Si nuestro compañero Eduardo Samán nos abre una cadena de areperas socialistas, puede contar con un trabajador voluntario más, tres veces a la semana

A manera de trueque con nuestro compañero ministro…  

Estoy dispuesto a chambear 4 horas diarias tres veces a la semana, y de ñapa prometo que las que me coma las pagaré.

Y si el compañero Samán acepta el reto, mientras trabaje, les  enseñaré a los jóvenes las mejores maneras de vender arepas…  

Porque mi abuela me enseñó que con una sonrisa y buenas maneras, la papa tiene mejor sabor…

¡¡Si!!...Porque la alegría es contagiosa… 

Y la sonrisa que portarán los comensales al llegar, (al comprobar que su comandante nunca olvida a su pueblo), será el antídoto necesario para que la atención sea de un alto nivel, por razones simples de un pueblo hermanado…

¡Es muy sencillo!, la solidaridad se disfraza de distintas maneras

(…) Ayer sábado después de festejar el nacimiento de un carpintero sin igual, que cargaba la loca idea de enseñarnos hasta el cansancio, que la verdadera felicidad sólo llega dando y no recibiendo, desperté decidido a embriagarme de solidaridad…  

Sueños locos de cabalgar, me llevaron a decirle a mi camioneta: “Hoy nos vamos al Parque Central”, mientras que acariciando mi barriga pensé, hoy comeremos arepas con sabor a pueblo.  

Seguramente debido a mi edad, me sentí como en un laberinto en el Parque Central, al verlo por fuera jamás imagine que fuera tan grande por dentro y después de más de media hora acompañado de ayuda de la vigilancia, al fin la encontré…  

¡Estaba cerrada!, y para colmo de males mi estómago me reclamaba… 

Cuando la desazón pretendía acorralarme, me acerqué al grupo de personas que miraban por la reja y pude apreciar que todos los compañeros estaban ahí, trabajando adentro.  

Una de las muchachas se acercó a la reja, para hacerme comprender con sus palabras, que no me había equivocado, esa era la arepera socialista… 

 “Hoy no podremos abrir por problemas técnicos, pero el lunes podrán comer su arepita calentita”

No hubo ni uno solo que se quejara, si hasta mi estomago se apaciguó, fue como un bálsamo, las palabras de esa compañera… 

Después de pasarme un buen rato sentado observando y viendo lo necesario de esas areperas, al llegar al sitio grupos de personas en forma continúa a pesar de ser prácticamente un puente, pensé en el hecho acertado de nuestra revolución de intentar dar un parado a la especulación…

Me marché acompañado de una pareja de mas de cuarenta años, los mismos me narraron que llegaron caminando desde la avenida San Martin…  

 “Por allá las arepas no bajan de 18 bolívares, ojala el compañero Samán nos coloque también una por esos lados”

(Si por esas cosas raras de la vida, los locos de Grado 33, o los pelones de Plomovision,  Hecho y Dicho o viceversa, la doña de Yo Prometo, quizás los de Medianoche, pasan algo en positivo olvidando locuras, a modo de cuña de nuestras areperas, olvidando burlas…  

 Les brindaré de mi propio bolsillo, reinas pepeadas, y las de pernil)

Tienes mi correo compañero Samán…  

Estoy a la orden…

 


jovarela33@cantv.net 



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José Varela. El Charrúa Latinoamericano


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