La noticia del Medio Oriente es Egipto, donde los partidarios del depuesto presidente, Mohamed Morsi, han realizado protestas en diferentes puntos del país. Mientras la cofradía fundada en 1927 de los Hermanos Musulmanes atraviesa en los tribunales de la diplomacia árabe cadenas perpetúas.
La ciudad ha colapsado y el ejército se enfrenta a cualquier hora y día a desarmados partidarios políticos que no se saben si son ciudadanos, quienes participan y vieron impávidos la liberación del General Mubarak.
Las manifestaciones no tienen horarios, casi siempre se han suscitado tras el rezo colectivo de todos los viernes en las mezquitas, ahora esto no es un compromiso de ese día. Mientras los sitios de oración se encuentran esparcidos por todo el país y sobre todo en las principales ciudades de El Cairo, Alejandría y Guiza, entre otras, alarmas y carros veloces disparando no desacelerarán.
En la capital, El Cairo, la policía lanza a diestra y siniestra gases lacrimógenos y balas de todos los calibres, el objetivo es desesperado, hay que dispersar a los revoltosos que a diario y a toda hora estimulan las protestas.
Estos días de furias han arrojado crueles resultados. Han sido intervalos sangrientos y desiguales del Medio Oriente. En 100 horas asesinaron 1000 seres humanos. Mientras ningún funcionario ha reportado bajas en sus filas. “Aquí caen inocentes”, gritan desesperados manifestantes.
La Hermandad Musulmana es hija de las petromonarquías, ¿pero que aprueba asesinar despiadadamente a cientos de indefensos seres humanos de todas las edades con los peores métodos de terror y alevosía? ¿Dónde quedó la hipnotizada comunidad internacional, será que sus cableras no se encendieron en esas horas?
Mientras, fuerzas de seguridad siguen desplegadas en todas partes, advirtiendo de una fuerte represión en caso que ataquen edificios gubernamentales, hay que cuidar el cinismo oficial.
Los Hermanos Musulmanes, que de hermanos les cuelga el nombre, no se cansan de convocar a inmolados seguidores, cada oportunidad que abre los fines de semana en que se practica la oración debe darse con más fuerzas un levantamiento popular o “Intifada” contra el gobierno despótico de los militare
