Abramos el debate filosófico sobre la sociedad que todos queremos (III)

Estimados camaradas socialistas, siguiendo con el tema, en donde finalizábamos el artículo anterior, en el cual tocábamos, como nuestra capacidad de razonar, ha sido la gran culpable de colocar sobre nuestras espaldas, ese enorme peso con el que debemos conllevar nuestra vida, y que nos es otro, que la conciencia clara de nuestro breve paso por este mundo.

Ahora debemos tener en cuenta, que si bien el razonamiento a sido una herramienta, que ha traído consigo esta grave consecuencia de la certidumbre de la muerte, también, es este razonamiento, el único que nos puede permitir llevar adelante una vida consona, digna y que además, nos permita escoger, si solo quedarnos en simples mortales, o tomar conciencia de nuestra posible inmortalidad.

Esta inmortalidad es bueno aclararlo, nada tiene que ver con un elixir milagroso, una pócima maravillosa, o una mítica fuente de la eterna juventud, en fin, todos esos tontos mitos que ha creado la humanidad, para buscar una salida fantasiosa, rápida, cómoda, pero irreal, de su más grande problema, que como ya sabemos, es la certidumbre de la muerte.

La inmortalidad posible, esa que nos da el raciocinio, es la misma que permitió a Víctor Hugo, escribir “Los Miserable”, y así, granjearse su bien ganada inmortalidad, tanto en el mundo de las letras, como en el imaginario social de la humanidad, ese raciocinio fue también, el que permitió a Gandhi, lograr ese puesto inmortal en la memoria mundial, con su hermoso ejemplo de lucha pacifica y muy bien razonada.

Podría pasarme el día, mencionando el sin numero de ser humanos, que eligieron ser inmortales, pero me interesa mas tocar a ese grupo, aun mas numeroso de inmortales que poco se conocen, a ese grupo de seres humanos, que no lograron trascender la frontera del reconocimiento mundial, pero que sin duda alguna, alcanzaron esa meta sublime de la inmortalidad.

Me quiero permitir una pequeña licencia en esta parte, e iniciar nombrando en este grupo de seres anónimos, pero igualmente inmortales, a mí finado tío Ovidio. Mi tío era un campesino laborioso, nacido en las tierras gallegas, a comienzo del siglo XX, le toco vivir de cerca la ebullición del nacimiento de la republica española, y a la vez, la abrupta caída de la monarquía, fue testigo de excepción, y además, un activo luchador republicano.

La vida de mi tío fue simple, la inicio con un punto, se fijo otro punto en su vida, y esta fue una constante línea recta. Desde joven entendió, que si para el comer un pedazo de jamón con pan, sus vecinos tenían que comer un mendrugo de pan rancio, entonces el prefería, vender el jamón y comprar un buen pan para todos, entendió muy rápido, y de manera dura, que la vida te quita en un momento, todo aquello que mas quieres y atesoras.

En este lapso de su vida, le toco perder a sus padres, las tierras de su familia, la vida de sus mejores amigos, todo por una lucha, por un ideal de democracia, para su patria, le toco vivir con la muerte casi a diario, y aun así, jamás desfalleció en su intento por lograr el bien común para su país.

Le toco vivir un duro exilio en Venezuela, donde por cuestiones de simpatía política, conoció a mi padre y a través de este a mi tía, la hermana de mi madre, con quien contrajo nupcias, y de dicha relación, nacieron un par de hijos, llegando el fin de sus días, en esta su segunda patria, Venezuela.

Logro ver con el paso de los años, como el artero golpe de estado y guerra civil, llevada adelante por Franco, por fin llegaba a su final, con la muerte del dictador, como se instauraba una incipiente democracia, y como muy a su pesar, se reinstauraba la monarquía en su bello país.

Esta instauración de la monarquía, fue la que logro en el alma de mi tío, que este abrazara como su única patria, a la patria de sus hijos, a la patria de Bolívar, aunque en honor a la verdad, no le fue muy fácil, debido a sus ideas, el trajinar por este bello país.

Primero, en la dictadura de Pérez Jiménez, al que siempre se opuso, y luego a su gran desilusión, al ver que ese ideario democrático que había surgido en Venezuela, se convertía velozmente, en una farsa, en una pantomima, seudo democrática, gracias al tan famoso “Pacto de Punto Fijo”.

Quiero referirme principalmente al ejemplo de su vida, no solo su pensamiento político, que creo, que a estás alturas, lo he expuesto claramente, sino, a su ejemplo de vida. Llego a Venezuela como obrero de la construcción, luego con la ayuda de un hermano, monto una pequeña compañía de demolición, y con el paso de los años esta creció, pero ese crecimiento fue en su justa mediad, en el nivel que su necesidad, la de los suyos y la de sus obreros requería.

Se negó toda la vida, a bajarse de una maquina, jamás hubo un conflicto o problema con uno de sus obreros, y la mayoría de estos, después de estar asociados un tiempo con mi tío, se separaban, y con los frutos de su unión comercial, iniciaban su propia empresa. Mi tío logro educar a sus dos hijos, con sendas carreras universitarias, uno arquitecto y el otro ingeniero civil, ambos, en estos momentos, dedicados a la empresa que le lego su padre.

Mi tío fue un hombre, que por su trabajo, sus conocimientos y porque no, por la surte que la vida le brindo, pudo hacerse millonario, de esos que tantos hay, gallegos que vinieron a Venezuela ha hacer “Las Americas”, para luego volver a España como grandes señores, pero mi tío, siempre se negó a eso, nunca quiso especular, y jamás antepuso el dinero a la salud y bienestar de los que con el trabajaban.

Todos querían trabajar para el, claro era fácil, como dice mi padre, con los sueldos que paga y la facilidad de hacerlos socios todos quieren a tu tío. Yo siempre vi a mi tío como un republicano, que tenia ideas socialistas, pero llevaba una vida capitalista, fue con el tiempo que entendí, que mi tío fue un autentico socialista por todo el cañón.

A mi tío jamás la faltó trabajo, porque jamás especulo con el precio de su trabajo, a mi tío jamás le falto personal, porque todos querían trabajar con el, con mi tío se formaron mas de diez empresas, salidas de obreros que trabajaron y luego se asociaron con mi tío, mi tío, jamás antepuso algo material a un sentimiento, mi tío enseño a sus hijos a pescar y no le regalo el pescado.

Mi tío con su ejemplo, con su vida, enseño a sus hijos que si para tener un carro de lujo, tienen que explotar a sus empleados, pues anden en camionetas, que sirvan para el trabajo, y sino, anden en “BUS”, como el mismo decía. Mi tío sostenía, que si el comía jamón, era porque todos los que dependían de el, podían comer sin problemas, porque sino, el prefería comer pan y que todos pudiesen aliviar sus penas.

Mi tío no fue un mecenas de la caridad, no uso esa vía para acallar la conciencia, que le repetía, que la caridad es limosna, para acallar la mente de los ricos, usureros y desvergonzados, mi tío prefirió dejar este mundo, con dignidad e hidalguía, en vez de dejarlo con oro y diamantes, mi tío, para todos los que lo conocimos es INMORTAL.

No crean ni por un momento, que mi tío fue un ángel, para nada, fue solo un ser humano, bastara con decir, que murió aun joven, de una cirrosis hepática descomunal. Mi tío solo fue un hombre, que gracias a su vida recta, respetuosa y llena de deberes para con su patria, y de exigir poco, los derechos que no se había ganado previamente, con el cumplimiento respetuoso de todos sus deberes, decidió ser inmortal, esos seres humanos, a los que todos debemos aspirar a ser.

El ejemplo anterior, solo me sirve para dejar en claro mi punto de vista mas importante, y que no es otro, que si nuestra capacidad de razonar, ha sido la causante de nuestra mayor angustia, que no es otra, que la certeza de una muerta segura, es este mismo razonamiento, el que nos da la solución a este problema, e igualmente, este no es otro, que el de llevar una vida digna, honesta, sincera, y realmente dentro de los limites reales de nuestras capacidades, ese mis queridos camaradas, será el primer paso, no solo para superar el horror de la muerte, sino para iniciar, de una buena vez, la construcción de esa belleza de sociedad, que será nuestro socialismo del siglo XXI.

pito0726@hotmail.com.


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Alfredo Domínguez Fernández


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