A 32 años del Caracazo

Se cumplieron hace pocos días 32 años, del caracazo donde un pueblo cansado de la actuación del sistema y de los gobiernos de turno, se lanzaron a las calle para tomar lo que se les habia negado. Las cúpulas en ese momento se habían divorciado del pueblo, habían perdido el contacto, la corrupción se habia disparado, no se daba respuesta a los planteamientos populares.

La mecha en ese entonces fue la gasolina, el pasaje. Afecto a la población más desvalida, los cerreros empezaron a bajar, se desbocó. Empezaron en Guarenas. La gente se fue nucleando, concentrando, la voz se fue corriendo, se empezó a escuchar lo que ocurría en un sector y eso se fue extendiendo hacia caracas y otros sectores del país.

De un terminal se pasó a las calles, a los negocios, se generaron hechos violentos, exploto la expresión de un pueblo que habia sido olvidado, que se dejó de lado, al cual se le habia olvidado y ya no era importante para un sector privilegiado. Si es cierto que se desviaron, que hubo actos que no eran de protesta, si no saciaban en la actitud personal y que más adelante veríamos las consecuencias y secuelas.

La explosión social dejo una cantidad de pérdidas humanas, que ni siquiera hoy sabemos la cantidad exacta. Las pérdidas materiales importantes, pero habia algo, habia despertado un pueblo. Un pueblo que planteaba cambios, a su manera, pero los planteaba. Planteaba que se le tomara en cuenta, que se dieran cambios estructurales, económicos, sociales, políticos.

Luego vendría el toque de queda, que aberraciones no se cometieron, vinieron los discursos de arrepentimiento, los golpes de pechos, las rectificaciones. Todo a un hueco vacío, un hueco sin fondo, pero el discurso seguía, pero los cambios no se veían.

Lo que habia que cambiar no se cambiaba, las medidas que tenían que tomarse no se tomaban. Todo iba muy lentamente, no se generaban hechos que dieran confianza a la población, por el contrario se generaba incertidumbre.

Después de esos hechos se transita un largo camino que habia que profundizar y estudiar, todo lo que se avenido generando hasta nuestros días. Hoy en la actualidad, tenemos una situación crítica, mucho más dificultosa que la del año 89. Hoy los problemas son el triple que en aquel momento.

Tenemos un gobierno que se escuda en un bloqueo, que ciertamente ha venido generando un ambiente dificultoso en y para el país. Donde la situación generada, conlleva a unos niveles de pobreza extrema nunca antes visto, familias que no tienen como obtener alimentos, inflación, desabastecimiento de algunos rublos, fallas en los servicios básicos.

Si es cierto, hay un bloqueo. Pero ese bloqueo no es el responsable del 100% de nuestros problemas, porque el gobierno de Nicolás Maduro; no explica el abandono de las principales empresas del sector público. Este se dice ser un gobierno obrerista y de los trabajadores, pero la política hacia el sector de los trabajadores es trágica; obreros, petroleros, educadores, empleados de las diversas dependencias del estado.

Mientras la consigna del gobierno sea rodilla en tierra, y el pueblo siga padeciendo de las mil vicisitudes, no cambiara nada. Ya no se está de rodilla, si no barriga en tierra, urge de políticas claras y que vallan en soluciones prontas y precisas. Que se atiendan las necesidades de este pueblo y me nos discurso retorico.

Por otro lado es necesaria una oposición con más altura, más moral y discurso, acción clara, sin doble rasero, hechos y acciones coherentes y claras, objetivas y sin desviaciones. Que se recupere la confianza de un pueblo.

Tendríamos que preguntarnos hoy, porque en el año 89. Por situaciones menores que estas, estalló un pueblo y hoy somos como zombis. Será que hay un pueblo consiente, que no quiere generar hechos de violencia, no hay una visión clara de país que deseamos, o no hay confianza en si mismo y los políticos que hay en nuestro país.

Para transformar el país, tendríamos que; recuperar la confianza perdida, no creer que solo la unidad por si sola logra ese objetivo, la toma de verdadera conciencia de la situación real del país, discurso claro, directo y sin ambigüedades. Que si se dice algo sea coherente y plante soluciones claras, acorde con la situación, sin atajos, sin mentiras, sin buscar prebendas para un sector o no parcelar las luchas.



Esta nota ha sido leída aproximadamente 1562 veces.



Luis Nieto

Productor Nacional Independiente Dirigente de Redes en Trujillo

 luisalberto.nietoa@gmail.com

Visite el perfil de Luis Nieto para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Luis Nieto

Luis Nieto

Más artículos de este autor