Nuestro aporte al congreso antifascista: «El fascismo como expresión del imperialismo declinante»

La República Bolivariana de Venezuela, se encubra a la vanguardia de los países que enarbola la bandera del antifascismo, como señuelo de lucha contra este mal que renace en Europa y hoy, vemos los partidos -abiertamente fascistas- y de ultraderecha, que no dejan de ganar las elecciones en que participan; bien podríamos decir, que en la vieja Europa que vio nacer a Hitler, Mussolini o Franco, todas ellos, expresiones del fascismo antes repudiado, hoy venerado como símbolo de salvación ante la grave crisis económica que atraviesan dichos países y el miedo que les causa Rusia y su ejército, el más poderoso del mundo. El fin de la hegemonía estadounidense, ha terminado produciendo una dinámica de caos sistémico que está liberando todas las fuerzas destructivas del planeta. Toda guerra es una siembra de fascismo. Desde el siglo XX, la guerra moderna y fascismo son dinámicas indisociables. La guerra, es la continuación de la política capitalista por otros medios. Y viceversa, cada vez más la política capitalista, es la continuación de la guerra por otros medios. El fascismo, es un totalitarismo gestante, porque añade a éste, la capacidad para nacer brotar de la sociedad misma, como parte integral de ella, como ocurre en la realidad política europea actual. Hitler, con el apoyo financiero de los principales capitalistas occidentales, prometió destruir lo que catorce estados capitalistas no habían podido erradicar a raíz de 1917, la Revolución Bolchevique. Y, el miedo que ello causaba a la élite capitalista occidental, no hacía otra cosa, sino llevar a dichas élites a soñar con la protección del fascismo. El joven Kennedy, que luego sería presidente de los EEUU, entre 1961 y 1963, era un admirador de Hitler, en su diario personal escribió: «estaba hecho de la pasta de la que están hechas las leyendas», y lo dice el joven Kennedy, en conciencia de lo ocurrido tras el holocausto, era 1945 y el dictador de la Alemania nazi, acababa de ser derrotado por las fuerzas aliadas, aun así, la fascinación que le embargaba Hitler al joven Kennedy, lo lleva a escribir: «Se puede entender fácilmente cómo dentro de unos años, Hitler surgirá del odio que le rodea ahora como una de las figuras más significativas que jamás haya vivido», y lo decía cuando las ciudades alemanas, apenas recogían las ruinas de los últimos bombardeos soviéticos que avizoraban ya, la victoria de la URSS contra la Alemania nazi, Europa se salvaba del monstruo fascista gracias a la URSS.

Toda guerra se convierte en campo fértil para la siembra del fascismo, eso lo sabe EEUU tan bien que lo ha perfeccionado en concordancia con sus intereses de dominación mundial. La guerra, es la continuación de la política imperialista-capitalista por otros medios. De hecho, el nacimiento de la OTAN, fue el resultado del reconocimiento que era necesaria una organización de defensa del Atlántico Norte para contener la llamada amenaza soviética. La idea de una alianza militar anticomunista entre Europa occidental y los EEUU, contaba con el apoyo firme de una figura importante de la política alemana, tanto que a veces se ha dicho que la OTAN era su creación, nos referimos a Heinrich Himmler, famoso por su papel como líder de las SS y uno de los principales arquitectos del Holocausto nazi. Allen Dulles, quien fuera posteriormente director de la CIA, se quejaba de que su país estaba luchando contra el enemigo equivocado porque los nazis eran cristianos arios pro capitalistas, mientras que el verdadero oponente era el comunismo ateo soviético. Dulles, que trabajaba en aquel momento para la predecesora de la CIA en tiempos de guerra, la Oficina de Servicios Estratégicos, fue uno de los interlocutores de Himmler para la planeada alianza anticomunista del Atlántico Norte. Es conocido el sobrenombre que se le dio por aquellos años a finales de los 40 a la OTAN, como la NAFO u Organización Fascista del Atlántico Norte. La lucha contra la OTAN u NAFO, es una parte esencial de la lucha más amplia contra el fascismo y el imperialismo, gemelos irreconciliables de un mismo mal.

La Real Academia Española de la Lengua, en su diccionario define al fascismo como: «Movimiento político y social de carácter totalitario que se desarrolló en Italia en la primera mitad del siglo XX, y que se caracterizaba por el corporativismo y la exaltación nacionalista». Definía al fascismo, Mussolini, como: «democracia organizada, centralizada, autoritaria». «Para el Fascismo, la tendencia al imperio, o sea a la expansión de las naciones, es una manifestación de vitalidad; lo contrario, el recogimiento, es un signo de decadencia: los pueblos que nacen o renacen son imperialistas; los pueblos que mueren son renunciadores» (Mussolini, El Fascismo). Dimitrov, definía al fascismo como la guerra, valga decir una expresión de éste. Otto Bauer, en su teoría, ve el fascismo como la unidad de tres elementos: el desclasamiento de sectores de la pequeña burguesía a causa de la guerra; la depauperización de otros sectores debida a la crisis económica, que los empuja a romper con la democracia burguesa; y el interés que posee el gran capital en elevar la tasa de explotación de los trabajadores y que exige la eliminación de la oposición de la clase obrera y sus organizaciones. Decía Trotski: «El fascismo es un sistema particular de Estado basado en la extirpación de todos los elementos de la democracia proletaria en la sociedad burguesa. La tarea del fascismo no es solo destruir a la vanguardia comunista, sino también mantener a toda la clase en una situación de atomización forzada». Y concluía: «es imposible combatir el fascismo sin combatir al imperialismo» (Artículo publicado en Socialist Appeal el 8 de octubre de 1938). Pero, lo que evidencia la realidad actual del imperialismo estadounidense, es que ha entrado en fase declinante de su hegemonía mundial y ello provoca que su actuación sea esencialmente fascista ante todos los problemas que la realidad mundial les presenta, valga decir, el fascismo, es la esencia característica del imperialismo en su fase decadente o senil…

Postscriptum: El fascismo, ha permeado a las instituciones públicas, nacidas en el contexto de la Revolución Bolivariana, obra de Hugo Chávez. Quien suscribe esta nota, ha sido objeto del odio del fascismo del Banco Bicentenario ayer, hoy Banco de los Trabajadores y las Trabajadoras (BDT). Ya cumplo, 11 meses que fui sometido a la exclusión por la directiva de dicho banco público pues tan simple porque les dio las ganas. No me presta servicio y aunque desde la oficina del Defensor del Banco, se me ha intentado ayudar para la recuperación de mi cuenta 1750471110062899757, tarjeta de débito No. 603122-01100-0186-6664. El fascismo, termina imponiéndose como un supuesto castigo de su directiva, no sé por qué causas y en el espíritu de la ex directora del FMI, la sexagenaria francesa: Christine Lagarde, quien decía: «Los ancianos viven demasiado y tenemos que hacer algo ya porque son un peligro para la economía». Lo cierto, es que se me inhibe del servicio bancario que es un servicio público, y como tal, obligatorio para el BDT, antes Banco Bicentenario. Pero a quien competa, le agradezco atender este caso y retornarme la funcionalidad de mi cuenta de ahorros.



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Henry Escalante


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