Presidente: Mensajes contradictorios afectan la economía negativamente ¡Ojo con eso!

Desde mediados de 2021, cuando la tendencia al crecimiento económico era un hecho irreversible y verificable en las calles, plazas y lugares públicos de la Venezuela Bolivariana, el Presidente Nicolás Maduro reorientó su discurso, reforzando la idea de la esperanza de un pueblo que durante los últimos cinco años previos, fue sometido a las más brutales perversiones por parte de los imperialistas de EEUU y Europa. «Sanciones» les llamaron a las más de 500 medidas coercitivas unilaterales, que privaron al pueblo de las dificultades de alimentos, medicinas y demás insumos y equipos necesarios para garantizar su calidad de vida, venida a menos. También, se le sometió a una criminal guerra económica que destruyó la moneda nacional, pulverizó salarios y pensiones, convirtiendo el proceso social del trabajo en un mecanismo de explotación neoliberal. Destruyendo de facto, el sistema de protección social bolivariano construido en los años precedentes por el Comandante Hugo Chávez. Nicolás Maduro, no la tuvo fácil para mantener la hegemonía del proyecto bolivariano y chavista como proyecto nacional. Le tocó a Nicolás Maduro, con mucho ingenio y sobretodo capacidad de convencimiento, mantener unido al pueblo venezolano que se levantó de sus cenizas como el propio ave fénix, derrotando agresiones económicas, mediáticas, psicológicas, intentos de magnicidios y hasta intentonas de golpes militares e invasiones paramilitares; acciones todas, que se encontraron de frente contra la resistencia de ese mismo pueblo hecho ejército, miliciano o ciudadano. Esa gloriosa resistencia contra los imperios occidentales, fueron consolidando el liderazgo Bolivariano frente al oposicionista que actuó como una franquicia de los enemigos de la Patria. Hoy, Nicolás Maduro, se ha encumbrado como líder indiscutible de la venezolanidad, distintivo de la resultante de un proceso de identificación y compenetración: pueblo-gobernante, pueblo-gobierno. Nada casual, que la encuesta Monitor País (Hinterlaces) de junio pasado evidencie resultados tan fulminantes como los obtenidos ante la pregunta: Si el próximo domingo se realizaran las elecciones presidenciales y los candidatos fueran Nicolás Maduro y cualquier candidato de la oposición ¿Por quién votaría?: las respuestas son: 49 por ciento afirman que votarían por Nicolás Maduro; 33 por ciento, afirman que votarían por cualquier candidato de oposición y el 11 por ciento afirma que no votaría por ninguno de ellos. Si Maduro tuviera que enfrentarse a un outsider, los resultados no varían en lo fundamental pues Nicolás Maduro obtendría el 47 por ciento de los votos en contra del 39 por ciento de ese candidato outsider, mientras un 8 por ciento no votaría por ninguno de los dos. Un resultado heroico, vistas las brutales agresiones que ha sufrido el pueblo y Gobierno Bolivariano, en especial, el propio Nicolás Maduro a quien, literalmente, se le ha impedido de ejercer –libremente- su acción de Gobierno. No obstante, los pocos o muchos resultados obtenidos, han gozado del apoyo popular mayoritariamente. Compárense, dichos resultados con los que emergen de estudios de opinión realizados en los EEUU, en igual fecha: junio 2022. En un promedio de encuestas realizado por CNN, de las realizadas en la segunda quincena de junio, se encontró que el 38 por ciento de los estadounidenses aprueba el trabajo que está haciendo Joe Biden, contra un 57 por ciento de desaprobación; con tendencia a la baja. La encuesta del periódico New York Times, reflejó que el 64 por ciento de los simpatizantes del partido demócrata preferiría un nuevo candidato –distinto a Biden- en 2024. Los datos de las encuestas, muestran una frustración particular entre los votantes más jóvenes del partido demócrata, mostrando que el 94 por ciento con menos de 30 años, preferiría un candidato diferente y más joven. Evidencias tales, de por dónde fumea la autocracia gerontocrática.

Esta realidad, que reflejan los estudios de opinión, ha motivado al Presidente Maduro a reforzar su conexión con el pueblo venezolano y mejorar, aún más, la gestión gubernamental en colectivo; por ello, la creación y puesta en marcha de la Ven App, como herramienta tecnológica para derrotar al burocratismo, enemigo acérrimo de toda revolución. Hoy, Venezuela, refleja resultados económicos sorprendentes; en días pasados, el Presidente Maduro hablaba de un crecimiento económico de dos dígitos; mientras que, en 2021, el país cerró con un crecimiento económico del 7,5 por ciento, cifras que no expresan la realidad pues de todas y todos, es conocido que venimos del foso, con millonarios activos robados por bancos extranjeros (Portugal, Inglaterra), en los propios EEUU, Colombia y Costa Rica. Nada casual que el principal responsable de dichos robos, léase: Juan Guaidó, sea quien lidere -en las encuestas- el mayor rechazo del pueblo venezolano, como muestra de claridad política de un pueblo tan heroico y combativo, como lo es el pueblo venezolano. De allí, que el discurso presidencial se ha centrado en fortalecer la esperanza de una mejor calidad de vida de un pueblo que fue sometido por la agresión imperialista -en contubernio con sus agentes en territorio nacional- a los más brutales sufrimientos. Paulo Freire, en su Pedagogía de la Esperanza, refería que: « La esperanza es una necesidad ontológica (…) Sin un mínimo de esperanza no podemos ni siquiera comenzar el embate, pero sin el embate, la esperanza, como necesidad ontológica, se desordena, se tuerce y se convierte en desesperanza que a veces se alarga en trágica desesperación. De ahí que sea necesario educar la esperanza ». Y es, en esta labor de educación para la esperanza, que el Presidente Nicolás Maduro, ha centrado su acción de gobierno.

Tarea nada fácil pues en la burocratización de los agentes del Estado, el funcionariado, es donde ha encontrado la mayor resistencia al cambio existencial. No ha sido, el bloqueo imperialista y las mal llamadas «sanciones», que estos enemigos de la Patria le han impuesto como una camisa de fuerza para imposibilitarle su plena soberanía e independencia. Ha sido el funcionariado, altamente burocratizado, quien viene saboteando la gestión de gobierno. Un ejemplo de lo aquí afirmado lo tuvimos evidenciado apenas días atrás. Estamos, en días de inicios del período vacacional. La Ley Chávez o LOTTT, ordena que: « El pago del salario correspondiente a los días de vacaciones deberá efectuarse al inicio de ellas » (LOTTT, Art. 194). En algunas instituciones públicas que otorgan el beneficio –colectivamente- la fecha de pago está explícitamente señalada en el Contrato Colectivo, tal como ocurre en el sector educación, básica y universitaria: «El pago de este bono se hará efectivo dentro de los primeros quince (15) días del mes de julio…», más claro imposible. La semana pasada, fuimos testigos como desde los sectores de la ultraderecha guaidosista confabulados con sectores políticos de la extrema izquierda, manipulando el no cumplimiento de los mandamientos de las contrataciones colectivas, crearon la falsa matriz que el pago de la bonificación de vacaciones en la Administración Pública, se efectuaría en cuatro partes o cuatro momentos de su cancelación. Sobre ese fake news, movilizaron un centenar de trabajadores y trabajadoras, según lo dicho por un medio opositor financiado por el Departamento de Estado de EEUU, que salieron a las calles de la capital en exigencia del pago de su bono vacacional, en una sola nómina. Ni en los momentos más críticos del período de la agresión imperialista (2017-2020); al Gobierno Bolivariano, se le ocurrió incumplir con la Ley Chávez (LOTTT) y no cancelar el correspondiente Bono Vacacional a la Clase Trabajadora, menos ahora se le pudiese ocurrir en que el país se ha enrumbado por la senda del crecimiento económico. Como decimos en criollo: «Una cosa es lo que piensa el burro, y otra el que lo arrea».

El discurso presidencial de la esperanza y crecimiento económico, se ve truncado por factores altamente burocratizados, corroídos por la desesperanza, que no realizan su trabajo eficientemente y lanzan el mensaje de un país que no puede garantizarles a sus trabajadores y trabajadoras públicos, el correspondiente Bono Vacacional y el disfrute de las mismas. Para su infortunio, la descentralización de los mecanismos de elaboración de las nóminas de los trabajadores y trabajadoras de la Administración Pública, no corresponde realizar –en exclusiva- a la Oficina Nacional de Presupuesto (ONAPRE), sino que involucra a las Oficinas de RRHH o Talento Humanos de las instituciones públicas, ha permitido identificar a los entes públicos que sabotean el discurso presidencial y la intención de mejorar la calidad de vida de la clase trabajadora venezolana. Así, por ejemplo, en las redes sociales de la Oficina de RRHH de la Universidad de Carabobo, se informaba lo siguiente: «@Dir_RRHHUC: #Información del Bono Vacacional y Recreacional 2022, hoy Sábado #16julio, la @UCarabobo recibe instrucción por parte de OPSU para que se inicie la carga de los ficheros del Bono Vacacional y Recreacional con el sueldo mensual actual. No existe detalle de fecha de pago…» La pregunta a la OPSU es: cómo un pago que debió haberse realizado una semana antes, según ordena la IV CCU, se procesa una semana después? ¿Negligencia o indolencia?

El proceso de pagos por el Sistema Patria, ha sido –brutalmente- atacado por los sectores oposicionistas, pero éstos no podrán negar que dicho Sistema, ha permitido sanear la labor presupuestaria de los entes públicos. En el pasado, han quedado aquellas denuncias del entonces Ministro de Educación Universitaria, Samuel Moncada, donde daba cuenta de los millonarios recursos que rescataba de la corrupción universitaria para la Nación, producto de la elaboración de duplicidad de nóminas, unas más abultadas que otras y de las que emergieron autoridades millonarias, algunas convertidas en nuevos banqueros. No es historia de la cuarta, sino de esta Quinta Nueva República. Por eso, saludamos que hoy sea el Sistema Patria quien ejecute los sistemas de pagos del personal de la Administración Pública. Éste proceso de pagos, se efectúa de la siguiente manera, veámoslo en el ejemplo previo. Una vez que la UC, ha sido notificada por la OPSU para que proceda a cargar los ficheros con la información correspondiente al Bono Vacacional y Recreacional del personal de dicha universidad que le corresponde recibir dicho beneficio contractual, una vez culminado dicho proceso, RRHH-UC le remite a OPSU dicha información. Una vez que es recibido, la OPSU procede a su revisión y aprobación. Una vez que es aprobado, se remite a la ONAPRE para que procesen los pagos respectivos en la banca pública y privada. La ONAPRE, es un órgano ejecutivo que no tiene cualidad ni potestad de decisión sobre lo remitido por el órgano de la Administración Pública a quien corresponde la ejecución de la orden presupuestaria remitida. Por ello, es incomprensible la campaña de satanización que han emprendido los factores oposicionistas contra esos humildes y eficientes trabajadores y trabajadoras de la ONAPRE. Cuya seguridad personal ponen en riesgo, habida cuenta el expediente violento y terrorista que presentan esos extremistas de la derecha neofascista. Nuestro reconocimiento a la labor que vienen realizando en beneficio de la clase trabajadora, y contra la corrupción en el manejo de los recursos presupuestarios públicos. Hora ya, de unificar el discurso de la esperanza y la prosperidad económica, sancionando –efectivamente- a esos factores altamente burocratizados, que han hecho de la indolencia y la corrupción, su modo de vida…



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Henry Escalante


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