Cambiar humanismo por “prosperidad económica”, la consigna de Maduro

El parque Simón Bolívar, dentro del Parque Miranda o del Este, está siendo utilizado como un espacio para hacer ferias comerciales, shows para atraer consumidores y distraídos. Uno sale a caminar hacia ese lado del parque y se encuentra con un ejército de obreros colocando stand, instalaciones eléctricas, andamios, tarimas, sonido, luces, carpas, remolques de comida chatarra…, sin que todavía hubieran terminado de barrer y limpiar los restos de la última feria. Una conquista hecha al aeropuerto en favor del paisaje y la naturaleza, ahora se pierde frente al mercado capitalista. Esos eventos son una pequeña muestra de cómo lo sagrado que puede ser ese oasis en medio del cemento es convertido en mercancía por el interés de hacer negocios. Esa es la filosofía marginal de "progreso" que inspira a nuestro presidente, el progreso estimado en ganancias para nuevoricos y ajustado a la conciencia de una clase media arribista, que sueña con ser tan poderosa como el mejor de los modelos de éxito burgués.

Esta clase media, que representa la conciencia pequeñoburguesa del propio maduro y del madurismo, es con la cual se quiere sustituir la conciencia humanista y social del chavismo que estuvo con Chávez. Carece y desprecia el humanismo, piensa de forma egoísta y mezquina, pero todavía se resiste a votar de forma franca por el gobierno, se aprovecha de sus ferias y créditos pero no vota por él, siempre con la vista puesta hacia lo alto de la pirámide social (la misma que suelta lágrimas por los desgraciados de Tejerías a través de Facebook e Instagram, mientras usan el mismo espacio para vender algo y venderse ellos mismos como mercancías). Además de los ricos, Maduro gobierna para esa clase media, ¡empolla esa conciencia en la población!

Un gobierno eternamente reactivo.

En una revolución socialista lo primero es el ser humano, su acción es la de concentrar todos los esfuerzos, físicos y de inteligencia, para su bienestar. La economía, la tecnología y las ciencias se colocan al servicio del bienestar humano, deben ser fundamentalmente humanistas. Pero cuando se alienan estos valores en la producción de mercancías y el lucro, pierden los oficios y las ciencias su sentido humano originario, todo pierde sentido humano, y de herramientas para el bienestar de la sociedad, por su cualidad utilitaria, pasan a ser armas de su propia destrucción.

El caso de Tejerías es un ejemplo de cómo se han descuidado los valores humanistas en el uso de las ciencias y la tecnología. Venezuela por primera vez ha contado con satélites con los cuales ha podido mediante la observación científica de nuestra geografía y su geología, prevenir estos desastres planificando futuros desarrollos urbanísticos y la reforestación y conservación de las cuencas acuíferas y reubicando otros, como Tejerías, teniendo como modelo la experiencia pasada del río El Limón, en Maracay, 1988, y el desastre de Vargas en 1999. Sin embargo, ahí está el satélite, "perdido en el espacio", inútil para un gobierno que solo ha concentrado todos sus esfuerzos, hasta hoy, en el "desarrollo de las fuerzas productivas capitalistas", en hacer ganar dinero a los más ricos, a muchos oportunistas, y ganar elecciones, olvidando lo más importante, a los seres humanos; por la urgencia de asirse al poder y buscar dinero con desespero; por razones verdaderamente mezquinas; por envidia, ambición y flojera.

El ecólogo Freddy Lovera nos da un ejemplo de lo que puede ser un gobierno reactivo, más allá de serlo también en la política, gracias a sus improvisaciones. Dice el científico, "La tragedia en Las Tejerías no es un desastre natural, es un desastre socionatural. Porque es producido por el hombre, por la acción entrópica y potenciado por el cambio climático"… "Lo que ahora se va a invertir va a ser una cifra astronómica para atender la tragedia de Las Tejerías. Si hubiésemos sido preventivos, si hubiésemos reforestado todas las cuencas del centro de Aragua, evitamos esta calamidad". Es decir la reacción constante de un gobierno que improvisa, que "como vaya viniendo vamos viendo", hace que sea siempre reactivo, incapaz de planificar, de "actuar" positivamente, porque no tiene metas que cumplir – que no sea la de privatizar el país para no ocuparse de nada –, no cuenta con la luz de una estrategia fundamental.

Al respecto, no faltará un miembro del alto gobierno que piense que lo de Tejerías será una oportunidad de oro para recuperar popularidad frente a sus electores decepcionados, mientras la oposición hará lo suyo, con el mismo fin, pero desprestigiando al madurismo (y al chavismo, por supuesto). Sin embargo, todos ellos son corresponsables de esa tragedia y de todas las similares, considerando lo que ya se sabía a través de la experiencia de Vargas: por no prevenir, por no prohibir asentamientos de gente y reubicar los existentes, o no proteger en su momento zonas boscosas y las cuencas de los ríos. Para eso sirve la tecnología y las ciencias, para prevenir y curar los males de la sociedad.

Ha sido igual con el descuido del sistema eléctrico nacional, de la CANTV, del metro de Caracas, del sistema de salud pública y de educación… de PDVSA, casos que no fueron atendidos a su debido tiempo, desviando el dinero dispuesto para su sostenimiento y desarrollo, hacia los intereses privados y oportunistas, por razones oscuras y secretas. Y luego, cuando aparecen las crisis culpan a todo el mundo, hasta a las iguanas.

Cambiar una estrategia humanista por el mercantilismo capitalista; desbocarse por el poder sin saber qué hacer con él – que no sea el obtener ventajas personales –; privatizarlo todo, entregarle el control económico a una jauría de perros rabiosos capitalistas y abandonar las tareas que exige el humanismo socialista, todo eso está detrás del desastre de Tejerías, porque es un desastre "socionatural", como dice Freddy Lovera (sin gente de por medio, sin su presencia y su intervención en la naturaleza no hay desastre). De prever y planificar se ha debido ocupar el gobierno (y la oposición hipócrita): para eso son los satélites, para eso están las universidades y un país que, gracias al petróleo, está lleno de geólogos y de profesionales de todo tipo…, pero sin líderes. Tejerías es la consecuencia de un desastre social y político que comenzó a crecer desde que mataron a Chávez.

No obstante, en medio del drama de esa pobre gente, que sufre la inclemencia de las lluvias, la ira de la naturaleza, el madurismo organiza otra exposición y venta en el Parque del Este, con rumba incluida… ¡Qué ironía

¡CHÁVEZ ES HUMANISMO, VOLVAMOS A CHÁVEZ!



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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

 marcosluna1818@gmail.com

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