante que daría poderes especiales al gobierno ante la guerra económica y la corrupción.

Pero, ¿cuál es la realidad de lo que ocurre hoy en Venezuela?

Las colas

Esta semana he ido durante dos días a la cola de los super de mi barrio 23 de Enero, para comprar artículos y alimentos que faltan en casa y que nos son imprescindibles: papel higiénico, harina de maíz, aceite vegetal, leche, café, azúcar. El primer día estuve en cuatro super, sin poder llegar a comprar papel. Tardé unas dos horas. El segundo me instalé a las 8,15 de la mañana en la incipiente cola del Makri en la Av. Sucre, super que depende del Makro. Todo el mundo que iba llegando preguntaba si llegaría tal o cual artículo a los que estábamos. Nadie de nosotros sabía. Pregunté al empleado que cuenta la gente de la cola para dejarlos pasar y luego controla la salida mirando el tiquet. Creía que llegaría el papel, aceite, arroz y harina pan.

A las 8,28 llegó el camión que debía abastecer el super. Aparcó, bajó el chófer, se fue para el super, y al cabo de una hora o así volvió. Le preguntó cuándo lo iban a descargar. No sabía. La gente se iba indignando de la espera. A las 10, 30 le pregunto al empleado de la puerta qué pasa con el camión. Me dice que la gerente está comprobando la lista de las mercancías que trae. !!!??? Estupor e indignación de mi parte. Le digo pero cómo es posible que esté dos horas para comprobar la lista? Y, además no esta ni siquiera comprobándolo físicamente en el camión. ¡Eso lo podía haber hecho recibiéndolo por internet e incluso antes de que llegara el camión!. Me mira resignado y cansado, y me contesta suavemente. Sí, está tardando más de la cuenta. Al final resulta que no logro todos mis artículos. Una señora mayor y aquejada de dolor en las piernas, con bastón, comentó ahora veo que no hay leche, pero si lo hubiera sabido me fuera ido a la otra tienda de más arriba que allí sí había. Pero ahora ya no puedo caminar hasta allí, y encima cargada. Tardamos casi cuatro horas. La ayudé a cruzar la calle cargando su bulto que pesaba mucho para ella, hasta que agarró el autobús.

En la cola los comentarios dicen mucho de las dificulades del día a día de la gente trabajadora. Los hijos de la gente mayor no puede obtener productos porque éstos suelen llegar por la mañana, y ellos trabajan. Los adolescentes estudian. Compran pues quienes no trabajan o están jubilados por la mañana. Se paran y , al ver lo que llevan en las bolsas de plástico, se comentan unos a otros dónde se pueden encontrar. La joven que está en la cola y la mamá que está en otra, se comunican por teléfono: Mamá me han dicho que hay leche en los chinitos de arriba. Y así. Los que trabajan no tienen más remedio que salir a comprar por las tardes y ver si encuentran algo. En general ya se ha instalado la idea de hacer cola para comprar lo que haya.

En la cola la mujer mayor que se aguanta con el bastón me comenta también que pasaron los del Consejo Comunal para suministrar bombillas gratis para los vecinos. Se llevaban las viejas o fundidas y las reponían por igual número de nuevas de bajo consumo. Cuando llamaron a su puerta le cambiaron una fundida. Pero otras tres que tenía y que ya había repuesto no se le quisieron cambiar. La mujer del Consejo le dijo que tenían que estar fundidas en su lugar, no haberlas repuesto ya. La anciana, indignada, le contestó ¡Pero cómo puedo estar sin luz esperando a que paseis!. Y le dijo que se llevara la que le había cambiado, que no la necesitaba. Pero en la escalera vió que gente del Consejo Comunal daba un par de cajas enteras de bombillas a una persona y le preguntó: ¡A esos sí que les dais todas las bombillas que quieran y a mí, que me cuesta caminar y desplazarme, no quereis ni cambiarme las tres que os dí rotas!. La mujer del Consejo se molestó y le espetó si la estaba acusando de robar, de que la estaba difamanado. Se tuvo que callar. Pero en la cola decía que ellos sí que están bien y no les falta de nada, y a sus amigos tampoco.

Los abusos a la gente trabajadora

Otro ejemplo. Los trabajadores del Hotel Venetur Residencias Anauco Suites, un hotel en el centro de Caracas gestionado por el gobierno, no han cobrado su paga extra o de utilidades, como aquí se le llama. Los trabajadores gozan de una bonificación de 50 días de salario por convención colectiva, que se debe pagar la última quincena del mes de septiembre. Debido a esto se pusieron en huelga y formaron piquetes ante las puertas del hotel, impedían entrar a quienes allí se alojan, se produjo un cambio en la gerencia, el hotel fue tomado e intervenido por el cuerpo de inspectores de la Presidencia de la República y lo trabajadores: aún a la espera que se le cancele este derecho, desconociendo la convención colectiva bajo el asombroso argumento que la misma se encuentra vencida.

El hotel tiene una parte de apartamentos en los se encuentran alojados cuadros medios cubanos que están repartidos en las diferentes Misiones sociales, como parte de los acuerdos Cuba-Venezuela. Los trabajadores acusan a la destituida gerente chavista de actuar contra lo que defendió Chávez y lo que hoy dice Maduro mostrando todos los tejemanejes y corruptelas de la dirección en una carta dirigida al gobierno. Bueno, el gobierno ha intervenido, casi impidiendo un impase polítco-diplomático y ahora ha militarizado el hotel. Sería la ocasión de poner en marcha el control obrero y que vaya a la dirigir la gestión una persona electa por los trabajadores, que sepa cómo está la empresa y rinda cuentas a sus sindicatos y asambleas, como predicaba Chávez. ¿Lo hará el gobierno? Hasta ahora lo que suele hacer es poner un militar sin experiencia en el negocio en casi todas las empresas nacionalizadas o recuperadas, e ignorar a los trabajadores. Y luego cae la productividad y sigue la corrupción.

Estos son sólo dos ejemplos. Se pueden poner muchos más. Los trabajadores que son despedidos de sus empresas por los patronos, no cuentan con un gobierno o Ministerio del Trabajo que obligue a cumplir y aplicar las leyes para evitar las decisiones. Las empresas cierran, con los trabajadores esperando ponerlas en marcha, a producir, y que el Ministerio del Trabajo no pone en funcionamiento, bien sea por complicidad con los dueños o por ineptitud y desidia. La cantidad de empresas públicas a los que el propio estado les debe atrasos se hace cada vez mayor. Los problemas de una ineficaz recogida y falta de reciclaje de las basuras que ocasiona problemas sanitarios en ciudades y pueblos; en los periódicos gratuitos hay denuncias de barrios contra la insalubridad que provoca esa situación, con la aparición de ratas, culebras y mosquitos que infectan del dengue. Una insuficiente o a veces inexistente red de transporte público, sobre todo fuera de la capital: Valencia, segunda ciudad industrial  de Venezuela, por ejemplo, aún no tiene metro adecuado y proyectado como solución. Una inseguridad ciudadana que va desde que muchos motorizados pasan en rojo y hacen lo que les da la gana, subiendo a las aceras incluso, hasta las bandas de malandros y la violencia hacia la mujer, sin que la policía haga nada.  ¿Y cuánto tiempo puede seguir soportando la población una situación así?

Pero lo más inmediato y urgente es quizás la falta de artículos de primera necesidad, con una inflacción acumulada que ya está en el 50% segun fuentes oficiales, pero que la realidad la supera desde lejos, hechos que destruyen el salario que cada vez alcanza para menos cosas. Esa es la hemorragia que es urgente contener. De lo contrario el estallido social previsible puede ir en mil direcciones. O, más bien dicho, puede ayudar a devolver el poder a la burguesía. En realidad, es esa propia realidad la que está generando el desengaño en la revolución bolivariana y en quienes la dirigen. Quizás lo que dice Cabello sea verdad, es decir, lo de la preparación de un nuevo golpe de estado: no lo sé!.  Ni creo que nadie, salvo unos pocos, puedan saberlo. Pero lo que sí sé que esa gota malaya de colas, abusos laborales, precariedad, inseguridad, insalubridad...responde muy bien a ese guión, a ese desgaste por cuentagotas, al que se refiere Cabello. Entonces, ¿qué medidas se toman contra los que, desde dentro, ejercen esa corrupción y abuso?

La última decisión del gobierno de Maduro de crear un viceministerio de la felicidad suprema es, más allá del chiste, una demostración del impass en el que se halla el gobierno y, por ende, la revolución bolivariana. A esta decisión se le van añadiendo otras, cada una de ellas, si cabe, más inverosímiles. Por ejemplo la de decretar el inicio de las Navidades el 1° de Noviembre, para que así actúe como la mejor vacuna contra cualquiera que intente venir con inventos, bochinche o violencia.  Pero quien va cada día a las colas no ve ni la suprema felicidad ni el espíritu navideño por ningún lado. Al contrario.

En efecto la situación económica está cada vez más en un callejón sin salida. A pesar de los dólares que supone el petróleo, un desmesurado 96% de los ingresos de dólares por exportación, el petróleo no lo es todo. El petróleo ha permitido durante muchos años que, en primer lugar, se beneficiara a las grandes corporaciones estadounidenses; después, con su nacionalización, que cayera algo más para la propia burguesía venezolana; y por último, que una buena parte de ese beneficio fuera a parar a programas sociales y ayudas a países del ALBA, en la época de Chávez, desde los 90 hasta aquí. Estamos hablando de unos ingresos multimillonarios. El periodista venezolano Modesto Ruíz en su artículo "El laberinto de la economía bolivariana" da unos datos muy claros: El año pasado, sobre una facturación de 100.000 millones de dólares, el Estado se quedó con 57.000 millones para gastos corrientes. Hasta el año 2002, cinco multinacionales petroleras y la Gerencia Mayor de Pdvsa acaparaban el 78% de la facturación anual. Eso explicó el golpe de abril de ese año.  Mirado en cifras y estadística, ese cambio en el control estatal y la distribución social de la renta, representa un enorme avance en soberanía y economía nacional. El chavismo cuadruplicó el gasto social en menos de 6 años, aumentando el nivel general de consumo, bienestar y la felicidad relativa de la población que vive del trabajo.

Pero lo que permitió incrementar relativamente el nivel de vida, de consumo y de felicidad, de la gente trabajadora y capas más pobres, no fue socialismo ni mucho menos, aunque ha habido un progreso social durante la revolución. La parte de la renta petrolera dedicada a las diferentes Misiones: vivienda, cultura, sanidad, ha sido un salto muy importante. Sin embargo la revolución se detuvo antes de llegar a la expropiación de los expropiadores, de la gente más rica y poderosa económicamente, que han seguido mandando en la sombra. La mejora relativa de la población trabajadora no impidió que los burgueses siguieran aumentando su parte de león en la apropiación de las rentas:  En 1998 a los trabajadores les correspondió el 39,7% del nuevo valor creado, superior al 36,2% que le tocaba al capital. Diez años después, la participación de los trabajadores cayó a 38,8% mientras que la de los capitalista subió a 48,8% (Víctor Álvarez, revista Comuna n° 2, primer trimestre 2010).

El caos económico y la burocracia

Durante casi quince años de revolución bolivariana se ha ido desarrollando una burocracia que ha vivido por encima del pueblo, con una escala de privilegios muy variable, desde los que se han hecho ricos robando millones, hasta los que han conseguido trabajos en los que no se les rinde cuentas o que les permiten que de lo que pasa por sus manos, se apropien de una parte. Ya se sabe el dicho: "quien parte y reparte...se queda con la mejor parte".

A pesar de todo el radicalismo y denuncias verbales contra la burguesía y contra el imperialismo, la verdad es que el gobierno, desde Chávez hasta hoy, ha permitido que los burgueses se siguieran apropiando de una parte importantísima de la renta petrolera. La tenencia de los dólares es uno de los elementos claves para entender ese proceso. Intentaré explicar brevemente lo que he llegado a entender.

Las exportaciones son el medio para conseguir los dólares. En Venezuela es el petróleo el que consigue el 97% de las exportaciones. Es decir, de los dólares. Todo el resto de mercancías, de todos los sectores e industrias, no representan más que el 3% de los dólares. El dólar es pues la moneda refugio en la cual se pueden asegurar los ahorros, o la que permite salir al extranjero, o con la que comprar apartamentos en Miami o Panamá. Esto da a la moneda-dólar un papel desmesurado, por encima del bolívar: una moneda que no cuenta internacionalmente.

De ahí que tanto la burguesía como el pequeño ahorrador busquen afanosamente los dólares. El gobierno, a través de la empresa estatal del petróleo, PDVSA, entrega dólares a los empresarios que los piden para realizar importaciones. Supuestamente esos dólares se tendrían que usar para lo que piden. Pero no es así. O...sólo lo es en parte. Una parte de los dólares que entrega el gobierno se usan para venderlos al mercado paralelo del dólar.  En el mercado oficial el precio de un dólar son 6'4 bolívares. En el mercado paralelo son...¡50 bolívares! ¿Para qué hacer negocios importando bienes que dan un beneficio del 50 o hasta 100%, si se puede obtener uno del 700% con sólo cambiar la moneda? De un lado hay pues el beneficio del cambio del dólar en el mercado paralelo de, pongamos, la mitad de los dólares que entregó el gobierno. Pero del otro se sube el precio de las mercancías que hasta casi el precio del mercado libre, el que cuesta internacionalmente contado en dólares. No es el caso del pequeño ahorrador, del trabajador con un salario un poco elevado que quiere salir de vacaciones fuera del país y necesita acumular dólares (pues los cupos que ofrece el gobierno no alcanzan). Pero, al haber esa brutal diferencia de cambio entre el oficial y el paralelo o negro, el resultado es que todo el mundo busca dólares. Y paga cada vez más por los dólares. Por ello el precio del dólar se ha disparado, sobre todo después de la muerte de Chávez, y no para de subir y subir, cada semana. Con lo cual repercute en un proceso inflacionario de todas las mercancías.

Todo ello no ocurriría si el gobierno estuviera dispuesto a controlar realmente a qué se dedican los dólares que ofrece a los empresarios y ver si es cierto que se utilizaron para las importaciones los dólares que pidieron. Numerosos Consejos de fábrica y sindicatos se han ofrecido al gobierno para hacer ese seguimiento, pues saben que los empresarios estafan al gobierno y al país. Pero si el gobierno no hace caso y no toma ninguna medida para ejercer ese control...por algo será. Y ese algo, esa ineficacia, tiene un sentido económico muy claro: la misma burocracia del estado metida en los ministerios, en la dirección de las empresas, en los bancos, o en los sindicatos, participan en mayor o menor medida de ese saqueo al pueblo, a la patria, aunque luego se llenen la boca sobre ella.

En realidad a lo que se está asistiendo es a una escalada verbal de ataques a la oposición, pero que recuerdan mucho al ladrón que grita ¡al ladrón, al ladrón! para ocultar su fechoría.

Medidas del gobierno para llegar a después de las elecciones

El gobierno ha anunciado medidas radicales, reveladoras. Estas serán, sin duda, parches para tratar de evitar el estallido social. Veremos. De momento anunció 60.000 millones de bolívares para asegurar el pago de los aguinaldos a la gente trabajadora. Seguramente el grueso del gasto social irá a las diferentes Misiones.

El gobierno está desviando ahora parte de la renta petrolera hacia las capas más pobres de la población, aquellas que viven en los barrios más pobres, las que pueden hacer colas de hora y horas para comprar más económico. Hacia esa parte del pueblo desviará unos cuantos millones de dólares con productos de importación, que aseguren la paz social durante la campaña electoral y para las fiestas navideñas. A la vez, acusa a la oposición y derecha burguesa de preparar un golpe de estado, desestabilización social con movilizaciones, plan de desabastecimiento, etc. Y, en verdad, a la burguesía ya le va bien fomentar esas colas, contribuye a ello retrasando la distribución y la venta de los productos básicos todo lo que puede. Sabe que ello contribuye al malestar y desgaste del gobierno. La oposición parece que no tiene un norte, ni plan político definido; está dividida; el candidato más conocido, Capriles, está quemado y todos ellos lo saben. Sin embargo es el propio gobierno y sus constantes improvisaciones y demostración que no puede contener esta situación de caos económico y corrupción -porque él mismo está metido en ello hasta el cuello-, la principal baza de la oposición. Sólo faltan las ocurrencias de Maduro y un discurso oficial para elevar a Chávez a los altares. De momento puede servir para ese sector de la población que recibe las ayudas pero, a la vez, va creciendo entre la gente trabajadora e incluso entre los más fieles chavistas, la idea de que los ministros y toda clase de burócratas no tienen ningún problema para vivir: ni hacen colas, ni saben siquiera lo que ocurre en un barrio como el 23 de Enero de Caracas.

Pero esas medidas para dar sensación de suprema felicidad, no llenan ni a la clase trabajadora ni a la pequeña burguesía. La mujer o el hombre que trabajan en una empresa o incluso en un ministerio, alcaldía, no pueden dedicarse a hacer colas de horas, a ir a los Mercal que organiza el gobierno. Eso son mercados de excepción. Tampoco se benefician de campañas dirigidas a los pobres, porque no lo son. Hay dinero entre amplias capas, producto también de conquistas revolucionarias, entre ellas la Ley Orgánica del Trabajo, de los trabajadores y trabajadoras (LOTTT). Pero las conquistas revolucionarias están amenazadas. La burguesía y la burocracia están arrebatando día a día más parte de la renta del petróleo, de la que vive todo el país. Y los únicos que crean riqueza, que es la fuerza de trabajo, la gente trabajadora, son la parte que es robada por esa pinza entre burgueses y boli-burgueses. Pero el caos en la disparidad del cambio del dólar, entre oficial y paralelo, la caída de la productividad en el país y el aumento y abuso de las importaciones, la cada vez más deficiente calidad de los servicios públicos, la caída del poder adquisitivo de los salarios, no permite esperar mucho tiempo antes de que estallen violentamente esas contradicciones. Seguramente no se presentará un conflicto social grave antes de las elecciones, pero después de ellas o hay un giro radical o la contrarrevolución dará zarpazos muy serios.

Los revolucionarios

En medio de esta situación hay una gran debilidad de la vanguardia revolucionaria. La mayor parte de las organizaciones revolucionarias se han adaptado al chavismo oficial. El culto a la personalidad de Chávez, enlazó una complicidad política entre la burocracia militar, sindical y política de quienes siempre ven un cambio social en clave de posible ascenso social personal. El desplazamiento de la burguesía a un segundo plano político da para mucho en un país riquísimo en petróleo.

Pero en la medida que la mayoría de la población y, por tanto, también de la clase obrera, identifica sus propias conquistas con la personalidad de Chávez, con los decretos y decisiones a favor de la revolución, desde el punto de visto democrático, de derechos del pueblo trabajador, de derechos de la mujer, de los indígenas y campesinos, la vanguardia revolucionaria de la clase trabajadora, principalmente la llamada oficialista, no hace nada por acercarse al proceso vivo por que transcurre su clase. Ciertamente Chávez se equivocó muchas veces, e incluso no concordó con los intereses de los trabajadores. Un ejemplo de ello es las luchas que tuvieron los obreros siderúrgicos de SIDOR, que no fue nacionalizada hasta año y medio más tarde. Pero eso no es lo principal que retienen los trabajadores, sino lo positivo, como es natural.

Hoy la vanguardia revolucionaria que se ha mantenido dentro del apoyo al proceso a la revolución democrático-burguesa, bolivariana, está en mejores condiciones de jugar un papel independiente, al saber mantener un perfil crítico. Ese papel lo han jugado varaias corrientes críticas. Gracias a ese papel de los que luchan desde dentro, pero a la vez denunciando la burocracia y combatiendo por organizar a la clase obrera como el motor de la revolución, han conseguido unas amplias alianzas con otros sectores revolucionarios y democráticos que se identifican con la parte progresiva del chavismo y que se expresan en la página web Aporrea.

La vanguardia revolucionaria clasista, realmente anticapitalista y antiburocrática, cuenta con una gran autoridad política y moral. Cuenta con cuadros capaces y con lazos sólidos con la clase trabajadora y entre los movimientos sociales ciudadanos. Sin embargo la debilidad organizativa de esa vanguardia y de las corrientes clasistas en los sindicatos o en el movimiento popular, se convierte en un factor más de  la gravedad de la situación que se avecina. Las tareas que están planteadas ante el peligro de una marcha atrás en la revolución, de un inicio de la contrarrevolución, incluida la represión y liquidación del ala izquierda ligada a las bases trabajadoras y populares, son pues una combinación de lucha política con la burocracia, de clarificación de las causas de la crisis económica actual y medidas a adoptar, y de organización de los sindicatos con un tipo de sindicalismo independiente y revolucionario, de las instituciones de participación del pueblo por la vía de acción y del debate.

La constitución de la reciente Federación automotriz, incorporando toda la industria del sector, es un ejemplo de lo que debe hacerse y extenderse hacia todas las industrias. El tipo de sindicalismo combativo, solidario, unitario y abierto y democrático, es ahora uno de los elementos más necesarios para conquistar la independencia material y política de la clase obrera respecto a la burocracia y la burguesía.

La importancia internacional del proceso revolucionario

La vanguardia revolucionaria mundial, la izquierda que quiere realmente transformar sus países y echar abajo la política neoliberal, austericida, que está practicando el imperialismo en Europa, debe seguir este proceso. No adulando a quienes hoy están sentados arriba del gobierno revolucionario, sino tratando de entender los porqué de las dificultades que tiene hoy Venezuela, lo que dice la gente trabajadora, el ama de casa que hace colas y sabiendo diferenciar las organizaciones de izquierda revolucionaria independientes del poder  de aquellas funcionales a factores de gobierno que viven con privilegios.

En Venezuela se está jugando algo más que un proceso revolucionario nacional. Forma parte de la lucha de clase mundial. Para nadie es un secreto que el imperialismo, en primer lugar el gobierno de Estados Unidos, pero también los de Europa, quieren la caída de Maduro y el fin de la Revolución Bolivariana. Porque ella aún es un faro para América Latina, con un significativo poder económico y energético. Pero que abrió una brecha en la toda la política mundial neoliberal implantada desde los años 80. Y animó e impulsó otras revueltas en América, como Bolivia, Ecuador, e influenció proyectos de independencia nacional contra el imperialismo USA a nivel de América. Por eso debemos seguir ese proceso y dar nuestro apoyo a favor de los revolucionarios que se enfrentan al cruce de caminos por el que atraviesa Venezuela.



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Alfons Bech

Militante obrero, y revolucionario marxista. Miembro de de la CCOO, la federación sindical más grande de España. Activista político de L?Aurora y EUiA.

 albech12@gmail.com      @alfonsbech

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