La izquierda y los izquierdistas la estamos cagando. Inclusive en Aporrea

¡Saludos, camarada! De nuevo tratando de aportar algo al debate de ideas. Esta semana me meto de lleno en el candelero político.

Y me disculpan, desde ahora haré algunas críticas. Asunto nada agradable para ninguno, menos para los que tienen mayor susceptibilidad en la piel (en sus criterios), que somos casi todos, aunque sea un poquito.

Digo que me meteré en la candela política de la crítica ya que parece que es el esquema fundamental de este foro virtual, tan útil como necesario.

Me refiero a que, en la mejor opción de contar con tiempo para la lectura de la gran cantidad de artículos, la mayoría se va por los títulos más que por los aporreadores. Salvo por los que acostumbran a darle a la política agresiva, que es la que encanta, como José Vicente, a veces Eleazar Díaz Rangel. Y unos pocos.

En especial con temas tocados por casi todos. Inclusive, en algunos nos hemos hecho especialistas. Ni digamos el caso de Honduras.

Partiendo de que todos los aporreadores son parte de la dinámica inquietud de comunicarnos que prevalece en esta, por fin, agitada época y por contar con Aporrea, me llama la atención pocas visitas (del contado de lecturas) a algunos brillantes artículos –como casi todos– de Luis Brito García, por ejemplo.

La semana pasada me publicaron un artículo de la serie direccionada hacia los “actuantes del gobierno” –ministros y funcionarios de los ministerios– que no fue leído por más de 160 lectoaporreadores, aun cuando el tema, a mi manera de ver importante, se refiere nada menos que al Sistema Educativo dentro del proceso revolucionario. Unas propuestas, pues, para el ministro Navarro. ¿Interesará la educación en los revolucionarios?

Ni siquiera sabemos si los de las anteriores semanas dirigidos a Jesse Chacón, a El Aissami, a Blanca Eckhout, fueron leídos por funcionarios de esos ministerios. Sin embargo, después de éste de esta semana, seguiré con uno para la ministra del Ambiente, Yubirí Rivas, y por lo menos dos para Diosdado Cabello, basándome en mi condición de ingeniero ambientalista, de infraestructuras y de viviendas. Y, sobre todo, de revolucionario.

Aunque no interesen, pero tratando de cumplir con mi posición en la batalla de las ideas.

¡Bravo! Felicitamos al combatiente Diosdado, le respondió a Chávez y al pueblo revolucionario con las acciones en el ex-dormido CONATEL. Por fin, ¡carajo!

Bien. Voy con el tema del título. No voy a definir aquí la izquierda ni hablaré del comportamiento normal de los izquierdistas que, sin dudas, en Venezuela, por lo menos por muchos, ha sido como un gran fraude.

Saquémoslo por el desempeño cagón de los grandes izquierdistas de períodos “predemocráticos” y democráticos. Líderes inclusive a quienes por años seguimos como ejemplos paradigmáticos para los cambios que en una sociedad deben marcar el rumbo hacia el equilibrio social. Sin la explotación del hombre por el hombre.

Socialismo, lo llaman.

Grandes cagadas pusieron esos viejos tránsfugas que se hicieron parte de los “chiriperos político-económicos”. No los nombraré para que no se nos revuelva el estómago. La bilis.

Las otras cagadas las han puesto los nuevos tránsfugas, recordando que el concepto de tránsfuga explica a la persona que se pasa de un partido o una colectividad a otra. Y aquélla que, peor aún, no abandona el puesto del partido que lo postuló.

Estos de la última cagada, en el caso de nuestro actual proceso, asquean un poco más.

También han puesto la cagada los revolucionarios de antes, ex-guerrilleros, que por no aceptar el mando de un militar decidido por los cambios, reniegan de su poder de convocatoria, de su liderazgo, tal vez, por envidia de no haberlo logrado ellos y olvidando un precepto y viejo anhelo que lo más importante, y difícil, para la izquierda es llegar al poder.

Estos, por un poco más de respeto, tampoco los nombraré.

Ya medio llegamos al poder. El completo lo tienen los que manejan los factores económicos mientras estemos en este sistema capitalista.

¿Se han cometido errores? Muchos. ¿Se siguen cometiendo? Claro. Pero los venimos corrigiendo, a pesar de tener un gobierno con infiltrados de pura cuarta y de “nuevos revolucionarios” y con el mayor de los poderes en contra, la mass media, que cuenta con el dolarizado apoyo de la primera potencia mundial y su voracidad por materias primas.

Estamos tratando de abrir un camino socialista apartando las ramas espinosas de los intereses monopólicos, oligopólicos, burgueses y oligárquicos y pisando todo el estercolero del capitalismo.

Por eso los izquierdistas ortodoxos (por llamarlos como los más exigentes) debieron estar de nuestro lado y poco a poco, dentro del ensayo y error por estar creando un nuevo socialismo, inédito, del SXXI, participar apoyando al líder que tomó, repito, el anhelado poder, corrigiendo hasta alcanzar la fórmula final.

Cuando era columnista de EL TIEMPO de Puerto La Cruz expresaba mis “Proposiciones” (nombre de la columna por 22 años) buscando que la democracia cambiara. Luego en el período desde la candidatura de Chávez hasta el 2006, cuando me botaron, indefectiblemente apoyé al proceso y al presidente y cuando me decían que por qué era tan parcial, comentaba que el día cuando los articulistas de oposición (casi todos) equilibraran sus críticas yo destacaría nuestros errores.

¡Ni pendejo para darles armas! Además, con la tónica del título del artículo, como decía mi padre: “Desgraciado del pájaro que se caga en su nido”

Y así leemos a columnistas que “están con la revolución” dándole duro a la pobre niña, y por demás. Alimentan a la oposición mediática, que es la que hace daño con sus batallas en esta guerra de cuarta generación, que estamos perdiendo

Aquí voy a incluir la parte del título referido a Aporrea, que no es de Aporrea sino de los aporreadores. Cagadas menores. Cagaditas, pues.

Han visto ustedes qué desperdicio de espacios y de tiempo con las diatribas entre aporreadores. Casos Sant Roz-Ernesto Villegas. O de Vladimir Villegas, que para mí sigue siendo de izquierda y del proceso. A su estilo.

Caso fuerte el de Luis Fuenmayor, hay que calárselo. Pero cómo le cayeron a Rothe cuando el robo de la portátil de Maria Alcira (ojo, la laptop) Alvear Gómez, Y, “muchopior” cuando, también a su estilo, Rorhe mencionó a los ambientalistas y a las corridas de toros. Y otros casos que se me escapan.

Hay algunos que están cazando frases, expresiones, artículos para descargar las opiniones de los camaradas.

Eso está mal o está bien. O todo lo contrario, como diría el “vámpiro mayor”. Ledezma´s father.

Vale la crítica. Necesaria es. En lo personal me llegan correos de “revolucionarios“ o de escuálidos, nacionales e internacionales, algunos como fuertes descargas. Esos no salen en Aporrea y les damos respuestas igualmente ejemplarizantes.

Dice un amigo abogado, de acá del Puerto: “A mi no me gusta discutir con un escuálido. No. Tiene que ser con varios para que sea medio pareja y a la vez para darles duro en la madre”

Leemos: “No estoy de acuerdo con lo que escribe…”, o “Se equivoca…” Y vengan las respuestas, que, por cierto, son los artículos que más se leen. Perdemos el tiempo en diatribas estériles que sólo consiguen desunirnos. ¡Orden en la pea, camaradas!

Camaradas, entre bomberos revolucionarios no debemos pisarnos la manguera, menos con torpeza, por envidias, por criterios basados en falsas apreciaciones de las personalidades y capacidades, y esto ni pensarlo como querer vulnerar o limitar ni siquiera una parte de la libertad de nuestra expresión contestataria. Nunca.

Entonces, me permito proponer –como se lo dije personalmente al tocayo Rothe– que todo aquél o aquella que no esté de acuerdo con un planteamiento, una opinión, un enfoque, una alusión, que escriba un artículo manifestando su punto de vista pero sin agredir, menos nombrando al aporreador revolucionario. Sin ofender.

Podrán considerarlo una propuesta de tregua, pero me permito proponerlo ya que normalmente, por cuestiones de carácter, innecesariamente se hieren susceptibilidades. Y en vez de sumar restamos.

Que los asuntos de vista expuestos queden a interpretación y a discusión de todos.

Ah, pero la cagada mayor está en la ineficiencia.

La incompetencia es muy arrecha. La cotidianidad esta acabando con la Revolución. Las personas, más la mayoría a quienes la política les interesas poco, que hasta votan por Chávez, quisieran que sus espacios urbanos estén en buen estado.

Nada o poco critican los favorecidos por las Misiones, con viviendas y ayudas especiales, etc. Sin embargo, no participan masivamente en las manifestaciones de apoyo a Chávez. Si no, fueran muy participativas los llamados de apoyo a Zelaya, a Palestina, o cuando lo del Líbano, etc.

También espontáneamente deberían salir en los momentos críticos de la revolución. O de Chávez, nuestro líder.

Claro, también que el PSUV, quien serviría para corregir entuertos de gobernadores y alcaldes, sólo está organizado, o responde, ante los llamados electorales y en especial a favor del Presidente. O a la voz de Chávez. Voz que es el único elemento que nos hace respirar profundo y creer en la Revolución.

La ineficiencia en cuanto a mejorar las condiciones básicas de las comunidades parte de que todavía no se ha querido empoderar al pueblo –hay miedo de perder poder y privilegios, más de la IV– para masivamente dar empleo con un cooperativismo controlado, mostrando frescos y hermosos rostros de gente, barriadas y ciudades.

Es que las calles y aceras siguen enmontadas, igual llenas de huecos sin tapas de tanquillas, plazas abandonadas, muchas sin bombillos, sucias. Con falta de mantenimiento preventivo en drenajes, y nada de apoyar los procesos de manejo de los desechos sólidos. Sin concientización. Al garete, pues.

Agregamos la escualidez que se mantiene vivita en los ministerios.

Estos factores de ineficiencia alimentan a los medios de comunicación opositores entregándole armas reales que le dan veracidad a sus mentiras. La gran cagada, pues. ¿Seguiremos cagándola?

¿Cómo hacemos los revolucionarios sin cargos públicos, que tenemos hasta que calarnos las críticas, y gratis, para contribuir, cada uno en su Estado, con la planificación, la más elemental inclusive, que demuestre que un gobierno estadal o municipal revolucionarios son mejores que cualquiera de la IV?

Propongo que se generan batallones de fiscales ad honores, bien evaluados (hasta por psicólogos) con poder de censura y apoyando a las contralorías sociales. Requerimos de un PSUV abierto, sin gobernadores, ni autoridades gubernamentales, ni alcaldes en las directivas. Todos son sujetos a controles totales.

¿Cómo participamos y protagonizamos?

Me despido con mi versión a nuestro lema de batalla: ¡Patria, Socialismo o muerte! y si solamente la cagamos un poquito, ¡Venceremos!


edopasev@hotmail.com


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Eduardo Palacios Sevillano

Ingeniero Civil. Escritor y caricaturista. Productor radial y locutor. Miembro de la directiva de la Orquesta Sinfónica del Estado Anzoátegui. Miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Bolivariana del Edo. Anzoátegui. Coordinador de la Red de Historia, Memoria y Patrimonio de Anzoátegui.

 edopasev@hotmail.com

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