Pareciera que las luchas de los pueblos del mundo son una historia sin fin. Y sin embargo los formatos en los que se guia como tutores al sarmiento no son siempre la solución. Hoy en dia, en que los debates de una izquierda luchadora y tozuda que se niega a rendirse tienden mas bien a enfrentarse entre si que a demostrar eficientemente por donde va el camino, y lo que no se entiende es que las distintas estrategias, en esencia, no se contraponen entre si. De lo que se trata entonces es de encontrar una estructuralidad para nuestras luchas, de la construcción de un proto-mundo al interior de nuestras malformadas sociedades para que puedan derrumbarlas desde dentro: la vida es mas que pura materialidad, eso es cierto, pero no se puede vencer sin esa materialidad.
Pero no podemos pretender simplemente formar este proto-mundo en oposición al actual porque esto exige al pueblo una cuota de sacrificio demasiado alta, y no solo en vidas humanas, sino en miserias y durezas cotidianas. ¿Porque lo que ofrece la izquierda no es lo suficientemente atractivo para desechar la opción del despilfarro, la mercantilización, y la deshumanización de la raza humana? ¿Porque no somos lo suficientemente avanzados para construir una terapia de choque absolutamente social que sea capaz de ridiculizar el Gran Discurso del Capital? En primer lugar, porque veladamente sostenemos un desprecio paradigmático en contra del sentido común de la gente, y en segundo lugar, porque nuestra posición de izquierda nos impele un sentido de vanguardia que proviene de una cultura mas bien guerrerista heredada de las guerras de los siglos 19 y 20, profundamente asentada en nuestro subconciente politico a través de décadas de tensión en la Guerra Fría. Olvidamos entonces que para estar al frente de la batalla, alguien tiene que estar detrás. Y que precisamente aquello que está detrás, hace la diferencia entre el triunfo y la derrota. Eso es lo que en principio denominamos como una ciencia, la ciencia de la logística, que es, precisamente, la punta del iceberg de lo que las izquierdas, todas, no estamos considerando.
Cualquier movimiento que no quiera que su motor fundamental sea la desesperación, y la improvisación, requiere entonces hacer hincapié en algo mas mundano, menos épico, mas invisible, y absolutamente imprescindible para sostener y proyectar movimientos estables, agresivos, con iniciativa, con vocación de poder: lo que los marxistas ortodoxos llaman infraestructura, y que no es mas que la materialidad de las proyecciones de lucha. ¿Que hubiera sido de los partidos comunistas mundiales sin el cooperativismo agrario de principios de siglo?¿O las cuotas sindicales en la era industrial?¿Que seria de las FARC sin los impuestos revolucionarios?¿Que seria del MST sin la industrialización agraria?¿Que seria del "chavismo" sin el petróleo?¿Que seria del EZLN sin la administración colectiva de la producción agraria? Etc, etc.,? Entonces hay que poner atención en esto: cada pueblo tiene una materialidad intrínseca que se le da por añadidura o por largo desarrollo histórico y a las cuales hay que poner profunda atención. Cuando el Capital desea destruir estos movimientos sociales desencadena dolorosas represiones, pero no es esta la que termina por destrurlos, sino el vaciamiento profundo y estructural de su materialidad social. Y en esto hemos avanzado muy poco. La obnubilación actual de las izquierdas tras la búsqueda de mejores condiciones de participación y democracia son vana letra muerta si no se es capaz de fortalecer esa materialidad de la que hablamos, y no solo de construirla, sino de proyectarla, y defenderla, a pesar de las leyes, a pesar del Estado, y a pesar del "juego democratico", eso es lo que nos hace profundamente de izquierda, y de una nueva izquierda quizá mas revolucionaria que la anterior, una izquierda multifacética, heterogénea, mas social, y no por ello menos política ni menos combativa, porque no somos ya "estadocentristas" como en el siglo pasado, sino profundamente creadores de una nueva forma de pensar el futuro, que es mas importante que una receta, y mas grande que cualquier "modelo".
Saludos
Hermandad y Lucha.
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