El Arado y el Mar

¿Qué le falta al madurismo que a Chávez le sobra?

El madurismo es, por definición, oportunista, y el oportunismo es, por genética, flojo flojito. No tiene más principio que el soplar del viento, los cambios de dirección los anticipa, no presenta batalla y, como dice la copla italiana, "cuando el enemigo es mucho retrocede presto, si es poco avanza a paso de vencedores". El oportunista, por esta característica, se podría calificar como cobarde y esa definición no le hace justicia, en realidad sufre de oportunismo, y el oportunismo es una peste y también un arte, requiere mucho olfato, y mucho coraje para cambiar de bando sin mirar a atrás, cambiar de discurso, traicionarse mil veces.

No se puede entender al madurismo sin considerar sus habilidades oportunistas. Así se explica que tenga 300 presos políticos civiles y militares, y a maría sólo la inhabilite, o que guaidó hizo y deshizo, y nada, ni con el pétalo de una flor. Sabio el madurismo oportunista, eso no se le puede negar, no se mete con los gringos, contra ellos sólo retórica en público, y en secreto acuerdos, se "meten con el cura, pero no con la limosna"; el petróleo, ahora, es gringo. A los capitalistas les devolvió el Sambil y lo socializado por Chávez, a fedecámaras le dejó la dirección de la economía, la determinación del salario.

Chávez tenía de sobra lo que al madurismo le falta, tenía definición política, estrategia de vida, rumbo fijo: la Revolución, el Socialismo. Y esa definición le permitía comportamientos valientes, presentar batallas. La Soberanía Petrolera, por ejemplo; liberar a los "paracachitos", por ejemplo. Ese coraje, le permitió avanzar hacia el Socialismo cuando en el mundo se creía ya superado, que el destino ineludible del planeta era el capitalismo suicida. Se necesita mucho coraje y definición para romper con el capitalismo, mandar a los gringos y a los fedecámaros "al carajo"; al contrario, ir con el capitalismo, navegar a favor del viento, es conducta de oportunistas.

Por todo esto, al madurismo le falta el apoyo de las masas despojadas, no se atreve a ir a la calle, a las avenidas, le falta el sentido del momento histórico, como dijo Fidel, se ubicó en el pasado, en la socialdemocracia, en la cuarta superada. Una calamidad. Chávez cuenta con el apoyo de los humildes, de los pobres de la tierra, es un líder histórico, un hombre del futuro de la humanidad. Una esperanza.

El oportunismo del madurismo no pasaría de ser una anécdota, un chiste, sin embargo, el oportunismo en funciones de gobierno es altamente destructivo, un país en manos del oportunismo va sin rumbo, como un río, buscando la menor resistencia, el menor esfuerzo. No puede construir nada, todo lo destruye, todo se va diluyendo, la moral, lo físico.

Ese es el dilema de Venezuela hoy, la búsqueda de un rumbo, la procura del coraje, desembarazarse del oportunismo que lo impregna todo. Y ese dilema es un peligro, es terreno propicio para el fascismo, para que los pueblos se confundan y elijan a sus verdugos, emigren buscando mejores oportunidades, no presenten batallas, sólo escaramuzas menores.

Son días de dirigentes con la visión larga, más allá del mezquino entorno y del tiempo presente, hombres del futuro que sepan correr riesgos, que en un momento vayan contra corriente, que digan la verdad a las masas, aunque eso les cueste incomprensión. Esos serán los capaces de guiar al pueblo a las grandes tareas.

¡CHÁVEZ VOLVERÁ!



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Toby Valderrama Antonio Aponte

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